Buster Hernández era un veinteañero desempleado que vivía con su novia y su abuela en Bakersfield, California, en Estados Unidos. Sin embargo, detrás de esta apariencia de joven despreocupado se encontraba un depredador sexual y ciberterrorista apodado como “BrianKil” con cientos de víctimas menores de edad.
Todo comenzó en diciembre del 2015, el Departamento de Policía de Brownsburg, en Indiana, se comunicó con el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), tenían un caso que podía irse de las manos.
Una menor de edad era víctima de “sextorsión”, es decir una extorsión sexual. Un hombre identificado como “BrianKil” había comenzado a comunicarse con la niña y, en algún momento, la convenció de enviarle fotografías de índole sexual.
El sujeto no paró ahí, continuó presionado a la menor de edad para que le enviara imágenes sexuales y al recibir una respuesta negativa la amenazó con publicar sus fotografías en las redes sociales. Ella siguió enviándole fotografías.
Durante 16 meses, “BrianKil” usó Facebook con diferentes alias para comunicarse con la niña y extorsionarla con fotografías sexualmente explícitas, delito que se conoce como sextorsión.
Fue entonces cuando la víctima decidió acudir con su madre, quien de inmediato prohibió a su hija a compartir mensaje alguno con el extorsionador.
En respuesta a su negativa de seguir enviando contenido sexual protagonizado por la menos, “BrianKil” amenazó a la víctima con asesinarla, así como a su madre, a su hermana menor y a su novio.
Posteriormente, el sujeto también publicó en Facebook que tenía la intención de bombardear dos escuela secundarias, una tienda y un supermercado de Indiana.
“Iré por ti. Mataré a toda tu clase y te guardaré para el final [...] Agregaré una docena de policías muertos a mi cuenta. Pruébenme, cerdos, también los acabaré con ustedes", amenazó “Brian Kil”.
En consecuencia, las autoridades aseguraron las escuelas y evacuaron las tiendas que habían sido amenazadas.
Además, autoridades escolares y la policía realizaron un foro comunitario en la que acudieron alrededor de mil personas. Posteriormente, “Brian Kil” publicó información sobre el foro asegurando que se encontraba cerca de sus víctimas.
Sin embargo, él estaba a más de 3 mil kilómetros de distancia. La información la obtuvo de otra de sus víctimas, una menor de edad que amenazó para que asistiera al foro y lo mantuviera al tanto.
Fue entonces cuando el FBI descubrió que había más de una víctima de “Brian Kil” y detectó a 375 menores que habían sido contactados por el sujeto, mismas que extorsionó, o por lo menos lo intentó, incluyendo amenazas de matar, violar, secuestrar y utilizar artefactos explosivos.
Para ocultar su identidad, “Brian Kil” utilizó métodos sofisticados que le costó al FBI dos años para identificarlo como Buster Hernández.
En agosto del 2017, Buster Hernández fue detenido; en febrero del 2020 se declaró culpable y en marzo de este año fue sentenciado a 75 años de prisión.
Los delitos en su contra van desde la producción, recepción y distribución de pornografía infantil, la coerción y la seducción de menores, la amenaza de uso de artefactos explosivos, extorsión, amenazas de muerte, secuestro o lesiones a otras personas, manipulación de testigos, obstrucción de la justicia y represalias contra una víctima.