La directora de la CIA, Gina Haspel, escuchó un audio en el que supuestamente se capturó el interrogatorio y el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, y le dio a un miembro clave del gabinete del presidente Trump acceso a la evidencia utilizada por Turquía para acusar a Arabia Saudita de asesinato premeditado.
Haspel, quien partió para un viaje secreto a Turquía el lunes, escuchó el audio durante su visita, según personas cercanas a sus reuniones.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha hecho de Arabia Saudita un pilar central de su estrategia en Oriente Medio, se ha vuelto cada vez más escéptico con respecto a la afirmación del reino de que la muerte de Khashoggi fue una "operación deshonesta", que tuvo lugar después de una pelea en el Consulado Saudí en Estambul en octubre.
Apenas ayer, Trump dijo que los funcionarios saudíes habían participado en el "peor encubrimiento" y que los responsables del asesinato "deberían estar en un gran problema".
Una persona familiarizada con el audio dijo que era "convincente" y podría presionar más a Estados Unidos para que responsabilice a Arabia Saudita por la muerte de Khashoggi, columnista colaborador de The Washington Post.
Esto pone el balón firmemente en la cancha de Washington", dijo Bruce Riedel, ex funcionario de la CIA y académico de la Brookings Institution. "No solo habrá más presión de parte de los medios de comunicación, sino que el Congreso dirá: 'Gina, nos encantaría que vinieras a visitarnos y nos puedas decir exactamente lo que escuchaste'.”
El gobierno estadounidense tomó sus primeros pasos concretos para penalizar a Arabia Saudita el martes al revocar visas para los agentes implicados en el asesinato, una medida modesta considerando que 18 de los 21 sospechosos saudíes ya estaban bajo arresto.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que está trabajando con el Departamento del Tesoro para imponer sanciones a los responsables de la muerte del columnista.
Estas sanciones no serán la última palabra en este asunto de los Estados Unidos", dijo Pompeo.
Pero Trump ha reiterado que considera a Arabia Saudita como un gran aliado y un importante comprador de tanques, bombas y aviones estadounidenses.
Por parte de Arabia Saudita, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, líder de facto del país, negó tener conocimiento de la misión y el miércoles prometió llevar a los responsables ante la justicia. Calificó el asesinato de Khashoggi como un "crimen atroz".
En cuanto a Turquía, los funcionarios han expresado sus dudas sobre su intención de apoyar una investigación completa.
¿Cómo debería funcionar una investigación real en Arabia Saudita cuando uno de los principales sospechosos es el príncipe heredero MBS?", Dijo un alto funcionario turco, refiriéndose al príncipe heredero por sus iniciales.
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Es uno de los sospechosos. Los miembros de su guardia real formaban parte del escuadrón asesino. Estados Unidos y el resto del mundo realmente deberían aceptar esto ", dijo el funcionario, quien, como otros, habló bajo condición de anonimato para discutir un tema delicado.
Los legisladores estadounidenses han incrementado su presión sobre la administración Trump, acusando al príncipe heredero de ordenar el asesinato.
mlmt