La Policía de Alicate, España, fue alertada por una llamada realizada por una vecina, quien, al filo de las nueve de la noche, escuchó un fuerte grito y vio la puerta de los vecinos entreabierta.
Al llegar, los uniformados fueron testigos del brutal escenario: un niño de ocho años, autista, muerto y semidesnudo, mientas que su madrastra Alejandra, con cuatro meses de embarazo, se encontraba, aún con vida atada, amordazada, con la cabeza cubierta con una bolsa de plástivo y con diversas contusiones.
La mujer fue trasladada en estado de shock al Hospital General Universitario de Elda. En tanto, sobre el menor, los servicios de emergencia no pudieron hacer nada por lo que falleció en el ataque.
Su cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Alicante para determinar la causa del fallecimiento y tratar de encontrar pruebas biológicas del autor o autores.
Aunque en un primer momento se creyó que la mujer fue violada, la familia ha negado cualquier agresión de tipo sexual. En cuanto al niño, quien estaba semidesnudo, aún no han descartado la posibilidad de que haya sufrido abusos sexuales.
Los autores del ataque fueron dos hombres que llevaban casco de moto y que habrían sorprendido a la mujer y el menor en el descanso de la escalera cuando ambos se disponían a salir a la calle.
Cabe mencionar que la puerta de la vivienda no estaba forzada ni se hubo ningún robo.
Dani, el padre del menor y pareja de la mujer, se encontraba con unos amigos en las pistas deportivas del municipio cuando recibió la noticia.
Al llegar a su vivienda, sufrió un ataque de ansiedad. De hecho, tuvo que ser reducido por los agentes hasta que le suministraron un calmante.
Reacciones de familiares y vecinos
“Han sido demonios, no queda otra”, balbucea una mujer del vecindario donde sucedió el ataque.
Por su parte, los familiares se debaten en el desconsuelo: "quién" y "por qué" son las preguntas que no pueden quitarse de la cabeza.
Si Dani, deportista y entrenador de atletas, es una persona admirada, “incapaz de hacer daño a nadie”; Alejandra, que “es un cielo”, siempre atiende con una sonrisa en la tienda de ropa en la que trabaja. Y el niño: “¿Por qué el niño? ¿Qué culpa tendrá de nada ese angelito?”, señalan los conocidos de la pareja.
Con información de El Español