TEXCOCO, Estado de México (La Silla Rota).- El pasado cuatro de abril se realizó el primer motín de reos en el penal de Molino de Flores; anoche, por segunda vez en este año, más de 600 policías estatales se movilizaron para controlar una nueva rebelión de interno en los módulos 2, 3 y 5 que exigían el cese de los operativos internos contra objetos prohibidos.
En ambos casos, los internos a través de sus familiares señalaron que el fondo de los motines son las agresiones físicas que reciben por parte del comandante de apellido Betancourt y sus allegados.
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“A mi esposo le rompieron una costilla cuando se negó a ser trasladado a un penal federal”, dijo Elizabeth que inició su respectiva queja en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, por “actos de torturas”.
Elizabeth aseguró que cuenta con testimonios de nueve internos que han sufrido agresiones físicas en el módulo conocido como “La Fortaleza” e incluso, exigen que ingrese personal de derechos humanos para que escuchen las quejas.
El pasado cuatro de abril, los internos quemaron colchonetas y desperdicios para protestar por la reubicación de internos; sin embargo, la oportuna intervención de la policía estatal y de municipio de los alrededores, impidió que el clima de violencia creciera en aquella ocasión.
Las autoridades penitenciarias solo reportaron a un interno lesionado por una pedrada.
Anoche, la Subsecretaría de Control Penitenciario informó que el motín inició a las 20 horas en los módulos 2, 4 y 5 porque los internos se rehusaban a ingresar a sus dormitorios, “exigiendo que cesen los operativos de detección de objetos prohibidos”.
A esa hora se empezó a movilizar la policía de varios sectores de la zona oriente del Estado de México para reforzar la seguridad en el perímetro del penal de Texcoco.
A las 22 horas, informó que “la presencia de 600 elementos de las fuerzas coordinadas de seguridad, el contingente en insubordinación fue disuadido y casi de inmediato depusieron su actitud”.
Las autoridades penitenciaras destacaron la presencia de representantes de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, para ser testigos del restablecimiento del orden.
“La Secretaria de Seguridad reitera que no tolerará que a través de la violencia o de actos de manipulación se pierda el control y la disciplina en los Centros de Readaptación Social del Estado de México”, estableció la Subsecretaría de Control Penitenciario.
Sin embargo, Cecilia, esposa de unos de los internos, señaló que al interior del penal Molino de Flores se comenten actos de tortura por los comandantes de la vigilancia, por ello, los presos se han amotinado en dos ocasiones.
“Es necesario que entren los de derechos humanos y confirmen todos los abusos que ocurren en los módulos y escuchar a los internos”, expresó.
Explicó qué hay personas que están sumamente golpeadas que ya no resisten las agresiones de los comandantes.
fmma