El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso el viernes limitaciones más duras para los estadunidenses que viajan a Cuba y restricciones para las empresas que hacen negocios con las fuerzas armadas en la isla, asegurando que "con la ayuda de Dios lograremos una Cuba libre pronto".
En un discurso en Miami en el que presentó su nueva política hacia Cuba, Trump firmó una directiva que revierte parte de la histórica apertura del expresidente Barack Obama al país de gobierno comunista después del hito diplomático alcanzado en el 2014 por los viejos enemigos de la Guerra Fría.
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— Mario J. Pentón (@mariojose_cuba) 16 de junio de 2017
Políticas que se mantienen
No rompe lazos diplomáticos porque permanece reabierta la embajada estadunidense en La Habana.
No eliminará tampoco los vuelos comerciales directos de Estados Unidos a Cuba o los cruceros, pero su política más restrictiva parece desalentar que se establezcan nuevos vínculos económicos.
No "interrumpirá" los negocios existentes, como uno cerrado bajo el gobierno de Obama por Starwood Hotels Inc, propiedad de Marriott International Inc, para administrar un histórico hotel en La Habana.
Los cubanos conservan su derecho de viajar y enviar remesas.
Se mantiene la importación sin límites, para uso personal, tabaco y ron cubano en los equipajes.
No se restablecerá la política de "pies mojados, pies secos", que permitía que la mayoría de los inmigrantes cubanos que llegaran a Estados Unidos permanecieran en el país y al final se convirtieran en residentes permanentes legales.
Prohíbe la mayoría de las transacciones comerciales de Estados Unidos con el Grupo de Administración Empresarial (GAESA) -un conglomerado militar cubano. Con información de El Universo