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3 posibles escenarios en España tras la victoria del PSOE

Un acuerdo entre PSOE y Podemos no será suficiente para garantizar la investidura de Pedro Sánchez

Escrito en MUNDO el

Liderado por el actual presidente de gobierno, Pedro Sánchez, el PSOE logró 123 escaños, superando por más de tres millones de votos a su principal contrincante, el Partido Popular (PP - centroderecha), que sufrió una declive y tan solo obtuvo 66 representantes en el Parlamento español.

La pérdida de votos que sufrió el PP puede atribuirse a los buenos resultados del partido de centroderecha Ciudadanos (57 diputados) y a los 24 representantes conseguidos por la formación del ultraderecha Vox.

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Unidas Podemos se adjudicó 42 escaños, un resultado peor que el que obtuvo en pasadas elecciones.

Tras su victoria, el PSOE sigue quedando muy lejos de la posibilidad de gobernar en solitario pues, teniendo España un sistema político parlamentario, es necesario contar con el apoyo de una mayoría absoluta (176 escaños) en el Congreso de los Diputados para ser investido como presidente.

Sánchez llegó al poder en junio de 2018 cuando impulsó una moción de censura en contra del entonces presidente Mariano Rajoy (PP), cuyo partido estaba acorralado por numerosos casos de corrupción.

La iniciativa, que significó su ascenso a la presidencia de gobierno, salió adelante con el apoyo de diputados pertenecientes a numerosas formaciones, como la izquierdista Podemos, varios grupos nacionalistas y los independentistas catalanes de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT).

Entonces, el PSOE solamente disponía de 85 cargos.

Aquí están tres posibles escenarios en España tras la victoria del PSOE, de acuerdo con información de BBC Mundo.

Un pacto con la izquierda y los partidos minoritarios

Para permanecer en La Moncloa (sede del gobierno español), analistas consideran que la alianza más natural para el PSOE es asociarse con el izquierdista Unidas Podemos, pues se trata de una agrupación que ya apoyó a Sánchez en la moción de 2018 y que ha manifestado su disposición a buscar un pacto de gobierno.

Sin embargo, el partido encabezado por Pablo Iglesias solo obtuvo 42 escaños, por lo cual su apoyo no será suficiente.

La suma de los cargos del PSOE (123) con los de Podemos (42) y otras fuerzas más pequeñas como el Partido Nacionalista Vasco (6), Coalición Canaria (2), Compromís (1) y el Partido Regionalista de Cantabria (1) alcanza a 175.

Por ello, si Sánchez quiere ser investido sin el apoyo expreso de los independentistas catalanes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y de Juntos Per Catalunya (JxCat), deberá lograr al menos una abstención entre alguna de las formaciones que no le va a apoyar.

Investidura por mayoría simple

Si la tarea de sumar apoyos para lograr los 176 escaños de la mayoría absoluta se hace difícil, la legislación española contempla la posibilidad de que el presidente de gobierno sea elegido con una mayoría simple.

Según prevé el artículo 99 de la Constitución, si el Congreso no otorga su confianza por mayoría absoluta al candidato a presidente, su candidatura será sometida a una nueva votación 48 horas más tarde y resultaría aprobada si obtiene una mayoría simple, es decir, que sean más los votos favorables que los contrarios.

Esa posibilidad, no obstante, obligaría a Sánchez y al PSOE a procurar un número suficiente de abstenciones para evitar que los votos en su contra superen a los votos a favor.

En este escenario, los independentistas catalanes pueden ser decisivos.

Un acuerdo con Ciudadanos

Una alianza entre PSOE y el partido de centroderecha Ciudadanos sumaría apoyos suficientes no solamente para lograr investir a Sánchez como presidente sino que además les permitiría formar un gobierno estable que contaría con una mayoría de 180 escaños (Ciudadanos obtuvo 57).

No obstante, esta opción es rechazada por una parte de las bases del PSOE y, además, ha sido descartada en el pasado por el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

Este domingo, mientras Pedro Sánchez pronunciaba su discurso de la victoria tras conocerse los resultados electorales, muchos de los militantes que le escuchaban coreaban al unísono "Con Rivera no, con Rivera no", en una muestra de rechazo a Ciudadanos.

Al mismo tiempo, otros decían "sí se puede, sí se puede", en un aparente posible alianza con Podemos.

Sánchez indicó a sus seguidores que había escuchado su mensaje pero dijo que no establecería un "cerco sanitario" en torno a Ciudadanos, evitando cerrar del todo ese posible acuerdo.

Esa posición de Ciudadanos no solamente resulta coherente con las duras críticas que el partido lanzó contra Sánchez a lo largo de toda la campaña electoral sino que también lo es con el perfil que Rivera ha querido dibujar de su partido a partir de la noche de este domingo: convertirse en el principal partido de oposición y, por tanto, en la principal alternativa política a Sánchez.

Independientemente de la fórmula que encuentre Sánchez para ser investido, el gobernante español deberá hacer frente a numerosos desafíos.

Durante la campaña electoral, Sánchez aseguró que el problema en Cataluña se llama "convivencia, no independencia" y garantizó que esa independencia no se producirá durante un gobierno del PSOE.

Sin embargo, no queda claro cómo podrá lograr el restablecimiento de la convivencia en una sociedad donde la crispación ha ido creciendo en intensidad durante los últimos años.

vsr