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¿Cuáles son los ideales de Pedro Castillo, el próximo presidente de Perú?

Castillo lleva como bandera el lema "no más pobres en un país rico" y la derogación de la Constitución vigente desde 1993, creada por Alberto Fujimori

Escrito en MUNDO el

LIMA.- Pedro Castillo es un maestro rural religioso y conservador, ajeno a la política tradicional, que luchó por la presidencia de Perú con propuestas que evidenciaron las contradicciones de un país dividido.

Nadie esperaba que este hombre de 51 años y de ascendencia humilde pudiera alcanzar la presidencia del país ataviado con su peculiar sombrero "chotano" y un lápiz.

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Según los medios y analistas peruanos, el maestro salió "de la nada" en la primera vuelta para pelear la presidencia. Sin embargo, más correcto sería decir que surgió de donde nadie estaba mirando: los poblados rurales y aislados de los centros de poder.

FUERA DEL SISTEMA

Las redes de maestros y profesores rurales fueron claves en la difusión de la candidatura de este profesor de escuela rural.

Cuando el candidato izquierdista sorprendió al ganar las elecciones generales de este 11 de abril, su triunfo fue relacionado rápidamente con el descontento de las provincias ante el centralismo de Lima, el fracaso del modelo económico y el duro impacto de la pandemia en el país.

Sin embargo, fueron pocos los que destacaron el apoyo que recibió de los maestros, que reúnen a unos 450 mil miembros en su principal sindicato y gozan de gran autoridad y respeto en el interior del país.

Como rondero, agricultor, maestro de escuela rural y sindicalista, Castillo ha logrado captar fervientes devotos entre los sectores más representativos de la sierra peruana, principalmente el magisterio rural y las rondas campesinas.

Para muchos, Castillo resulta una figura familiar, que luce el típico sombrero de paja y ala grande y acude a votar montado en una yegua. 

También lo ven lejos de la lógica centralista que encarna la hija y heredera política del expresidente encarcelado Alberto Fujimori, quien creció rodeada de guardaespaldas en el palacio presidencial.

CONSTITUCIÓN Y CAMBIOS

En la segunda vuelta, ya forzado a exponerse ante medios, analistas y ciudadanos exigentes, Castillo evidenció su hostilidad hacia algunos fundamentos de las democracias liberales.

Pese a prometer por escrito que no vulnerará ningún precepto constitucional, para muchos peruanos persisten las dudas sobre las críticas que ha hecho a instituciones como el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo o la misma separación de poderes.

Lo que realmente lleva Castillo como bandera, bajo el lema "no más pobres en un país rico", es la derogación de la Constitución vigente desde 1993, creada por Alberto Fujimori y abiertamente neoliberal, y la creación de otra donde el Estado tenga mayor cabida como proveedor de servicios e impulsor de la economía.

El cambio constitucional sería legalmente posible, pero extraordinariamente complicado de conseguir, y Castillo no ha aclarado aún como planea lograrlo salvo indicando que será "el pueblo" el que lo haga.

¿LIBRE DE PERÚ LIBRE?

Parte del discurso radical del maestro, como la "nacionalización" del sector minero y energético, o la "limitación de importaciones" proviene del ideario del partido Perú Libre por el que postuló a la presidencia.

Este partido es dirigido por el médico "marxista leninista" Vladimir Cerrón, ex gobernador de la región de Junín y condenado por un delito de corrupción que le impidió postularse a él mismo a la presidencia.

Casi toda la campaña de Castillo se centró en despegarse de esta figura e intentar aproximarse al centro con propuestas mucho más mesuradas y un equipo técnico ajeno a Perú Libre.

Castillo afirma que el gobierno será suyo y solo suyo, sin injerencias de Cerrón, pero ese es un proceso ha ido a trompicones, con mensajes contrapuestos y torpezas varias.

No ofrece dudas sin embargo su postura social: es contrario a la educación con enfoque de género, al aborto y a la expansión de los derechos de la comunidad LGTBI.

HERMETISMO Y HOSTILIDAD

Castillo es además hermético ante la prensa, cuando no abiertamente hostil.

Durante la campaña, no dejó de señalar que los medios peruanos actúan en su contra con informaciones tendenciosas, exageradas o manipuladas.

En campaña, varios de sus simpatizantes agredieron a periodistas en el ejercicio de su labor, lo que disparó todas las alarmas.

Eso no oculta el hecho, como indican las encuestas al respecto, de que efectivamente la cobertura mediática en Perú es desigual y claramente favorable a su contrincante Keiko Fujimori.

(djh)