Pese a la diferencia de ideología ante la reapertura de empresas, las escuelas y el país en general tras la pandemia de covid-19 entre republicanos y demócratas en Estados Unidos -así como por la cercanía de las elecciones presidenciales en noviembre-, en los condados gobernados por el hoy partido opositor el coronavirus ha impactado de manera más devastadora, según publica este lunes el New York Times.
El número de muertes en EU por el coronavirus se acerca cada vez más a los 100 mil, pero las pérdidas han sido especialmente graves en sus costas, en sus principales ciudades, en el medio oeste industrial y en la ciudad de Nueva York.
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El diario estadounidense muestra que es mucho más probable que los demócratas vivan en condados donde el virus ha tenido efectos devastadores, mientras que los republicanos tienen más probabilidades de vivir en condados que han sido relativamente inmunes a la enfermedad, aunque el precio que pagan es económico.
Los condados en los que Donald Trump ganó en las elecciones de 2016 acumulan 27% de las infecciones y el 21% de las muertes totales en EU, pese a que 45 por ciento de los estadounidenses viven en estas comunidades.
Se acusa que medios de comunicación de derecha, que pasaron rápidamente de minimizar la gravedad de la crisis a llamarlo un complot demócrata para derrocar al presidente Trump, han exacerbado la brecha de la tasa de mortalidad del virus en el país.
En un contexto en el que los principales expertos médicos de la nación advierten del peligro de aliviar las restricciones.
¿POR QUÉ PASÓ ESTO?
Parte de la respuesta es la densidad de población. Casi un tercio de los estadounidenses viven en uno de los 100 condados más densamente poblados de los Estados Unidos. Allí, el virus ha cobrado su mayor número de víctimas, con tasas de infección y mortalidad tres y cuatro veces mayores, respectivamente, a la del resto de los condados.
Se destaca, por otro lado, que la inclinación política en las zonas urbanas, más golpeadas por el coronavirus, es demócrata.
En 2016, el porcentaje de votos de Trump aumentó a medida que la densidad de población disminuyó en casi todos los estados.
No obstante, también hay casos de ciudades en las que las áreas más afectadas son las periferias.
Hasta el viernes pasado, Alabama registraba 11 muertes por cada 100 mil habitantes y Nueva Jersey 122. Ambos estados han tenido un gran aumento en las solicitudes de desempleo.
En Texas, territorio republicano y el segundo estado más poblado de EU, las ciudades más grandes hasta ahora han escapado del peor daño. Más de 200 áreas metropolitanas en el país tienen tasas de infección más altas que Dallas y Houston.
Ello explicaría por qué los residentes de Texas están particularmente frustrados por el cierre.
"La cura es peor que la enfermedad, sin duda", dijo Mark Henry, un republicano que supervisa el gobierno del condado de Galveston en el sureste de Texas. "Hay negocios que cerraron y que nunca volverán a abrir".
COMPORTAMIENTO RARO DE LA ENFERMEDAD
La tasa de infección es 1.7 veces más alta en las áreas más urbanas del país en comparación con los suburbios cercanos, y 2.3 veces más alta en los suburbios que en las áreas rurales y exurbanas.
Suffolk en Nueva York, Jefferson Parrish en Louisiana y el condado de Monmouth en Nueva Jersey, son ejemplo de condados republicanos densamente poblados cerca de las principales ciudades con altas tasas de infección.
Por otro lado, residentes del condado rural y exurbano, que tienden a favorecer a los republicanos, tienen que viajar más para obtener servicios esenciales y es menos probable que tengan trabajos que les permitan trabajar desde casa. Sin embargo, incluso en áreas suburbanas más densamente pobladas, hubo menos evidencia de distanciamiento social en los condados que votaron por Trump.
Matthew Gentzkow, economista de la Universidad de Stanford que lidera un grupo de investigadores que realiza un seguimiento del partidismo en la respuesta al virus, dijo que su equipo inicialmente pensó que una crisis de salud minimizaría las diferencias.
Bajo el supuesto de que las personas que no estén de acuerdo con los impuestos o las armas estarían de acuerdo con una pandemia.
En cambio, descubrieron que los republicanos eran más escépticos acerca de la efectividad del distanciamiento social que los demócratas y habían estado viajando más fuera de sus hogares.
"Inicialmente vimos partidismo y pensamos que tal vez para el momento en que revisamos los datos ya no estén", dijo Gentzkow. “Pero resulta que no, esto es bastante serio y lo que vemos es que la brecha se hizo cada vez más grande. Estas son diferencias de creencias reales que deberían tenernos realmente preocupados”.
REPUBLICANOS
Una reciente serie de brotes en plantas de carne, cárceles y hogares de ancianos ha creado puntos calientes en 245 condados que apoyaron a Trump, el doble del número a principios de mes. Algunos de esos brotes afectan a subgrupos de la población que históricamente no han votado por los republicanos. En Iowa, por ejemplo, los latinos constituyen el 6 por ciento de la población, pero casi un tercio de los infectados. La población es 4 por ciento negra, pero 12 por ciento de los infectados son negros.
Afroamericanos y los latinos han tenido mayores tasas de infección y mortalidad por el virus, y es mucho más probable que se identifiquen como demócratas que como republicanos.
Asimismo, encuestas de opinión pública muestran un amplio apoyo a las órdenes de quedarse en casa, al igual que indican que es menos probable que los republicanos vean el virus como una amenaza significativa para su salud.
Arlie Hochschild, socióloga de la Universidad de California en Berkeley y autora de un libro de 2016 sobre el escepticismo sobre el impacto de la pandemia, se puede rastrear la desconfianza hacia el gobierno que ha crecido entre los conservadores en la última década. la derecha estadounidense llamada "Extraños en su propia tierra".
"En ausencia de confianza, simplemente crees en tus ojos y en la información que ves en tu feed de Facebook”, dice.
"Hay un estoicismo subyacente que existía antes de la pandemia que realmente se está aprovechando. Hay una noción de liberales de copos de nieve que no pueden soportarlo, que son demasiado delicados y frágiles y no tan cordiales como nosotros", expone el profesor Hochschild, que estudia la división ideológica en los habitantes.
(djh)