Huracanes, tifones o ciclones, pueden recibir nombres distintos dependiendo la zona en la que se producen, pero sus efectos suelen ser siempre devastadores. Aquí te mostramos cómo se forman.
En el Océano Atlántico y el este del Pacífico se les llama huracanes, en la Bahía de Bengala y en el Océano Índico se les conoce como ciclones, mientras que en el Pacífico occidental se los conoce como tifones.
La formación de los huracanes se da por la acumulación de tormentas eléctricas que se desplazan sobre aguas oceánicas cálidas.
Luego, cuando el aire cálido de la tormenta y de la superficie oceánica se combinan, empiezan a elevarse en forma de remolinos. Esto genera baja presión en la superficie del océano.
¿POR QUÉ GIRAN?
Los vientos que circulan en direcciones opuestas hacen que la tormenta comience a girar. La elevación del aire cálido hace que la presión disminuya a mayor altitud.
La tormenta gira debido a la rotación de la Tierra y la energía del agua caliente del océano aumenta la velocidad de los vientos. Así es como la tormenta va fortaleciéndose.
Para que finalmente sea considerado un huracán tiene que alcanzar los 119km/hora.
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ESCALAS
El impacto de un huracán suele ser severo siempre que toca tierra. Para poder evaluar los peligros y la capacidad de destrucción de los huracanes, así como la serie de medidas que hay que tomar para proteger a la población, se creó la escala de Saffir-Simpson.
Esta escala fue creada especialmente para medir la fuerza de los huracanes en el continente americano y se utiliza cada vez más para categorizar ciclones y tifones, aunque algunas regiones utilizan otras escalas.
mlmt