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El mapa de la “furia” latinoamericana

En La Silla Rota te presentamos este mapa de la “furia” latinoamericana y las causas detrás de estas movilizaciones masivas en todo el continente

Escrito en MUNDO el

Desde el cono sur hasta los límites fronterizos mexicanos de sur, América Latina se encuentra en llamas ocasionadas por enormes protestas en al menos una decena de países del continente. Los motivos de estas protestas son diversos: aumentos al transporte público y gasolinas, escasez de documentos, funcionarios corruptos, elecciones fraudulentas y hasta golpes de Estado.

Por ello, en La Silla Rota te presentamos este mapa de la “furia” latinoamericana y las causas detrás de estas movilizaciones masivas.

Chile: del alza al transporte a una nueva constitución

 

Las miradas de la región y luego de gran parte del mundo voltearon primero a Chile, cuando enormes manifestaciones llenaban las calles de Santiago, su capital. Todo comenzó a mediados de octubre, cuando se anunció el cuarto aumento de la tarifa del Metro de Santiago en menos de dos años.

Los primeros en protestar fueron los estudiantes, al ingresar en grupo al Metro sin pagar. En consecuencia el gobierno de Sebastián Piñera movilizó a los Carabineros para reprimir las movilizaciones.

El presidente chileno, entonces, decidió cancelar el aumento de la tarifa, pero ya era muy tarde, la gente ya no solo ingresaba al Metro sin pagar, ahora tomaba las calles donde se registraron grandes movilizaciones pacíficas, pero también saqueos y demás actos de gran violencia.

Sebastián Piñera dijo entonces que se encontraban en “guerra contra un poderoso enemigo, implacable, que no respeta a nada, ni a nadie”, refiriéndose a los manifestantes.  

Grandes costos, bajos salarios, enormes deudas para pagarse la educación, salud y vivienda, nulas pensiones, así como la privatización del agua, básicamente la desigualdad, fueron los motivos que llevaron a los chilenos a seguir con las manifestaciones.

Incluso, el 25 de octubre se realizó una mega marcha en Santiago que sumó un millón 200 mil asistentes. Las manifestaciones siguen y el primer gran logro de éstas es la decisión del presidente de convocar una nueva constitución, pues la vigente fue creada durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Las movilizaciones continúan en Chile y el saldo a un mes de que estas comenzaron son 23 personas muertas, más de 2 mil 300 heridos, más de 17 mil 300 detenidos, 346 casos por tratos cueles como tortura y abuso sexual, por parte de las fuerzas del orden, sin mencionar los más de 200 personas con cegueras debido a la represión con proyectiles en el país sudamericano.

Bolivia: la renuncia de Evo Morales

La actual situación política en Bolivia llegó hasta México. Todo comenzó, el 24 de octubre, cuando se dieron a conocer el resultado de las elecciones para renovar la Presidencia, Vicepresidencia y el Congreso realizadas cuatro días antes.

El Tribunal Supremo Electoral de Bolivia anunció que el entonces presidente Evo Morales continuaría, en un cuarto mandato, al frente del país. Ganando con 47% de los votos y una diferencia de diez puntos.

El resultado, del cual la oposición acusó un fraude, provocó manifestaciones en las calles de Bolivia, unas contra la reelección de Evo Morales, algunas más a favor del entonces presidente boliviano. Pasando los días, las marchas cada vez eran más violentas, por lo que fue declarado estado de emergencia.

Entonces, el 10 de noviembre, la Organizaciones de Estados Americanos (OEA) entregó una avance de la auditoria que realizó a los comicios en Bolivia, en el cual señalaba que la elección "ser anulada y el proceso electoral debe comenzar nuevamente".

Evo Morales llamó a que se repitieran las elecciones. Sin embargo, ese mismo día y –ante la nula calma que dejó el llamado– la Fuerzas Armadas y la Policía de Bolivia le pidieron al presidente que renunciara a su cargo.

Morales cedió y bajo el argumento de evitar más violencia, renunció a la presidencia de Bolivia. Luego se asiló en México. En su lugar quedó Jeanine Áñez, quien se autoproclamó como segunda al frente del Congreso de Bolivia. Este hecho fue señalado como un golpe de Estado.  

Las manifestaciones no pararon. Grupos indígenas que rechazaban la renuncia del presidente se movilizaron, marchas que fueron reprimidas por las fuerzas del orden. Luego, el 16 de noviembre, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dio a conocer un decreto firmado por Áñez que exime de responsabilidades penales a la Fuerzas Armadas en la represión de protestas.

En un último intento por mantener la paz, el gobierno de Áñez mandó un proyecto al parlamento para convocar a nuevas elecciones presidenciales. Sin embargo, las manifestaciones continúan. El último saldo dado a conocer es de 22 muertos y 500 heridos derivados de las protestas.

Este sábado se analiza una ley para convocar a elecciones.

Venezuela: el régimen de Maduro

Las manifestaciones en Venezuela no son una novedad, tienen meses, incluso años, pidiendo la renuncia de Nicolás Maduro, a quien acusan de dictador, así como de tener a los venezolanos en la pobreza.

La situación de Venezuela es crítica desde hace tiempo atrás, desabasto de comida, alimentos, carentes servicios de salud y una crisis económica que prevé termine el año con una inflación del 200,000%.

El 21 de noviembre, las marchas volvieron a las calles de Caracas, tanto aquellas que aborrecen a Maduro, como de quienes lo respaldan.

La manifestación contra el presiente Venezolano fue liderada por estudiantes, sin embargo, más de 200 elementos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) truncó todas las entradas de la Universidad Central de Venezuela (UCV) para evitar la salida del contingente, así como la mayor afluencia de este.

La manifestación estudiantil, forma parte de un calendario de protestas marcado por el líder opositor Juan Guaidó, al que casi 60 países reconocen como Presidente interino, pero que no ha tenido una gran respuesta en las calles.

Por su parte, ese mismo día, simpatizantes de Maduro comenzaron a reunirse en la céntrica Plaza Venezuela, no muy lejos de la UCV. Entre los asistentes estuvieron estudiantes,  jóvenes adscritos a un programa de trabajo juvenil impulsado por Maduro, empleados públicos y demás partidarios.

Las manifestaciones en Venezuela seguirán siendo una constante mientras Nicolás Maduro siga en el poder.  

Colombia: manifestantes contra reformas

Colombia es un país con poca tradición de manifestarse, sin embargo, este 21 de noviembre realizaron un inédito paro nacional.

La razones: los colombianos están en contra de las reformas de pensiones, laboral y educativa, a la vez que aprueban el acuerdo de paz firmado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

En cada rincón de Colombia hubo protestas, quienes no protestaron no fueron a trabajar o a estudiar, el país estuvo paralizado por un día. De acuerdo con la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), el comercio se vio paralizado en un 50%, lo que significa una pérdida por 60 millones de dólares.

Por la tarde-noche, cuando las marchas parecían ya haberse apagado debido a la dispersión policial, miles de colombianos volvieron a las calles, muchos en pijama, con el ambiente festivo y musical, eso sí, con cacerola en mano.

Aunque las protestas no dejaron heridos o muertos, si se registraron actos vandálicos principalmente en Bogotá, Cali y algunas ciudades intermedias, se derivaron enfrentamientos entre encapuchados y policías, hechos que obligaron a las autoridades locales a declarar el toque de queda en algunas de ellas para tratar de preservar el orden.

Nicaragua: el asedio contra la Iglesia

 

Las manifestaciones en Nicaragua tienen un peculiar protagonista: La Iglesia. Todo comenzó el 14 de noviembre, cuando un grupo de personas se declararon en huelga de hambre dentro de la parroquia de San Miguel Arcángel, en Masaya. Las razones: pedir la liberación de más 130 presos asociados con las manifestaciones en contra del gobierno de Daniel Ortega.

Tras el anuncio de la huelga, las autoridades cercaron la iglesia, cortaron la energía, la línea de teléfono y el agua, e impidieron que simpatizantes o feligreses se acercaran a ella. La situación empeoró cuando un grupo de 13 personas que –según la oposición– llevaba agua y medicina para los manifestantes, fueron detenidos y condenados por supuestamente portar "armas de fuego" y "bombas caseras".

Para el lunes 18 de noviembre, las acciones por la liberación de los detenidos se extendieron a la capital, cuando otras nueve personas se declararon en huelga en la Catedral Metropolitana de Managua. El templo fue también cercado por la policía.

Por su parte, Ortega y su gobierno han mantenido el silencio más allá de las labores se la policía nicaragüense.

El actual gobierno nicaragüense también tiene un largo historial de manifestaciones, donde se vive una profunda crisis política y económica desde abril de 2018, cuando los estudiantes se lanzaron a la calle para pedir la renuncia de Ortega. Las protestas dejaron un saldo de al menos 325 muertos y cerca de 70 mil exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), mas cientos de nicaragüenses en la cárcel.

Perú: Ni presidente, ni Congreso

 

En unos cuantos días el Congreso y la Presidencia de Perú tabalearon. Primero, el presidente de Perú, Martín Vizcarra, decretó el lunes la disolución "constitucional" del Congreso y llamó a elecciones parlamentarias. Luego, el Parlamento respondió aprobando la suspensión del mandatario de sus funciones presidenciales durante 12 meses por "incapacidad temporal".

Como consecuencia a estas decisiones, se han registrado diversas manifestaciones, unas apoyando al presidente otra al Congreso.

Vizcarra disolvió el Congreso aplicando una norma constitucional que le habilita a ello si la cámara le niega una cuestión de confianza a dos gabinetes presidenciales. El gobierno había planteado esta cuestión de confianza —la tercera en menos de un año— sobre el proceso de selección de candidatos del Tribunal Constitucional (TC). El argumento gubernamental era que el proceso de selección no era transparente y no garantizaba la división de poderes en la nación.

En respuesta, el Congreso decidió seguir con la agenda preestablecida de la sesión; es decir, elegir primero a los miembros del TC y analizar después la cuestión de confianza planteada por el Ejecutivo.

Tras el nombramiento de un nuevo magistrado para el TC —uno de los seis que deben ser reemplazados por el fin de su periodo—, Vizcarra anunció la disolución de la cámara y la consecuente convocatoria de elecciones legislativas.

El presidente daba por hecho que, con la votación del magistrado, la cuestión de confianza le había sido denegada, pero cuando ya el presidente había iniciado su intervención pública, el Congreso votó otorgándole la confianza. Es por esto que los opositores argumentan que el presidente no tenía derecho a disolver la cámara y algunos hablan de "autogolpe".

En tanto la decisión del Congreso de suspensión de Vizcarra provocó que la vicepresidenta Mercedes Aráoz asumiera el cargo de "presidenta en funciones" de Perú, sin embargo, renunció a este al día siguiente.

La Constitución peruana establece que, en ausencia del presidente y de los vicepresidentes, corresponde al presidente del Congreso asumir sus funciones. Pero aunque el Parlamento suspendió este lunes a Vizcarra de sus funciones y la vicepresidenta Aráoz renunció, el presidente del Congreso disuelto, Pedro Olaechea, descartó que fuera a asumir la presidencia.

Haití: escasez de gasolina y alimentos

 

Largas semanas de protestas suman en Haití, donde se vive una escasez de gasolina y alimentos, más las acusaciones de corrupción contra el presidente Jovenel Moïse. Iniciadas desde agosto hasta la fecha han dejado un saldo de al menos 42 muertos, la mayoría por herida de bala, de acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidad (ONU).

El motivo inicial de las manifestaciones fue la escasez de combustibles, pero continuaron aún después de que se corrigió el desabasto, para exigir investigaciones por corrupción, se sumaron entonces protestas por las desigualdades sociales, la inflación y la devaluación de la moneda nacional.

Un informe de la Corte Superior de Cuentas de Haití acusó al presidente de dirigir un esquema de desvío de fondos del programa Petrocaribe, que suman al menos 700 mil dólares en proyectos que nunca se realizaron.

Las protestas han paralizado al país: no hay transporte público, ni clases en las escuelas desde hace un mes y las calles de Puerto Príncipe están tapizadas de barricadas, que los haitianos instalaron como una expresión de resistencia ante el gobierno actual.

Por su parte, la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos aseguró que más de 11 mil reclusos están en riesgo de morir de inanición debido a la imposibilidad de distribuir alimentos, además que sus familiares se han visto impedidos para llevarles insumos por los bloqueos y protestas.

En tanto, el presidente Jovenel Moïse ha expresado en entrevistas que no tiene intenciones de renunciar.

Honduras: el narco-hermano incómodo del presidente

 

Los hondureños lo tienen claro, quieren que su presidente, Juan Orlando Hernández, renuncie. Esto luego que su hermano Juan Antonio fuese acusado y detenido por narcotráfico en Estados Unidos.

Por su fuera poco, el gobierno de Estados Unidos acusa a ambos hermanos de recibir sobornos de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.  El fiscal estadounidense Jason Richman dijo al juez y al jurado que los hermanos Hernández recibieron un millón y medio de dólares de la mano del líder del cártel de Sinaloa.

No era la primera vez que el gobierno de Estados Unidos vincula al presidente de Honduras en el caso por narcotráfico contra su hermano. Los estadunidenses sostienen que el mandatario hondureño protegía a su hermano ante sus actividades ilícitas

Al respecto, el presidente de Honduras ha rechazado las acusaciones en su contra y asegura que se trata de una venganza con tintes políticos por haber dado el visto bueno a las extradiciones a Estados Unidos.

Lo cierto es que, pese a los señalamientos, no existen cargos en contra de Juan Orlando Hernández de parte de las autoridades de Estados Unidos.

Ecuador: la eliminación del subsidios a los combustibles

 

Las protestas en Ecuador derivaron de la decisión del presidente Lenín Moreno de eliminar los subsidios a los combustibles, como parte de su "plan de austeridad".

Al implementarse, el galón de gasolina extra pasó de costar 1.85 dólares a 2.30 dólares y el diesel experimentó un incremento de más del 120% en las bombas de gasolina. Como es de esperar, esto provocó un alza en la tarifa del transporte público.

Las protestas en Ecuador fueron lideradas por movimientos indígenas. Sin embargo, la violencia escaló y se registraron confrontaciones entre grupos indígenas y otros participantes en las protestas con la policía.

El 14 de octubre, tras una mesa de diálogos entre el Gobierno y los indígenas, el presidente dijo que quedaría sin efecto la eliminación de los subsidios a los combustibles.

Con información de EFE, BBC y RT

rgg