El gobierno de México se apega a una interpretación muy tradicional de la Doctrina Estrada sin considerar el compromiso con la democracia y los derechos humanos; sin embargo, debe mantenerse sobrio frente al conflicto en Venezuela para evitar agudizar la crisis al manifestar su respaldo a uno de los bandos, y debe posicionarse como un mediador si las partes aceptan las mesas de negociación, consideraron internacionalistas consultados por LA SILLA ROTA.
Luis Daniel Vázquez Valencia, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), señaló que México debe evitar apoyar a Nicolás Maduro o a la oposición, ya que hacerlo podría abonar a la creación de un ambiente de violencia.
Lo que tenemos que priorizar es sobriedad frente a la crisis que se tiene en Venezuela, porque alentar a cualquiera de los dos bandos puede llevarnos a un grave conflicto con un alto costo humanitario, en consecuencia, también una posible intervención armada sería una decisión absolutamente errónea”, expuso.
El investigador de Flacso indicó que México tiene que ser muy cuidadoso, ya que las partes en conflicto sólo ven como única solución posible la dimisión del otro para mantenerse en el poder, lo que “se necesita es cambiar esa lógica y lograr construir un escenario en el que las dos partes puedan hacer política y complementarse en el poder político”.
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Dijo que México debe ubicarse como mediador en el conflicto en Venezuela, y a pesar de no tener una posición de liderazgo en América Latina, “esta coyuntura y el hecho de que el gobierno esté recién llegado y además sea de signo de izquierda, le puede ayudar a construir ese proceso de liderazgo, al menos para llevar esta intermediación, porque el gobierno de Nicolás Maduro confía en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador”.
Por su parte, María Pía Taracena, académica del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, explicó que la posición de neutralidad del gobierno de México es porque “quiere asumir el papel de mediador, por eso el canciller (Marcelo Ebrard) acompaña su declaración de no intervención con una posible mediación con Uruguay”.
La declaración de Nicolás Maduro de que sí puede aceptar la mediación que ofrece México, eso le da un liderazgo a México del lado de Maduro, pero falta ver como México se va a acercar a la oposición para sentar a las partes, no la tiene nada fácil”, detalló.
Recordó que desde el 2001 México le dio un giro a la política de no intervención al suscribir la Carta Interamericana Democrática de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que obliga a los firmantes a velar por el orden democrático y constitucional de los países, es decir, vigilar que haya elecciones libres, limpias y transparentes.
María Pía Taracena consideró que México se está apegando a una interpretación muy tradicional de la Doctrina Estrada, “reconocen al gobierno de Maduro porque es con quien tienen relaciones, pero el compromiso con la democracia y los derechos humanos se hace a un lado”.
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