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Uno de cada cuatro extraviados sigue desaparecido en el Edomex

El Reporte de Personas No Localizadas en Municipios de Alerta de Género, indica que fueron reportadas 32 mil 513 personas desaparecidas o extraviadas en 10 años

Escrito en METRÓPOLI el

Jordan Alexis Ramírez Meza desapareció hace poco más de tres semanas en Naucalpan, aunque su boletín de búsqueda, emitido por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), señala que su extravío ocurrió en la colonia Petroquímica de Ecatepec, a pesar de que su familia y su pareja sentimental señalan que la última vez que se supo de él, se encontraba en una vivienda ubicada en la parte alta del primer municipio mexiquense, a donde fue a rentar durante la contingencia sanitaria del covid-19, después de que tuviera problemas con la familia de su novio.

Su pareja Tito Cortés indica que la última vez que Jordan se reportó con él, fue el pasado miércoles 17 de junio cuando le indicó que se encontraba bebiendo con unos amigos con los que recientemente se había ido a vivir; sin embargo, después de esta comunicación nunca más volvió a responder su número telefónico y tampoco se reportó con su familia, aun cuando era una persona que siempre les avisaba sobre sus actividades diarias.

“La última vez que tuve contacto con él fue en la tarde-noche de ese miércoles, donde me dijo que estaba tomando con unos amigos y se encontraba bien; pero no me dijo y tampoco le pregunté en dónde estaba ni con quién, aunque la última referencia que tuvimos es que se encontraba en una vivienda de la zona de San Rafael Chamapa”, asegura Tito.

Jordan es uno de las ocho mil 002 personas que permanecían como desaparecidas en los 125 municipios mexiquenses desde enero de 2011 y hasta junio de 2020, de acuerdo con un documento de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y en poder de este medio de comunicación.

En el Reporte de Personas No Localizadas en Municipios de Alerta de Género, se señala que, en estos 10 años, 32 mil 513 personas han sido reportadas como desaparecidas o extraviadas, lo que significa que tres de cada cuatro mexiquenses han sido localizados en este periodo, con o sin vida, mientras que una cuarta parte sigue sin ser ubicado por las autoridades estatales y/o sus propias familias.

Los lugares más riesgosos en el Edomex

Aunque la madre y el novio de Jordan insistieron por cuatro días para tratar de localizarlo, no tuvieron éxito, por lo que el lunes 22 de junio, Tito acudió a la agencia del Ministerio Público de Naucalpan para reportar su extravío; no obstante, ahí le pidieron que fuera un familiar directo quien levantara la denuncia, pues “la FGJEM no solucionaba problema maritales”, por lo que su mamá tuvo que asistir al ministerio público más cercano a su hogar, el de San Agustín en Ecatepec, para que las autoridades ministeriales iniciaran la búsqueda, aunque no tomaron como referencia los testimonios de sus familiares.

“Como familia de Jordan ha sido muy difícil su búsqueda, porque, en Ecatepec, nos dijeron que iban a trasladar la carpeta de investigación a Naucalpan, donde es posible que haya desaparecido, pero aquí nos dicen que le darán seguimiento donde se originó la carpeta y la ficha de localización. Hemos aportado todos los indicios que teníamos sobre el lugar en donde pensamos que podía estar y lo que nos dijeron es que ese era un lugar protegido y tenían que realizar algunos trámites, pero es frustrante y desesperante no saber nada de él. Cada hora que pasa es angustiante”, relata Tito Cortés. 

Los municipios con más personas desaparecidas hasta ahora son: Ecatepec, con 862; Nezahualcóyotl, con 702; Toluca, con 567; Chimalhuacán, con 359; Chalco, con 262; Tecámac, con 259; Ixtapaluca, con 248; Valle de Chalco, con 243; Cuautitlán Izcalli, con 231; Tultitlán, con 207; Naucalpan, con 187; Atizapán de Zaragoza, con 178; Texcoco, 170; y Tlalnepantla, con 166 personas, aunque también existen 320 personas foráneas más que se buscan en el territorio mexiquense.

La búsqueda no ha parado

La directora de la Red de Madres Buscando a sus Hijos en el Estado de México, Leticia Mora, afirma que la pandemia del covid-19 implicó que las familias de personas extraviadas o desaparecidas tuvieran que frenar las búsquedas que realizaban todos los días en campo, porque las autoridades estatales y municipales, como los ministerios públicos y los cuerpos de seguridad también se confinaron desde el inicio de la pandemia, al tiempo en que los hospitales, centros psiquiátricos, reclusorios o bares, lugares donde los padres buscan a sus hijos, también cerraron sus puertas para evitar contagios. 

“El amor por nuestros hijos desaparecidos es algo que nos va a llevar a nunca dejar de buscarlos hasta que los encontremos, pero también tuvimos que tomar un poco de conciencia ante el riesgo que pudiera generar el seguir saliendo a la calle en plena fase de contagios, pues si no nos cuidamos y se nos llega a complicar, quién va a seguirlos buscando”, sentencia.

La líder del colectivo de madres que buscan a sus hijos desde hace poco más de ocho años asegura que, para los padres de familia, la pandemia ha representado un dilema que ha sido difícil resolver, pues saben que cada hora perdida en la búsqueda de sus hijos es un instante en el que se deja la oportunidad de encontrarlos con vida y, por otro lado, se trata de mantener la salud y las fuerzas para salir nuevamente a las calles para dar con su paradero. 

“Para nosotros nunca ha estado en nuestras manos parar, pero ante tema de emergencia mundial, tuvimos que frenar las búsquedas. No estamos cansadas, más bien nos obligaron a hacerlo, pero cada día tenemos el deseo de que estos se acabe pronto para poder continuar”, relata.

Leticia Mora

Leticia Mora reconoce que la suspensión de las búsquedas en campo, ha llevado a los familiares de quienes se encuentran desaparecidos a realizar algunas investigaciones de inteligencia desde sus hogares, a través de los monitoreos que realizan sobre los cuerpos que son hallados y reportados a diario, tanto en medios de comunicación como en redes sociales y, en caso de detectar alguna coincidencia con alguna de las personas extraviadas, se ha pedido a las autoridades locales que se haga un confronta en vivo para descartar que se trate de la misma persona, sin que, hasta ahora, se haya podido localizar a alguna de las 59 personas que este colectivo buscaba hasta antes del confinamiento.

“Al no salir a buscar a nuestros hijos a la calle sentimos una irresponsabilidad, al no saber si nuestros hijos nos pueden estar necesitando, si están en la calle vagando, enfermos o no tienen qué comer, por eso hemos hablado de que tendremos que ajustarnos a esta nueva realidad, desarrollar nuestras propias defensas y regresar a campo, aunque también hay familias que no podrán hacerlo de inmediato, pues la pandemia también nos ha dejado sin recursos, porque algunas perdieron su fuente de ingreso y, por otro lado, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas no está destinando recursos para esto”, agrega.  

De acuerdo con la activista, a la par, se desarrollan reuniones a través de medios digitales con fiscales y ministerios públicos de las distintas regiones que conforman el Estado de México, con la finalidad de mantener vigentes los expedientes, darles seguimiento y conocer los avances que llevan las autoridades para dar con el paradero de las víctimas.

Seis de cada 10 personas desaparecidas son mujeres

Del total de personas que siguen sin ser localizadas hasta el mes de junio, 56.2 por ciento pertenecen al sexo femenino; es decir, cuatro mil 501, lo que significa que casi seis de cada 10 desaparecidos en el Estado de México, son mujeres.

Para la creadora del Mapa nacional del feminicidio en México, María Salguero, la desaparición de personas es muchas veces el preámbulo del feminicidio.

La activista señala que la mayoría de los casos de personas desaparecidas se enfrentan a la negligencia o inacción gubernamental, la cual provoca la pérdida de tiempo que debe ser considerado como primordial para la localización de una persona en esta calidad.

“Estas desapariciones han ido aumentado en los últimos años, debido a que observamos que mantienen una condición de vulnerabilidad por su propio género y algunas se han ido incorporando cada día más a las actividades delictivas, especialmente, las relacionadas con los grandes grupos del crimen organizado, por lo que estas bandas han seguido nuevos protocolos que establecen que si se quiere dañar al enemigo se haga a través del daño a mujeres y niños”, dice.

De acuerdo con la investigadora, en los últimos meses, se ha observado que estos grupos delictivos han comenzado a usar los cuerpos de las mujeres para enviar mensajes a los grupos rivales, lo que se podría asociar también con un aumento en estas desapariciones en México, aunque aún no se podría relacionar esta fenómeno como una actividad que tenga incidencia en el Estado de México.

(Sharira Abundez)