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Vecinos de Cuautitlán Izcalli se unen para enfrentar a delincuentes

A falta de presencia policíaca en La Piedad ha provocado que los vecinos comiencen a organizarse para asumir protocolos

Escrito en METRÓPOLI el

CUAUTITLÁN IZCALLI.- Desde que don Juan llegó a vivir al pueblo de La Piedad, en Cuautitlán Izcalli, hace más de 60 años, nunca había enfrentado una situación similar a las que actualmente se vive en este lugar, y es que, desde hace dos años, la delincuencia se adueñó de las calles y avenidas que lo conforman, por lo que sus habitantes indirectamente han declarado toque de queda a partir desde las 21:00 horas y se han organizado para comenzar a hacer rondines a pie para desalentar la presencia de las bandas delincuenciales.

"Este pueblo era bien tranquilo, uno podía salir a cualquier hora y no pasaba nada, te la podrías pasar platicando en la calle y no corrías algún riesgo, pero ahora te juegas la vida por ir a comprar una cerveza o salir de tu casa tarde. Ves camionetas blindadas, pasan sujetos en moto armados y lo único que nos queda es refugiarnos", comenta con pesar uno de los hombres más longevos de este pueblo.

El miedo que externa don Juan es secundado por otros habitantes de esta misma comunidad y quienes aseguran que se perdió la tranquilidad al vivir en este sitio, lo cual atribuyen a la urbanización y ocupación de los fraccionamientos La Piedad Fase A y Fase B, aledaños a este pueblo.

"Desde que se empezó a llenar ese lugar, comenzamos a tener problemas, porque empezaron a bajar jóvenes armados en motocicleta y robaban a quien iba caminando en la calle, luego comenzaron a robar automóviles y autopartes, a meter a las casas y a subir al transporte público, hasta que vimos llegar camionetas que venían a secuestrar a personas, por eso decimos que aquí ocurren todos los delitos", subrayó David, otro vecino que interviene en la plática con don Juan.

SE REFUGIAN EN SUS HOGARES

De acuerdo con los vecinos de esta comunidad, ubicada en la parte alta de Cuautitlán Izcalli, estos actos han provocado que opten por llegar a sus hogares antes de las 21:00 horas; horario que también lo han asumido como un tiempo restrictivo para salir de sus casas a no ser que sea estrictamente necesario.

"Desde las 15:00 horas, comienza a bajar la gente que no es del pueblo, lo sabemos bien porque entre nosotros nos conocemos de muchos años, y comienzan a robar a quien encuentran con un celular o si ven un coche abandonado, lo que se les presente, pero cuando se desata la situación es en la noche, donde ya ves coches circulando y otro tipo de cosas más graves", señala María, refiriéndose a la venta de droga.

De acuerdo con los pobladores entrevistados, en múltiples ocasiones, han reportado estos actos con la policía municipal, quien había realizado rondines por las calles de este pueblo originario hasta la administración del morenista Ricardo Núñez Ayala, cuyos elementos ahora solo acuden esporádicamente y en horarios diurnos.

"Cuando se implementaron las Bases de Operaciones Mixtas en todo Izcalli, sí había presencia de militares, marinos y de la policía estatal, pero tiene tiempo que no los vemos. Hace como tres meses que íbamos a linchar a un chavo porque lo agarramos robando el estéreo de un automóvil, llegaron pero para rescatarlo y, hace unas dos semanas, mataron a un vecino cuando estaba con otro más en la calle, casualmente, pasaron los policías municipales, pero cuando les dijimos que vinieran a ver, ni siquiera se detuvieron, hasta les gritamos que eran unos coyones", resaltó otro líder vecinal.

ARMAN GRUPOS DE SEGURIDAD VECINALES

La falta de presencia policiaca en La Piedad ha provocado que los vecinos comiencen a organizarse para asumir protocolos que les permitan cuidarse entre ellos, por lo que adquirieron un sistema de alarmas que funciona con postes y a manera de botón de pánico, el cual cuando es activado por alguno de los vecinos, genera que la población salga de sus hogares con palos, piedras o con lo que tengan a la mano para hacer justicia por su propia mano.

Por otro lado, se han comenzado a reunir y conformar grupos vecinales que realizan rondines en diferentes horarios, sin armas, pero apoyados de algunas herramientas como piedras y palos, para tratar de hacer presencia y, de esta forma, disuadir a las bandas delictivas.

"Sabemos que puede no funcionar, pero sí ven a los vecinos organizados. Ellos traen armas y nosotros no, y no podemos ponernos al tú por tú con ellos, porque llevamos las de perder, pero tampoco podemos permitir que se adueñen de nuestro hogar, porque la verdad es que está muy perro esto y queremos que vean que estamos unidos y quizá así les podemos ganar", afirmo Jorge, uno de los participantes jóvenes de estos grupos

PIDEN A ALCALDE EVITAR JUSTICIA POR PROPIA MANO

La Silla Rota solicitó al Ayuntamiento de Cuautitlán Izcalli información acerca de las acciones que están llevando en La Piedad para disuadir a los habitantes de que hagan justicia por su propia cuenta, sin que hasta la publicación de esta nota hayan respondido.

Sin embargo, el décimo quinto regidor, Arturo del Moral Castro, solicitó al alcalde Ricardo Núñez Ayala tomar las medidas pertinentes para evitar poner en riesgo a la población y no dejar que los ciudadanos sean quienes asuman la responsabilidad de la seguridad; en respuesta, el presidente municipal respondió que revisaría el tema y de considerarlo necesario, se reforzaría la seguridad pública en esa región.

Por su parte, los representantes de la delegación de La Piedad descartaron que este pueblo/colonia sea de alta incidencia delictiva, a pesar de las afirmaciones de los propios vecinos, aunque aseguraron que han establecido grupos de seguridad y vigilancia a través de redes sociales y en las que se ha incluido a los jefes operativos de la policía municipal, para que actúen en caso de algún evento delictivo, los cuales desconocen los propios pobladores.

FALLAN INSTITUCIONES DE SEGURIDAD PÚBLICA

La maestra en Estudios Internacionales de Paz, Desarrollo y Conflictos de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Ixchel Vázquez González, afirmó que los linchamientos o la organización vecinal está cobrando protagonismo debido a que existe la percepción de que la procuración de justicia no está siendo efectiva, ante los índices de violencia estructurales que prevalecen en los territorios.

"Es un hartazgo que ocupa la violencia para tratar de acabar con la violencia y, realmente, eso no sucede sino que la incrementa, pero es un síntoma de descomposición del tejido social que está permeando ante la crisis política, económica y social que se enfrenta y que muestra a las instituciones gubernamentales débiles", apuntó.

Recientemente, el director general del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), Francisco Rivas, aseveró que estos actos muestran el hartazgo de los ciudadanos que constantemente son víctimas de la delincuencia y advirtió que estos solo fomentan que la participación de los amantes de lo ajeno sea cada día más violenta.

Agregó que este tipo de actos evidencian que la autoridad no está haciendo su trabajo, por lo que es momento de que los gobiernos municipales y estatales asuman su responsabilidad y protejan a los ciudadanos.

fmma