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Migrantes, bajo el temor de redadas y enfermedades

Caravanas son desintegradas, los indocumentados son detenidos y repatriados, y los menores son los más vulnerables ante enfermedades, como la varicela

Escrito en ESTADOS el

Agentes del Instituto Nacional de Migración y de la Policía Federal reforzaron las redadas contra migrantes en varios hoteles y plazas públicas de Tapachula. El mes pasado, en un operativo de detención fueron asegurados 50 cubanos que se hospedaban en un hotel.

Y aunque en algunos hoteles, sus dueños han exigido órdenes de cateo, agentes federales y de migración proceden a realizar la redada contra los migrantes indocumentados.

Un vecino de Tapachula narra la forma en que se llevan a cabo las redadas: “llegan cuando está oscureciendo, con uniformes de combate, se bajan de sus vehículos oficiales. Rodean por completo el hotel o los hoteles. Los agentes corren de puerta en puerta, arrastran a la gente”.

“Los migrantes gritan o huyen por las puertas traseras, huyen sobre los techos de las casas vecinas, sufren al evitar ser detenidos”.

Además de estas redadas, durante las últimas semanas las autoridades mexicanas se han dedicado a desarticular las caravanas de migrantes, instalar controles en carreteras en las rutas más frecuentadas en su ruta hacia el norte.

Los arrestos y las deportaciones en México se están multiplicando rápidamente, sembrando el miedo entre miles de centroamericanos y nativos de otras naciones que se amontonan en los refugios para migrantes y hoteles económicos en Tapachula, la mayoría de ellos con la esperanza de llegar a la frontera estadounidense.

“Me da mucho miedo”, dijo un cubano en un hotel de Tapachula. “El miedo nunca desaparece”.

Actualmente, el gobierno mexicano ha estado bajo una intensa presión del presidente estadounidense, Donald Trump, para bloquear el paso de las decenas de miles de migrantes indocumentados que buscan llegar al norte cada mes.

Como las autoridades estadounidenses no pueden detener la inmigración ilegal hacia Estados Unidos, Trump responsabiliza a los países de la región —entre ellos Guatemala, Honduras y El Salvador, los puntos de origen de la mayor parte del éxodo— y los ha amenazado con sanciones a menos que tomen medidas más severas.

A México lo amagó con imponerle aranceles a todos los productos que se vendan en Estados Unidos.

Se duplican deportaciones

En los primeros seis meses de Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador se han devuelto a 80 mil 537 migrantes, principalmente del Triángulo Norte de Centroamérica, integrado por El Salvador, Honduras y Guatemala; mientras que en el mismo periodo del último año de la administración de Enrique Peña (diciembre 2017-mayo 2018) se retornó a 52 mil 359, lo que equivale a 54 por ciento más casos en el actual sexenio.

Tan sólo en el primer trimestre de este año, 22 mil 112 centroamericanos fueron deportados y 162 de Cuba y Haití; sin embargo, en el mismo periodo un año atrás la cifra fue de 26 mil 980; es decir, hubo una disminución de 22 por ciento con respecto a Centroamérica. En el caso de El Caribe, la reducción fue de 252 por ciento, con 46 retornos.

Además, fueron presentadas 31 mil 675 personas ante el Instituto Nacional de Migración (INM) y sus 32 delegaciones estatales.

Frontera Sur, endeble

Más allá de los recientes esfuerzos de control migratorio, el gobierno de México ha admitido que su frontera sur es sumamente endeble, pues miles de migrantes la atraviesan cada mes por cientos de cruces ilegales.

A lo largo del río Suchiate, que marca una parte de la frontera entre México y Guatemala, cientos de balsas cruzan a plena vista de un puente fronterizo oficial. Las embarcaciones, hechas de tablones de madera atados con llantas, flotan de un lado al otro en el transcurso del día, transportando abiertamente a migrantes indocumentados, residentes locales y mercancías del mercado negro.

De acuerdo con los balseros, las severas y recientes medidas de control de las autoridades mexicanas no han afectado su tráfico ilegal. Marvin García, un balsero veterano, dijo que tan solo en el punto donde él trabaja habían cruzado más de 150 migrantes indocumentados en dos días. En lo que respecta a la patrulla fronteriza y otras fuerzas mexicanas de seguridad dijo que “se dan una vuelta de vez en cuando, nada más”. “No hacen nada”.

Más deportaciones

A finales de marzo, el presidente Donald Trump amenazó con cerrar la frontera con México para obstaculizar la migración. También se movilizó para retirar la ayuda a los países centroamericanos de donde provienen la mayoría de los migrantes.

México respondió con celeridad, con un aumento casi inmediato de los arrestos y las deportaciones. En abril, casi 15,000 migrantes fueron deportados de México, un aumento de los casi 9,100 deportados en marzo, según las estadísticas gubernamentales. El conteo mensual se incrementó aún más en mayo. En los últimos dos meses, el gobierno de López Obrador deportó un 67 por ciento más de personas migrantes que la cantidad deportada por su predecesor, durante este mismo periodo en 2018.

Varios miles de migrantes, a menudo como último recurso para evitar que los deporten, han solicitado visas o asilo en México. Sin embargo, el flujo ha abrumado a las agencias migratorias del gobierno, que se están derrumbando bajo el peso de los retrasos severos en casos pendientes y los recortes presupuestarios.

A pesar del aumento incesante de la migración en meses recientes, el Instituto Nacional de Migración sufrió un recorte del 23 por ciento a su presupuesto este año.

Los retrasos son evidentes en Tapachula, la ciudad principal en esta región de México y una estación de paso importante para los migrantes en su trayecto desde Centroamérica hacia el norte. Miles de migrantes saturan los refugios y los hoteles económicos de la ciudad o atestan las casas de huéspedes, mientras esperan durante meses la resolución de sus solicitudes.

Peticiones de asilo

Karina Orellana, de 24 años, su pareja, Jorge Alberto Martínez, de 43, y el sobrino de Martínez, David Martínez, de 25, llegaron desde El Salvador hace una semana con la esperanza de ser recibidos con los brazos abiertos por el gobierno mexicano. Planeaban solicitar refugio en México y mudarse al estado norteño de Nuevo León porque escucharon que allí podrían encontrar trabajo.

No obstante, no estaban preparados para el control migratorio severo ni los enormes retrasos burocráticos. Los funcionarios mexicanos les dijeron que el proceso de las peticiones de asilo podría tardar hasta cinco meses.

“Las noticias dicen una cosa y la realidad es diferente”, dijo Orellana, quien se quedó con sus acompañantes en el Albergue Jesús El Buen Pastor del Pobre y el Migrante, donde casi 600 personas están amontonadas en un espacio con capacidad para unas 250. Las largas esperas han orillado a algunos migrantes a rendirse y retomar su camino hacia el norte.

“Muchos están preguntando: ‘¿Cuándo pasa el tren?’”, relató Rosibel López Gómez, gerente del albergue, haciendo referencia al tren de carga conocido como La Bestia, que abordan muchos migrantes de manera ilegal para cruzar México.

Varicela en la frontera norte

Alrededor de 32 casos de niños migrantes con varicela son atendidos actualmente en albergues de Mexicali y Tijuana, Baja California; están bajo control y se esperan vacunas vía el Gobierno federal para la recuperación de los infantes, informó Caleb Cienfuegos Rascón, secretario de Salud de Baja California.

El funcionario federal explicó que, aunque la varicela “es una enfermad que se autocontrola, si la dejamos con aislamiento, el paciente se recupera en un periodo de siete días, sin ningún problema, los albergues presentan variables por el hacinamiento”.

Dijo que esto provoca que la posibilidad de la tasa de ataque es elevada entre los infantes inmigrantes, “todas las personas que se encuentran en los albergues de migrantes viven en condiciones de hacinamiento”.

“Se han estudiado diferentes opciones tanto en Mexicali como en Tijuana, aquellos casos que sean necesario sobre todo en la población pediátrica es llevarlos a un albergue distinto para dar cierto aislamiento, sin embargo, no es solamente el niño el que se mueve sino la familia”.

Rebasada capacidad de PF

Todos los días, la Policía Federal realiza en Tamaulipas la detención de migrantes ilegales, en carreteras, hoteles o las orillas del río Bravo, rebasando su capacidad.

Manuel Calvo Rojas, comisario de la Policía Federal en Tamaulipas, señaló que el paso de migrantes por Tamaulipas es incontrolable rebasando la capacidad de la Policía Federal para efectuar las tareas de vigilancia y persecución de los delitos.

Así recalcó que hacen esfuerzos por frenar el paso de migrantes ilegales hacia los Estados Unidos, pero es tal el paso masivo de estos que algunos logran evadir la vigilancia y cruzar el río Bravo.

“Todos los días en las carreteras hacemos dos o tres detenciones de migrantes sin papeles que viajaban a bordo de autobús o vehículos particulares o lo encontramos en hoteles y a la orilla del río Bravo cuando intentan cruzar este hacia Estados Unidos”, comentó.

Mencionó que es tal el flujo de migrantes que la Policía Federal se está viendo rebasada en su capacidad para poder contener el flujo de migrantes.

Hizo hincapié en que las detenciones de migrantes se han hecho con pleno respeto a los derechos humanos, y “ayudándolos los más posible pues son personas que únicamente buscan trabajo, el mejorar sus condiciones de vida. A veces son trasladados en trailers amontonados, sin agua, con mucho calor y sin poder ir al baño”.

Calvo Rojas, comentó que algunos elementos que recorren las carreteras ya lleven hileras con botellas de agua y suero que compran con sus propios recursos pues da lástima en las condiciones en las que son encontrados los migrantes.