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Xochimilco, una fuente de agua a punto de secarse

Desde hace cuatro años, los vecinos del pueblo de Nativitas han reportado fisuras, grietas y hundimientos que han ocasionado daños estructurales en sus viviendas

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Escrito en METRÓPOLI el

Ciudad de México (La Silla Rota).- Era la mañana del 26 de noviembre de 2016 cuando crujió el piso. Se abrió la tierra y se formaron dos socavones. En uno de ellos de aproximadamente dos metros de largo y un metro de profundidad, se quedó atrapado un microbús de la ruta 20 que circulaba por la avenida Xochimilco-Tulyehualco.

 

Dos meses después a 400 metros de ese lugar se manifestó una falla geológica en el canal 27 de Zacapa, Nativitas y se tragó 10 millones de litros de agua. 

 

Desde hace cuatro años, los vecinos del pueblo de Nativitas han reportado fisuras, grietas y hundimientos que han ocasionado daños estructurales en sus viviendas. Se lo atribuyen a la extracción “desmedida” de agua de los pozos que se encuentran en la zona.

 

Luego de que se abrieron los socavones en noviembre pasado, personal de la delegación y Sistema de Aguas de la CDMX (Sacmex) examinó la zona y encontraron un sistema de oquedades que están conectadas con lo que antes fue el ojo de agua del manantial que fue detectado en la época del porfiriato y desde entonces se extrae agua de ahí. 

 

Avelino Méndez Rangel, jefe delegacional de Xochimilco, explica en entrevista con LA SILLA ROTA que las tres situaciones fueron originadas por distintas razones. Los socavones y la grieta del canal de Zacapa se deben a que por ese terreno cruzan dos fallas geológicas, de acuerdo con el Atlas de Riesgo de la demarcación, elaborado por el Instituto de Geofísica de la UNAM.

 

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“Los hundimientos y fallas en las viviendas de los vecinos de Nativitas tiene otros factores, desde asentamientos del suelo. Nos explican los técnicos que puede haber otra situación que es la mala construcción de las viviendas”. 

 

Argumenta que el asunto de extracción de agua es un problema generalizado en el Valle de México, no sólo a esa zona. 

 

“Toda la CDMX tiene problemas de hundimientos y se manifiestan fallas geológicas se está asentando el lecho de ese lago y está afectando lo que está en sus orillas, y aún en el centro, se secó quedó el suelo, son arcillas que se están compactando y en cualquier momento se abren, eso lo que está sucediendo, pero es un problema generalizado de la ciudad”.  

 

El delegado detalla que en la avenida Xochimilco- Tulyehualco se encontró un socavón producido por una instalación inadecuada de un poste de luz que al no estar bien anclado, dañó una isla de conducción de agua potable. Se salió el agua y ahí se formó una grieta. 

 

“Después producto de ese socavón se advirtió que había ese sistema de oquedales y que ya finalmente con estudios de geofísica, elaborados por la delegación y por Sacmex, si se detectó que es una falla, igual que la que está en el canal de Zacapa. También es un asunto geológico”. 

 

Hundimientos en Nativitas

 

El pueblo de Nativitas está ubicado al oriente de la delegación rumbo a Tulyehualco. Ahí en la época de Porfirio Díaz se detectó un sistema de manantiales que sirvieron para alimentar de agua el centro de la ciudad. Y desde hace algunos años en ese pueblo está el pozo San Luis 20 de donde extraen parte del agua que abastece a los habitantes de la delegación Xochimilco. 

 

Vecinos de Nativitas han detectado que en la medida que se secan los mantos acuíferos y se sigue extrayendo agua del pozo San Luis 20, se presentan hundimientos diferenciales que ocasionan que se abran grietas y fisuras en sus casas. 

 

La Comisión de Vecinos del pueblo de Santa María Nativitas ha contabilizado recientemente que 130 casas presentan daños en sus pisos, muros y techos. 

“Esas son las registradas, pero sabemos que hay más, calculamos que mínimo hay unas 400 casas afectadas en todo el pueblo de Nativitas. La mayoría de las casas afectadas, hasta el momento detectadas, se encuentran en la parte plana en lo que era el casco viejo del pueblo y pertenecen a personas originarias”, indica Armando Solares Chávez, vecino del pueblo de Nativitas, cuya casa está en el censo de las dañadas. 

 

El vecino agrega que los afectados están luchando para que el gobierno de la Ciudad de México les ayude a reparar los daños que se produjeron con la extracción desmedida de agua. “Las autoridades nos han dicho que la extracción no afecta a las casas. Que las fisuras se han producido por otro motivo”. 

 

 

Pese a lo que señala la delegación, dice Solares Chávez que ya han demostrado con estudios de GeoTec y otras instituciones que la extracción de agua sí afecta y de manera muy directa a las casas.

 

Al igual que la manifestación de la falla en el canal Zacapa ya había ocurrido, también en el pueblo de Nativitas, que está a unos 400 metros de ahí, las viviendas ya habían sufrido hundimientos. En la década de los 90, cerca de 60 casas fueron declaradas en alto riesgo. En ese tiempo, las autoridades respondieron y apoyaron con la reparación de las viviendas. Algunas de ellas se demolieron.

 

En un recorrido por el pueblo de Nativitas se constató el daño que tienen las casas afectadas por los hundimientos diferenciales que han ocasionado fisuras y grietas en los muros, así como separación del piso.  

 

Josefa Serralde vive en primera cerrada de Cuauhtémoc en Nativitas, cuenta que hace unos años su casa comenzó a hundirse. En uno de los cuartos aparecieron grietas y se volvió tan peligroso, que mejor optaron por demoler esa parte de la casa. Dice que intentó acercarse a las autoridades, pero no tuvo respuesta. Los daños regresaron y de nuevo se formaron hoyos y fisuras. 

 

Debido a que muchas de las casas volvieron a presentar daños, la Comisión de Vecinos pidió al gobierno que con un estudio demostrara que la extracción de agua no afectaba. “Contestaron que no tenían presupuesto, porque se requerían tres millones de pesos”, resalta Armando Solares. 

 

Sin embargo, los vecinos recibieron apoyo de un especialista del Instituto de Geofísica de la UNAM, el geólogo Luis Salas, quien consiguió que la UNAM realizara un estudio gratuito como una labor social. Hasta el momento la investigación lleva un año. 

 

Especialistas indagan 

 

José Luis Salas Corrales, investigador del Instituto de Geofísica, se interesó por la problemática que tienen los vecinos de Nativitas en sus viviendas y se planteó mediante un estudio ver la forma en que cómo la sobreexplotación de los mantos acuíferos tenía una relación directa con los hundimientos.

 

Explica que el trabajo que efectúa en la zona es un estudio hidrogeológico para detectar el impacto que tienen los acuíferos y cuál es la relación que puede haber entre esa sobreexplotación y los hundimientos que están ocurriendo en últimas fechas. 

 

La idea es generar un informe en el que al final se haga la integración de esos datos, se procesen y se puedan generar mapas. Por último se busca dar recomendaciones al respecto de todo lo que se obtuvo y las conclusiones a las que se pueda llegar. 

 

 

“Es un primer estudio, un acercamiento”. Adelanta que una de las recomendaciones es que se necesita que este estudio esté más detallado. Se tiene que ampliar. Después viene la parte de cómo se puede manejar para el acercamiento con las autoridades y trabajar de manera conjunta para intentar solucionar el problema”.

 

El especialista indica que pese a que la delegación asegura que las problemáticas en la zona no se deben a la extracción de agua de los pozos, considera que “seguramente debe de haber una correlación con lo que está ocurriendo en el canal y en con el socavón que se abrió en la avenida. La información que la delegación proporciona es con base en un atlas de riesgo que se tiene que actualizar con estos datos”. 

 

Indica que lo que ocurre en Nativitas es una suma de muchos factores. Al final lo más importante es la situación geológica. “Estamos es un sitio donde se combinaron los materiales volcánicos con los materiales del lago. Y a eso le sumas, la sobreexplotación de los mantos acuíferos que aceleran estos hundimientos, que generan fracturas y fallas no sólo en las casas, sino también en el mismo terreno”.

 

Antes en esta zona, hace 40 años había manantiales, ahora eso se ha acabado. “El problema es que se necesita agua. Lo que sería importante es generar ciertas obras que puedan ayudar a que el acuífero no se acabe tan rápido como pozos de infiltración, así como la generación de conciencia en los vecinos y en la gente joven”.

 

vsv