DONALD TRUMP

Trump y Musk se merecen todo lo que venga, “lo bueno y lo malo”: Paul Krugman

El economista premio Nobel de Economía 2008 denuncia la destrucción y el pozo de corrupción en que vive Estados Unidos

Elon Musk de pie y Donald Trump, en la Oficina Oval
Elon Musk de pie y Donald Trump, en la Oficina Oval Créditos: EFE
Elon Musk de pie y Donald Trump, en la Oficina Oval Créditos: EFE
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La corrupción política en Estados Unidos ya no es una anomalía, sino parte integral del sistema. Así lo afirma Paul Krugman, economista premio Nobel 2008 y columnista del New York Times, en su más reciente artículo publicado en Substack bajo el título “Wake Up and Smell the Corruption”. En él, advierte que lo que antes provocaba escándalo y consecuencias hoy se acepta con indiferencia, particularmente en las filas del Partido Republicano, luego de la disputa en redes sociales entre el presidente Donald Trump y el magnate dueño de Tesla, Elon Musk.

De acuerdo con Krugman, Trump y Musk se merecen lo que venga, “lo bueno y lo malo”. Pero no dejen que la alegría ajena de este psicodrama los distraiga del punto fundamental: Estados Unidos ha caído en un profundo pozo de corrupción.

El conflicto Elon Musk con Donald Trump

El conflicto entre Donald Trump y Elon Musk comenzó cuando el empresario criticó públicamente una ley fiscal promovida por el expresidente, calificándola de “abominable”. Esta ley penaliza el déficit presupuestario con recortes automáticos, afectando programas sociales. Musk cuestionó también la coherencia de los republicanos al respaldar esta medida y denunció su impacto negativo en la población. Estas declaraciones generaron una fuerte molestia en Trump, quien rápidamente respondió de forma tajante.

Trump desestimó cualquier posibilidad de reconciliación con Musk, afirmando que el empresario “perdió la cabeza” y que no está interesado en mantener comunicación con él. El expresidente incluso declaró que está considerando regalar su auto Tesla, como símbolo de su ruptura con el magnate tecnológico. Estas afirmaciones evidencian una ruptura total en la relación entre ambos, quienes habían compartido afinidades políticas en el pasado.

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La tensión aumentó cuando Musk, en medio del conflicto, insinuó que Trump podría estar vinculado con el caso Epstein, lo que provocó aún más fricción. Esta acusación intensificó la disputa, llevándola a un plano más personal. Aunque Musk posteriormente trató de bajarle el tono al conflicto, señalando que estaba dispuesto a dialogar, Trump reiteró que no tiene interés alguno en conversar ni en reconstruir vínculos con el empresario.

Las consecuencias del enfrentamiento no se limitaron al ámbito político. Las acciones de Tesla sufrieron una caída del 14%, mientras que las de las empresas ligadas a Trump también registraron una baja del 8%. Este conflicto, que comenzó con una crítica a una ley fiscal, ha escalado a un enfrentamiento público entre dos de las figuras más influyentes de Estados Unidos, con posibles repercusiones económicas y políticas a mediano plazo.

EFE

¿Qué más dice Paul Krugman sobre Trump y Musk?

En su artículo, escribe que Musk cree haberle entregado la Presidencia de Estados Unidos a Trump, y bien podría tener razón. Le dio a Trump y a sus aliados mucho dinero; ayudó a Trump a recuperar la confianza tras su desastroso debate; atrajo el voto de los hombres.

“Y Musk cree claramente que esto le da derecho a recibir favores especiales de la Casa Blanca: no políticas que le gusten en general, sino contratos y acciones específicas que lo beneficien personalmente. Incluso parece haberse imaginado que era, en realidad, copresidente. Es decir, simplemente asumió que la política estadounidense estaba en venta y pensó que la había comprado”.

Trump, por su parte, ha amenazado con represalias, no con políticas generales que a Musk le disgusten, sino con acciones específicas destinadas a perjudicar sus resultados. Steve Bannon incluso pide la deportación de Musk.

Krugman ha identificado como punto de inflexión la llegada de Donald Trump a la presidencia en 2016. Durante su mandato, el republicano borró las líneas entre gobierno y negocio privado, y utilizó su poder para beneficiar a su entorno personal y político sin enfrentar consecuencias legales ni políticas de fondo.

El economista destaca en su blog de Substack que Trump no solo operó con total impunidad, sino que “sentó las bases para una cultura de corrupción normalizada”, permitiendo que altos funcionarios, familiares e incluso jueces operaran dentro de ese esquema sin vigilancia efectiva.

“En resumen, ya no tenemos Estado de derecho, solo un gobierno a la medida del líder. Hemos abandonado todo lo que Estados Unidos debía representar”.

Alertó además de que el Partido Demócrata debe evitar la tentación de buscar a Musk, ya que su “marca es tóxica”.

“Es mejor ver si queda alguien en el Partido Republicano dispuesto a defender la democracia y la ley. Pero no se hagan ilusiones”.