José está desesperado por encontrar a su hija Carol, de 16 años de edad y quien desapareció este miércoles tras salir de Parque Delta. La única pista que hay de ella es un mensaje de texto SMS que le llegó al padre desde el teléfono de la menor: “tu hija va en camino a Sinaloa”, consta en el expediente FBJ/BJ-3/UI-1S/D/04268/08-2019.
José quiso entablar comunicación con la persona que envió el mensaje, pero no lo consiguió: la última conexión a WhatsApp de su hija es a las 19:15 horas del miércoles, unos 10 minutos antes de que Carol y su hermano mayor llegaran al gimnasio Smart Fit de Parque Delta.
La indagatoria fue canalizada a la Fuerza Antisecuestros de la Procuraduría capitalina, pues el mensaje podría indicar coacción contra la adolescente.
“Estoy muy preocupada y su familia aún más, no sabemos nada de Carol”, escribió una conocida en Facebook.
Ella y su hermano arribaron al gimnasio a las 19.25 horas, de acuerdo con imágenes de cámaras del establecimiento, y a las 20:37 horas ella recibió una llamada telefónica y salió.
La Procuraduría capitalina inició una indagatoria por la desaparición de la joven pero hasta ahora no se sabe qué pasó.
Agentes de Investigación recabaron algunos datos que apuntan a que la muchacha salió de la plaza, pero se perdió entre la gente y salió de la visibilidad de las cámaras.
Otra chica desapareció, en 2012, al salir de Parque Delta
Han pasado más de siete años y aún no se sabe qué pasó con Érika de la Piedra Manzano.
El 2 de julio de 2012, la joven que entonces tenía 22 años de edad se quedó de ver en dicha plaza con su novio y aparentemente terminaron la relación tras una plática.
Sin embargo, la muchacha no volvió a casa y las investigaciones no alcanzaron para dar con su paradero ni saber qué fue lo que le pasó.
El expediente en torno a su desaparición, AYO/2143/2012, parece olvidado entre los cientos de casos aún sin resolver de la Fiscalía especializada.
Videos de la plaza demostraron que salió de la misma y caminó sobre Avenida Cuauhtémoc, al tiempo que la geolocalización de su teléfono la ubicó en la colonia Del Valle, es decir, casi 3.5 kilómetros; después no hubo más rastro.
Érika estudiaba el cuarto semestre en la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM y al parecer padecía una relación tóxica con su novio, según lo que ha relatado su madre en diferentes entrevistas y al Ministerio Público.
Sin embargo, los testimonios que lograron recabar en la Procuraduría eran confusos, algunos decían que vivía en situación de calle y otros que fue llevada por la fuerza y que tres hombres la mantenían privada de la libertad en Azcapotzalco.
Nada de eso se pudo acreditar y Érika no ha vuelto a casa.
AJ