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Crece tensión en Venezuela por freno a ayuda humanitaria

Fuerzas militares venezolanas bloquearon el acceso en el puente internacional Las Tienditas, para impedir un posible ingreso de donativos internacionales

Escrito en MUNDO el

La oposición prevé hacer entrar a Venezuela los cargamentos de alimentos y fármacos destinados a paliar la emergencia humanitaria, pero de momento se encuentran detenidos en Cúcuta (Colombia), debido a la negativa del gobierno de Nicolás Maduro para dejarlos pasar, lo que ha hecho crecer las tensiones ante posibles “choques” con el ejército.

El puente internacional Las Tienditas, ubicado en la ciudad de Ureña (Táchira) y fronterizo con Colombia, es una conexión terrestre sin inaugurar, pero relevante desde hace unos días porque las fuerzas militares venezolanas bloquearon su acceso para impedir un posible ingreso de donativos internacionales.

El pasado sábado, unas 50 mujeres, vestidas de blanco, se acercaron hasta esa zona para rogar la entrada de la ayuda humanitaria impulsada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó. Pero los militares y policías, agrupados con equipos antimotines, no dejaron avanzar a las manifestantes opositoras.

Detrás de los agentes, en Las Tienditas, había militantes del oficialista Partido Unido Socialista de Venezuela (PSUV), que asistían a un acto chavista.

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No tenemos armas. Soy una docente, mi única arma es un lapicero y un cuaderno… Vamos todos a salir a las calles a pedir esa ayuda humanitaria”, decía una mujer, mientras un comandante de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ordenaba que se retiraran por su “seguridad” y evitar “choques”.

La tensión aumenta en la frontera a medida que se aproxima la fecha límite fijada por Guaidó, este sábado, 23 de febrero, para la entrega de la ayuda internacional. Este lunes, los militares impidieron el avance de profesores hacia el puente internacional Simón Bolívar, entre las ciudades de San Antonio del Táchira y Cúcuta.

No dejaron pasar a cinco buses, algunos compañeros fueron retenidos por militares y no pudieron llegar. Somos un grupo de 256 docentes que queremos expresar al país que la crisis humanitaria también abarca al sector educativo”, asegura Joan Cárdenas, un maestro.

Sin embargo, no todos se atreven a alzarse contra el régimen. El descontento es un sentimiento oprimido en el barrio de Las Tienditas.

Luis Cuéllar, de 60 años, veía la marcha de las mujeres en silencio. “La alimentación no es la que requiere un diabético. Tampoco me alcanza el dinero para comprar medicinas y comer adecuadamente, pues solo vendo rifas. Hace cinco años me amputaron una pierna y la otra hace 10 meses”, decía sentado en su silla de ruedas.

Frente a él, una fila de vecinos se abastecía de agua procedente de una tubería. Hace días, en pleno fervor de la crisis, unos funcionarios chavistas repartieron bolsas de comida y unos medicamentos que, según Cuéllar, estaban vencidos. “Que se pongan las manos en el corazón, ellos saben cómo está esto, pero se hacen los locos”, expuso.

Por su parte, la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, denunció que los donativos, muchos provenientes de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), estarían destinados a perjudicar a la población.

Esa ayuda viene contaminada y envenenada, es cancerígena, así lo han mostrado distintos estudios científicos”, indicó la semana pasada. Nunca ofreció pruebas.

Eleonora Briceño, una abogada de 27 años, opina que el Gobierno de Maduro no tiene “sentido común” cuando niegan la atención de la crisis de salud. Su abuela, de 85 años, murió el 12 de febrero en el Hospital Erasmo Meoz de Cúcuta (Norte de Santander). Antes, la familia atravesó tres veces el puente Simón Bolívar para pedir permiso para el tránsito de una ambulancia. “Estaba cerrado, no era el horario de apertura. Fue frustrante no poder salvarla o brindarle una muerte digna. Del lado colombiano tuvimos buena respuesta y del venezolano siempre nos ponían una traba para todo”, afirmó.

Los hospitales del andino Estado de Táchira carecen de insumos, medicinas y hasta de personal para atender a los pacientes. Briceño fue al centro de salud Samuel Darío Maldonado, el principal de la ciudad de San Antonio, pero solo había un médico para atender a decenas de pacientes. “Somos vulnerables, siempre la salvación está en Colombia”, señaló.

Mario Torres, un médico traumatólogo, trabaja en el hospital Maldonado. Su oficio lo alterna con movilizaciones en apoyo a la entrada de medicinas al país.

Muchas veces atendemos a los pacientes sin antibióticos, ampollas de cortisona, guantes, gasas, anestésicos, equipos de cirugía. Ellos compran sus insumos, casi siempre en Cúcuta. Algunos han fallecido por no tener ambulancias que no funcionan porque carecen de cauchos (llantas)”, explicó.

En esta expansiva crisis algunos pacientes aguardan para defender la entrada de la ayuda humanitaria. Elsy Contreras, de 63 años, se prepara para ir a la frontera ese día. Sufre de insuficiencia renal, aunque debe dializarse tres veces por semana solo puede hacerlo dos por la carestía de equipos y personal.

Todos los días muere gente inocente. Es lamentable que nuestra salvación esté a un puente de distancia, que no dejen entrar las medicinas y comida que debería garantizarnos el Estado”, opinó.

Cabe mencionar que hasta la fecha, 20 artistas han confirmado su presencia en el concierto que se realizará en Las Tienditas, Cúcuta, Colombia este próximo 23 de febrero para apoyar el ingreso de la ayuda humanitaria en Venezuela.

El concierto estará encabezado por el filántropo británico Richard Branson, Alesso (DJ), Alejandro Sanz, Carlos Vives, Carlos Baute, Camilo Echeverry, Cholo Valderrama, Gusi, Juan Luis Guerra, José Luis Rodríguez El Puma, Lele Pons, Luis Fonsi, Maluma, Maná, Mau y Ricky, Nacho, Paulina Rubio, Reynaldo Armas, Reynaldo Amaroso, Santiago Cruz y Fonseca.

Asimismo, el vicepresidente sectorial de Comunicación, Turismo y Cultura, Jorge Rodríguez, también informó que el 22 y 23 de febrero se realizará un concierto en el puente internacional Simón Bolívar, en la frontera con Colombia en Táchira, con el objetivo de beneficiar a la población de Cúcuta, pues según él, los colombianos en esta zona fronteriza viven una “gran desigualdad”.



mlmt