VIDA ANIMAL

Noruega sacrifica a una morsa gigante que se acostaba en barcos, ¿por qué?

La morsa gigante, conocida afectuosamente como Freya, se convirtió en una popular atracción en el muelle de Oslo en las últimas semanas

El morsa era una hembra de 600 kilogramos (mil 320 libras) y era conocida afectuosamente como Freya.
El morsa era una hembra de 600 kilogramos (mil 320 libras) y era conocida afectuosamente como Freya.Créditos: Pixabay.
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Las autoridades de Noruega informaron que sacrificaron a una morsa gigante conocida afectuosamente como Freya, misma que se convirtió en una popular atracción en el muelle de Oslo en las últimas semanas.

La morsa, una hembra de 600 kilogramos (mil 320 libras), le gustaba subir en pequeños botes y causó daños en algunos de ellos, por lo que las autoridades les advirtieron a las personas que no debían acercarse ni posar para fotografías con el enorme pinnípedo. 

Sin embargo, las advertencias las pasaron por alto y llegaron a la conclusión de que la morsa ya representaba un riesgo para los seres humanos.

La Dirección de Pesca de Noruega dijo que Freya fue sacrificada la mañana del domingo “con base en la evaluación general de la amenaza continua a la seguridad humana”.

¿POR QUÉ SACRIFICARON A LA MORSA?

Las morsas son una especie protegida y apenas el mes pasado las autoridades habían dicho que esperaban que Freya se alejara por voluntad propia y que la eutanasia sería el último recurso.

El titular de la dependencia, Frank Bakke-Jensen, dijo que se sopesaron otras opciones, incluyendo el traslado del animal a otro lugar, pero las autoridades llegaron a la conclusión de que esa no era una opción viable.

“Mediante observaciones en el lugar durante la última semana, quedó en claro que el público ha hecho caso omiso de la recomendación actual de mantener distancia de la morsa”, indicó la agencia.

“Por lo tanto, la Dirección concluyó que la posibilidad de posible daño a las personas era elevada y no se estaba atendiendo el bienestar del animal”, agregó.

 “Sabemos que la decisión puede generar una reacción del público, pero estoy convencido de que fue la decisión correcta”, dijo Bakke-Jensen.

“Tenemos un enorme respeto por el bienestar animal, pero la vida y seguridad para el ser humano deben ser prioritarias”, finalizó.

Las morsas del Atlántico por lo general viven en el Ártico. Es poco usual, pero llega a ocurrir, que se trasladen hasta los mares del Norte y Báltico.

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