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Víctimas del 68 piden reabrir juicio a Luis Echeverría

Durante la manifestación para conmemorar a las víctimas del 2 de octubre, hubo enfrentamientos, cohetones y uno que otro zafarrancho

Escrito en METRÓPOLI el

Con motivo del 52 aniversario de la matanza en Tlatelolco del 2 de octubre de 1968 y la pandemia de covid-19, las actividades para conmemorar la fecha se diversificaron.

Luego de que esta mañana se realizaran diversos eventos oficiales, esta tarde, activistas, padres de normalistas, miembros del Comité 68 y encapuchados se reunieron en distintos puntos de la zona centro de la Ciudad de México y exigieron reabrir juicio al expresidente Luis Echeverría.

En Tlatelolco, el Comité 68 realizó un acto político-cultural, en la que artistas y varios colectivos recordaron a los estudiantes que perdieron la vida en la Plaza de las Tres Culturas.

PESE A PANDEMIA, MARCHA Y ENFRENTAMIENTO, COMO CADA AÑO

Faltaban pocos metros para que los anarcos llegaran a la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, cuando se hicieron de palabras con los policías que los escoltaban y soltaron algunos golpes, aventaron bombas molotov y arrojaron unos cuetes.

Los policías, que los escoltaban de regreso luego de impedirles el paso sobre Eje Central, a la altura del Teatro Blanquita, reaccionaron y se cubrieron con su escudos, y apenas veían  un cuete, lo apagaban con extinguidores.

Pero ahí se rompió la pacífica marcha que además era independiente de la conmemoración del 52 aniversario de la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968, que este año, debido a la pandemia de covid-19, los sobrevivientes de aquel movimiento que cambió en Mexico, decidieron sólo fuera un evento cultural y un mitin. La clásica manifestación que parte de la Plaza de las Tres Culturas al Zócalo se canceló.

TREGUA

Pero los anarcos, pese a que sabían que el paso al Zócalo estaría cerrado, para evitar enfrentamientos y no importunar a los del Frente Anti López Obrador (Frenaa), marcharon sobre Eje Central pero al ver que no pasarían del Blanquita, aventaron unas bombas molotov con gasolina. Eso fue alrededor de las 4pm.

Luego hubo una tregua y una hora después los anarcos iban de regreso, con sus capuchas que también les sirve de cubrebocas. No eran más de 500, un número tan bajo que un hombre les gritó que por eso no representaban “al verdadero pueblo”.

Los anarcos iban rodeados de policías equipados con escudos, cascos especiales y otros con extinguidores en mano.

El avance de regreso fue lento. Incluso, en el desnivel de Eje Central y su cruce con Reforma, usado habitualmente para correr y gritar, los anarcos no pudieron hacerlo, y parecían limitados a gritar algunas consignas, hacer pase de lista por los 43 normalistas desaparecidos, y pedir justicia para mujeres y estudiantes.

ESPEJISMO

Por eso cuando ya estaba cerca la torre de Relaciones Exteriores, penúltimo paso para llegar a la Plaza de las Tres Culturas, parecía que no habría incidentes, pero todo fue un espejismo.

Mientras avanzaban tanto policías como anarcos, que a esas alturas ya iban muy cerca, de pronto un hombre atravesó el cerco policíaco, a la mala, tanto que golpeó a unos se salvó de ser manoteado por uno de ellos. Rápido se integró al resto de la marcha, avanzó, se acercó a  otro compañero, que sí iba embozado, y en menos de un minuto se encendió la mecha.

Cuando empezaron los anarcos a arrojar las bombas molotov, los policías se fueron a las aceras. Abrieron más espacio, pero para protegerse. El grupo negro comenzó a agarrar trozos de concreto y lo estrelló contra el pavimento para hacer proyectiles y aventarlos.

Los policías por su parte apagaban rápido las bombas y el humo del extinguidor alejaba a los anarcos. Fue cosa de 5 a 10 minutos pero que hizo que los anarcos se replegaran, los polis levantaran sus escudos, avanzaran y en la esquina de Ricardo Flores Magón y Eje Central acabó todo.

NO SE OLVIDA

Pero los ánimos se encendieron también alrededor. Una vecina tomó partido por los anarcos y desde su ventana en un tercer piso les arrojó cosas a los policías.

En la mencionada esquina, donde se ubica una panadería, un hombre quiso entrar y dijo que quería un pan, pero una dependiente movió la mano de un lado a otro y dio a entender que no podía dejarlo entrar.

Después unos paramédicos llevaban a un hombre rodeado y lo encaminaron a una ambulancia. De acuerdo con Miguel Barrera, de la Brigada Marabunta, era un porro y que incluso llevaba un jersey que así lo identificaba y desafió a los anarcos, que lo golpearon. Reincidió y volvieron a pegarle y fue cuando lo rescataron y se lo llevaron para que no terminara peor.

Cuando los policías comenzaron a dispersarse, el audio que se escuchaba desde la plaza de las Tres Culturas daba por concluido el mitin conmemorativo del 2 de octubre, que no se olvida.


AÚN HAY AGRAVIOS A ESTUDIANTES SIN CASTIGO

El Comité del 68 aseguró que de la matanza de 1968 a la desaparición de los alumnos de Ayotzinapa hay diferentes agravios humanos que siguen sin castigo.

"En medio de la historia de Tlatelolco y de Ayotzinapa que hoy se discute, hay una cantidad enorme de agravios y eventos que agreden la condición humana, los derechos fundamentales...delitos graves", comentó Félix Hernández Gamundi, líder del movimiento estudiantil de 1968.

En una conmemoración inusual, sin marchas, por la contingencia de la covid-19,  Hernández Gamundi dijo que es necesario juzgar al presidente Luis Echeverría.

En el  mitin Mónica, representante del 8M, comentó que la actitud represiva de este gobierno se ha hecho presente en marchas de feministas y de diferentes contingentes, represión semejante a la del gobierno de Díaz Ordaz.

Los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, también dieron un posicionamiento en el que exigieron justicia para los hechos del 2 de octubre de 1968, así como castigo paro los culpables, incluidos los delitos cometidos en contra de sus hijos.

Al finalizar posturas en las que se conmemoró el 52 aniversario de la matanza de Tlatelolco, se guardo un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas.

RESPONSABILIDAD DE LA MATANZA RECAE EN EL ESTADO MAYOR : RODRÍGUEZ MUNGUÍA

El 2 de octubre de 1968 el Ejército no sabía sobre las instrucciones de abrir fuego contra los manifestantes que se encontraban en la Plaza de las Tres Culturas, por lo que la responsabilidad de la matanza recaería en el Estado Mayor Presidencial, aseguró este viernes el periodista y escritor Jacinto Rodríguez Munguía.   

En entrevista para con Isaías Robles para el programa de radio de Javier Solórzano en El Heraldo, Rodríguez Munguía dijo que la planeación de esta masacre no fue algo casual. El experto enfatizó en los intereses de Luis Echeverría y del comandante Jesús Castañeda Gutiérrez, quien entonces era jefe del EMP.

El experto señala como muestra de ello que elementos de la milicia repelieron las agresiones y acudió a los edificios que rodean la plaza con la intención de detener a los francotiradores que abrieron fuego contra los estudiantes, mismos que después se sabría pertenecían al Estado Mayor Presidencial.

“La conspiración del 68, los intelectuales y el poder: así se fraguó la matanza“, es el título del libro de Jacinto Rodríguez Munguía sobre este capítulo de la historia contemporánea de México.

fmma