Natasha Bhat, de 35 años, agarró una mochila y llevó a su hijo de 4 años nacido en Estados Unidos al aeropuerto de San Francisco para tomar un vuelo de medianoche a India, su país de origen. Ella no anticipó estar atrapada allí indefinidamente.
Bhat trabajaba en una empresa de tecnología en Silicon Valley con una visa H-1B, y sus documentos debían renovarse, sin embargo, su cita a mediados de marzo en el consulado de Estados Unidos en Kolkata fue cancelada cuando cerró debido a preocupaciones de covid-19.
Su regreso a casa se retrasó aún más cuando el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva la semana pasada que prohíbe a muchas personas con varios tipos de visas, incluidas las H-1B, ingresar al país hasta 2021.
En el caso de Narendra Singh, un arquitecto de software nacido en la India que ha vivido en Dallas durante nueve años, llevó a su familia a Kolkata, India, en febrero, pero su regreso se retrasó cuando los consulados cerraron y se les aconsejó que esperaran lo peor de la pandemia. Ahora Singh está trabajando de forma remota.
Por su parte, Mili Widhani Khatter, de 39 años, quien ha vivido en los Estados Unidos con su esposo y sus dos hijos nacidos ahí durante los últimos 12 años, voló de regreso a Delhi, India, sin que su familia se despidiera de su madre moribunda. No ha visto a sus hijos en casi cuatro meses.
DECRETO MIGRATORIO DE TRUMP
La orden ejecutiva de Trump es el último paso en su endurecimiento de años de la política de inmigración de Estados Unidos, pues el mandatario estadounidense ha argumentado desde que asumió su cargo que los programas de visas permiten a los empleadores rebajar los salarios de los trabajadores nativos, sobre las objeciones de las compañías que dicen que necesitan trabajadores altamente calificados para llenar vacantes cruciales.
(Foto: Pixabay)
Por eso, los titulares de H-1B, aproximadamente las tres cuartas partes de los cuales trabajan en el sector tecnológico, han sentido una creciente sensación de inquietud desde que Trump llegó a la presidencia. Aun así, miles de ellos continuaron volando de un lado a otro entre los Estados Unidos.
A unos 375,000 titulares de visas temporales y solicitantes de tarjeta verde ahora se les prohibirá ingresar a EU hasta el próximo año, según Julia Gelatt, analista senior de políticas del Migration Policy Institute, un grupo de investigación no partidista.
(María José Pardo)