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2019, el despertar de América Latina

La protesta social fue lo que definió a estos cinco países latinoamericanos durante 2019

Escrito en MUNDO el

Este año ha sido convulsivo para América Latina. Los pueblos han demostrado su poder al salir a las calles para hacerse escuchar y, en la mayoría de los siguientes casos, hicieron retroceder a sus gobernantes.

En estos cinco países ocurrieron episodios y momentos históricos definidos por las movilizaciones y la protesta social en este año:

CHILE

Por lo menos 17 mil detenciones, 285 lesiones oculares y 23 personas asesinadas, es el saldo de los enfrentamientos entre la sociedad chilena y el gobierno encabezado por Sebastián Piñera.

La inconformidad de los residentes del país sudamericano estalló en protestas sociales en octubre de este año. En las calles las personas han dejado ver el descontento que tenían arrastrando desde que el actual presidente asumió funciones desde 2018: aumento al pasaje del transporte público, desigualdad en la repartición de riqueza del país, salarios precarios y el estilo de vida encarecido.

Fue este primer problema el que provocó la primer movilización masiva en octubre. Las autoridades anunciaron que el precio del Metro aumentaría de 30 pesos chilenos a 830. Como respuesta, estudiantes levantaron los torniquetes de este medio de transporte, para que las personas entraran sin pagar.

La policía intentó detenerlos, pero ellos replicaron: tomaron las calles de Santiago, la capital de Chile, e incendiaron estaciones del metro y autobús. Algunos grupos también saquearon supermercados y destrucción de instalaciones públicas. El gobierno decidió declarar estado de emergencia, por lo que los militares se desplegaron en el territorio. También se decretó toque de queda. Durante estas movilizaciones fueron asesinados 15 civiles.

El 19 de octubre, Sebastián Piñera cedió. Detuvo el incremento en la tarifa de transporte, pero las protestas continuaron. Los chilenos se hartaron de su situación y decidieron lo parar hasta que todas sus demandas fueran cumplidas. Al siguiente día del mensaje del presidente de nuevo hubo disturbios. Se volvió a declarar toque de queda y el Ejército regresó a las calles.

Y Piñera volvió a dirigirse a la población: “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso e implacable que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite, incluso cuando significa la pérdida de vidas humanas, con el único propósito de producir el mayor daño posible", declaró. Su declaración indignó a los manifestantes.

No sólo estudiantes salieron a las calles a protestar. Padres y madres, ancianos, profesores… Miles de personas salieron a las calles a protestar y cuidar a los jóvenes que estaban siendo violentados. Las lesiones provocadas por balas de goma disparadas por carabineros hacia los manifestantes, alcanzó una cifra histórica. De acuerdo a la Sociedad Chilena de Oftalmología, el número de ojos lastimados es el más alto registrado en protestas en el mundo.

El problema no ha parado. Las personas continúan en las calles pidiendo la renuncia de Sebastián Piñera. Se prevé que el número de personas muertas y heridas aumente en las siguientes semanas.

COLOMBIA

El sonido metálico de las cacerolas se escuchó en todo Colombia, cuando miles se manifestaron el pasado 22 de noviembre hasta entrada la noche contra las políticas económicas y sociales del presidente Iván Duque.

No se había visto una protesta así en los últimos años en Colombia: hubieron manifestaciones pacíficas y cacerolazos, no obstante, se registraron actos vandálicos, principalmente en Bogotá, Cali y en algunas ciudades intermedias, lo que provocó que as autoridades locales declararan toque de queda en algunas de ellas.

El paquete de medidas económicas que propuso el gobierno de Duque, contra el que iniciaron las manifestaciones, incluye proponer al Congreso la modificación del régimen laboral y de jubilaciones en detrimento de los trabajadores.

Entre los mensajes con que colombianos protestaban estaban "El gobierno no invierte en la educación por temor a la emancipación" o "Más salarios, menos impuestos".

El presidente Duque aseguró en un mensaje esa misma noche que los hechos ocurridos durante las manifestaciones son "vandalismo puro y no obedecen a una expresión de la voluntad popular, ni serán legitimados por el derecho a la protesta".

Sin embargo, el 23 de noviembre, Duque aseguró que buscará una "conversación nacional que fortalezca la agenda vigente de políticas nacionales", en medio, de un anuncio donde dio a conocer el fortalecimiento de la presencia de la fuerza pública en las calles.

El 25 de noviembre, comenzó el diálogo en la sede de gobierno con los alcaldes y los gobernadores elegidos en las votaciones del 27 de octubre. Entre ellos, estuvieron los futuros gobernantes de Bogotá, Cali y Medellín, ciudades donde hubo una gran actividad de manifestaciones, y que desde enero estarán en manos de la oposición.

A pesar de la reunión, en un comunicado, la presidencia aseguró que no se concretaron los avances del diálogo.

Duque fue criticado por no incluir a los principales promotores del paro nacional, con el que comenzaron las manifestaciones en el país.

Al concluir la reunión, la alcaldesa electa de Bogotá y opositora a Duque, Claudia López, dijo que Colombia, y en particular los jóvenes tienen demandas muy concretas en temas como educación y empleo que deben ser atendidas.

BOLIVIA

Evo Morales, ahora ex presidente de Bolivia, un día fue un emblema para toda América Latina: fue el primer indígena elegido como jefe de Estado en su país. Llegó a la presidencia en 2005, al ganar con 53,7% de los votos. Un periodo después, en 2009 fue reelegido; en esa ocasión salió triunfante con 63%. Los mismos resultados se han repetido hasta las últimas elecciones en 2019, con lo que acumuló diez años en el poder.

Su objetivo era claro: darle poder a los indígenas y riqueza a las personas de bajos recursos a través de la redistribución de las ganancias de gas natural. Además, apostó por la comunidad cocalera; indígenas que se dedican a cultivar la hoja de coca.

Sus estrategias tuvieron un impacto positivo en la economía de su país: según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), este sector creció 4,9% cada año, convirtiéndose en el país sudamericano que más incrementó su PIB en el 2018.

Además, se redujo la pobreza 25% y la pobreza extrema 23%. Además, la tasa de analfabetismo pasó de 13,3% en 2016 a 2,4% en 2018, como consecuencia de los programas sociales para las comunidades marginadas.

Sin embargo, en materia política y democrática el panorama no fue igual de positivo.

En las elecciones del 2019, en las que participó y compitió con Carlos Mesa hubo irregularidades La Organización de Estados Americanos y la Unión Europea solicitaron hacer una auditoría de las votaciones y Morales aceptó.

Pero al mismo tiempo solicitó a sus seguidores “defender la democracia” y frenar un “golpe de Estado”, lo que inició protestas en las calles de Bolivia.

Días después los organismos declararon que había actas físicas con alteraciones. Además, los conteos eran incorrectos. Por lo que Evo Morales llamó a nuevas elecciones, pero esto no calmó los ánimos de la población y opositores que estaban de acuerdo con el fraude electoral y con los períodos presidenciales del líder cocalero, a los que llamaron “dictadura”.

El general William Kaliman de las Fuerzas Armadas bolivianas, pidió al presidente que renunciara a su mandato para mantener la paz y estabilidad en la sociedad. Las manifestaciones ya habían alcanzado niveles alarmantes de violencia. Morales aceptó y renunció a su cargo.

Fue recibido comoa asilado político en México el 12 de noviembre de 2012, tras una estrategia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el canciller mexicano Marcelo Ebrard, para sacarlo de sudamérica con un avión de las FFAA.

Pero su renuncia a la presidencia no apagó las manifestaciones. Sus seguidores aclamaron su regreso y se enfrentaron con los elementos de seguridad de Bolivia: por lo menos 23 civiles han sido asesinados.

Mientras tanto, Jeanine Áñez, opositora, se autonombró presidente interina y ha llamado a nuevas elecciones para escoger a un mandatario definitivo. Evo Morales, en México, ha prometido que regresará a Bolivia.

VENEZUELA

Contrario a lo que se vive en otros países de América Latina, en Venezuela han ido perdiendo fuerza las manifestaciones masivas en contra del gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Luego de verse inmersos en grandes manifestaciones y semanas de choque entre detractores del gobierno y sus fuerzas de seguridad en 2013, 2014 y 2017, ahora los venezolanos no buscan participar en protestas de corte político.

A pesar de que aún existen protestas pequeñas por la falta de agua, gas o gasolina en las comunidades, las grandes movilizaciones han sido dejadas de lado.

La figura del proclamado presidente interino Juan Guaidó comenzó a perder fuerza por las fallidas negociaciones de los opositores con el gobierno de Maduro, que tuvieron lugar en Noruega, de acuerdo con especialistas consultados por BBC Mundo.

Otra de las pérdidas que registró Guaidó fue que uno de sus mayores y más agresivos aliados, John Bolton, dejó de ser Consejero de Seguridad Nacional en el gobierno de Donald Trump.

En tanto, Guaidó asegura que su liderazgo es legítimo y que 50 países lo reconocen como la primera autoridad del país, a quienes les ha pedido mayor presión contra Maduro.

Mantiene el apoyo de la mayoría de los partidos opositores al chavismo y recientemente pidió a los venezolanos "prepararse para continuar la lucha para lograr el objetivo".

Pero en este año dos hechos dañaron su imagen. El primero se suscitó en junio, cuando un caso de una supuesta malversación de recursos salpicó a dos de sus emisarios en Colombia.

Este escándalo fue aprovechado por el gobierno de Maduro, quien acusó a los opositores de crear una red de corrupción y manejar un doble discurso respecto a la transparencia y honestidad.

El segundo fue provocado por la aparición de unas fotos donde aparece con individuos que han sido señalados por ser parte del grupo paramilitar colombiano Los Rastrojos.

En las imágenes se observa que uno de los hombres que lo acompaña porta algo parecido a una pistola o al menos un estuche para cargar un arma.

El oficialismo ha utilizado estas fotografías para descalificar al presidente de la Asamblea Nacional y acusarlo de vínculos con bandas criminales colombianas.

ECUADOR

Las manifestaciones y los enfrentamientos entre civiles y policías cumplen una semana en Ecuador, luego de que el gobierno implementara medidas para reducir el déficit fiscal.

A continuación, te contamos el origen del problema y en qué punto se encuentra:

El problema tuvo su origen con el crédito que el gobierno de Ecuador solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI) por 4 mil 200 millones de dólares.

A cambio, Ecuador se comprometió a reducir el déficit fiscal ahorrando y mejorando la recaudación, por lo que impuso las siguientes medidas:

-        Contribución especial de las empresas con ingresos de más de 10 millones de dólares al año;

-        Reducción salarial del 20% en contratos temporales;

-        Reducción de las vacaciones a la mitad, de 30 a 15 días;

-        Los trabajadores del Estado deben aportar al gobierno 1 día de salario.

Sin embargo, la medida que causó mayor revuelo fue la eliminación del subsidio a las gasolinas, vigentes en Ecuador desde hace cuarenta años.

El precio de la gasolina registró un aumento de más del 120% en las bombas de gasolina.

Como consecuencia, se registraron incrementos en el precio del transporte y en los productos de los mercados, ya que los comerciantes argumentan que los fletes son más caros y que algunas de las grandes carreteras fueron bloqueadas durante el paro.

También hubo especulación de forma que el gobierno ha realizado inspecciones para controlar los precios.

En respuesta, miles de ecuatorianos salieron a las calles para manifestarse en contra de las medidas del gobierno de Lenín Moreno, aplaudidas por el FMI.

Desde el movimiento indígena, el sector de transporte, sindicatos y estudiantes han tomado las calles, donde incluso se han reportado saqueos y daños a locales comerciales y negocios; la policía ha respondido ante estos actos con represión.

El gobierno de Moreno decretó un Estado de Excepción de 60 días para poder establecer zonas de seguridad, desplegar a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional, y censurar a la prensa.

La administración ecuatoriana aseguraba  que no habría marcha atrás en la implementación de medidas fiscales, pues eran necesarias para el país.

El 14 de octubre, el gobierno de Lenín Moreno derogó el paquete de ajustes, tras las movilizaciones y un acuerdo con las comunidades indígenas.

cmo