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Muere alpinista tras caer inesperadamente del Everest

La gran leyenda del alpinismo actual murió tras una caída inexplicable en las inmediaciones del campo 2

Escrito en DEPORTES el

La gran leyenda del alpinismo actual, Ueli Steck, falleció tras sufrir una caída inexplicable hasta el momento en las inmediaciones del campo 2 del Everest.

Los medios locales han informaron que el suceso ocurrió en las laderas del Nuptse oeste.

Cabe recordar que en 2013 Steck pensó que moriría en el mismo campo, donde se enfrentó a un grupo de sherpas que lo acorralaron, golpearon, patearon y amenazaron de muerte a él y a sus compañeros de expedición Simone Moro y Jonathan Griffit.

Steck pidió un tiempo de reflexión y soledad.

No quiero obviar hasta qué punto estos hechos me han tocado y afectado emocionalmente, y reconozco que aún sufro las consecuencias, especialmente en las largas noches. Por tanto, les pido a todos comprensión: para mí ha llegado el momento de tomar un tiempo de tranquilidad, ordenar mis prioridades, recargar mis energías y lograr una mejor visión del futuro.

En otoño del mismo año, el suizo reapareció realizando una ascensión en solitario tan extraordinaria como inesperada, escaló la terrible vertiente sur de la montaña y regresó al campo base en poco más de 28 horas.

Otro de sus logros fue en 2008, cuando se embarcó en una ascensión en la artista este de la montaña que salvo la vida del rumano Horia Colibasanu, quien se negaba a abandonar a un Iñaki Ochoa de Olza moribundo.

Ese día Steck salvó la vida de Horia y evito que Iñaki muriera de soledad, el alpinista no quiso recoger la medalla al mérito deportivo del Gobierno de Navarra.

Ueli fue un ejemplo de alpinismo auténtico, de escasas palabras y grandes empresas, hacía creíble lo increíble. Y es que el suizo había logrado presentarnos un futuro con el que nadie especulaba.

 

Le llamaban maquina suiza, porque había entendido que en los tiempos que corren, el alpinismo no sólo es una forma de vida sino una disciplina que, para crecer, necesitaba una revolución: su planificación científica de sus ascensiones, su dominio técnico, sus dotes de escalador en roca, hielo y mixto, su capacidad aeróbica entrenada de forma espartana y su fortaleza mental le habían conducido hasta un lugar donde no existen las casualidades.

Steck fue capaz de escalar las grandes caras  norte de los Alpes (Eiger, Jorasses y Cervino), de desafiar en tiempo récord la sur de Annapurna, si escaló los 82 cuatromiles de los Alpes en 62 días o si se creía capaz de completar por primera vez la travesía Everest-Lhotse.

Para afrontar la travesía Everest-Lhotse escogió la compañía de Tenji Sherpa, zanjando con suma elegancia el episodio que tanto le afecto en 2013.

“Pero lo que más temía no era su fortaleza física, sino que tuviésemos que asumir riesgos exagerados. Para mi sorpresa, descubrí en Steck a una persona sumamente precavida. Cuando renunciamos por dos veces a la cima, ésta estaba a 200 metros de distancia, pero una mirada nos bastó para dar media vuelta: sabíamos que no bajaríamos de forma segura si seguíamos adelante”, reveló David Goetter, con quien compartió un ascensión del Shishapangma.

Irónicamente tras cuatro años del enfrentamiento donde pensó que perdería la vida,  el día de ayer Ueli Steck murió y con él su placer etéreo de recorrer paisajes salvajes de montaña a gran velocidad, tratando de conservar el delicado equilibrio entre la perfección técnica, la fortaleza física y el absurdo papel del destino.

Con información de El País.