Un proceso mercantil terminó con las operaciones de Mexicana de Aviación hace 8 años, le cortó las alas, por lo que alrededor de 8 mil trabajadores de la aerolínea se quedaron sin trabajo.
A pesar de la declaración de quiebra de la aerolínea en abril de 2014, la liquidación de los trabajadores, la cual asciende a cerca de 4 mil millones de pesos, no se ha podido entregar.
Mexicana de Aviación era la segunda aerolínea comercial en importancia en el país, conocida como la más antigua de América Latina y cuarta a nivel mundial.
Las luchas de los trabajadores les permitió alcanzar uno de los contratos colectivos más avanzados del país, así como un esquema de jubilación muy atractivo.
De acuerdo con Inés Montarcé, doctora en Estudios Sociales e investigadora de la UAM Iztapalapa, la crisis de Mexicana de Aviación “tuvo su origen en una estrategia de saqueo y desmantelamiento promovida por la gerencia, con la complicidad por omisión y acción de autoridades de los gobiernos panistas de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa”.
Los derechos de propiedad de Mexicana de Aviación los tenía la Corporación Internacional de Transporte Aéreo (CINTRA), y los vendió a Grupo Posadas, dirigido por Gastón Azcárraga Andrade.
En octubre de 2006, la nueva gerencia les pidió a los sindicatos ajustar los contratos colectivos de trabajo bajo un argumento “estrictamente financiero”.
La adecuación salarial no se pudo dar, por lo que Grupo Posadas creó dos filiales para descapitalizar a Mexicana de Avión. Aerovías Caribe (Click) y Mexicana Inter (Link), dos aerolíneas de precios bajos. Los trabajadores de estas filiales tenían salarios más bajos que los de Mexicana de Aviación.
Con la operación de Click y Link se buscaba dejar en estado de quiebra a Mexicana de Aviación, para después apropiarse de la operación de sus rutas y slots (horarios de despegue y aterrizaje).
Una mala administración de la gerencia permitió que aumentaran las pérdidas de la línea aérea, hasta que los pasivos alcanzaron los 14 mil millones de pesos.
La compañía negó manejos fraudulentos y argumentó que la crisis de Mexicana de Aviación se debía a que ésta pagaba salarios 49 por ciento superiores a los de las aerolíneas y extranjeras y 185 por ciento más que compañías nacionales.
Mexicana de Aviación solicitó la entrada a concurso mercantil por encontrarse en estado de insolvencia, y el 10 de agosto de 2010 los trabajadores dejaron de percibir sus salarios.
El concurso mercantil duró casi 4 años, en el que unos 30 inversionistas no lograron acreditar capacitad de capitalización.
“El fracaso del concurso no se debió a un problema estrictamente comercial, sino que hubo condicionantes políticos que actuaron a favor de la quiebra, obstaculizando cualquier posibilidad de capitalización. La cerrazón gubernamental, las presiones ejercidas por otras compañías, la falta de acuerdos entre inversionistas, acreedores y trabajadores, y la nula voluntad política de la SCT, fueron fundamentales en la obstaculización del convenio”, señaló Inés Montarcé.
AJ