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Tláhuac e Iztapalapa, los olvidados del sismo

Estas delegaciones son las más afectadas en el sur-oriente de la capital luego de que el sismo agudizara una falla geológica que atraviesa varias colonias

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Escrito en METRÓPOLI el

La casa de María de Jesús Maravillas Pineda fue declarada inhabitable después del sismo de 7.1 grados Richter que cimbró a la Ciudad de México. Se hicieron grietas en todos los cuartos y quedó vencida. Tiene oquedades de medio metro de diámetro y la profundidad se desconoce. Con cualquier movimiento de la tierra y se derrumba.

Sigue toda la cobertura del sismo de 7.1 grados 

Vive desde hace 40 años en la calle Molino de Arrocero, La Planta, delegación Iztapalapa. Colinda con la colonia Del Mar en Tláhuac. Esta zona fue de las más afectadas en el sur-oriente de la metrópoli. Con el temblor al se agudizó una falla geológica que atraviesa varias colonias. El concreto de las avenidas se levantó y la mayoría de las casas presentó daños, algunos muy graves otros leves.

A la señora María de Jesús le preocupa su destino inmediato y el futuro de sus hijos. Pide apoyo por parte del gobierno. La noche del 19 de septiembre tuvo que abandonar su casa por miedo a que una réplica la derrumbara casa por completo. En el terreno viven cuatro familias, sus hijas, nietos y ella. En lo que les resuelven, pasan los días con parientes y amigos.

  

Necesito ver si me van a reubicar. Que va a pasar con toda nuestra gente, todos los terrenos de esta calle quedaron inhabitables. Hay socavones, derrumbes dentro de las viviendas, las bandas se cayeron. Lo único que pido es que nos apoyen, que nos den un techo donde dormir, no tenemos a donde ir. Esto es el caos de nuestras vidas”.

Molino de Arrocero es una cerrada donde todas las casas quedaron inhabitables. El piso se hundió. La gente permanece afuera para resguardar sus pertenencias. Las paredes agrietadas son la seña de las afectaciones que guarda cada vivienda. Es una zona de desastre. De noche los vecinos duermen en albergues o rentan cuartos cerca de la colonia.

María Ruth Urrutia cuenta que su casa se asentó. Se desprendió la parte de atrás. Los pisos se hundieron. La vivienda de a lado, que es la de su hermano, se recargó en la de ella. Es un peligro.

Me dijeron que por nuestra seguridad no podemos habitar más la casa. Es un desastre total. Si paso se me pueden derrumbar los cuartos. El piso se sienta que vibra todavía y las escaleras están totalmente desprendidas. La casa se asentó como 50 centímetros. Yo vi todo cuando tembló. Me tocó estar adentro, no me dio tiempo de salir, incluso el pie se me hundió en un hoyo que se abrió”.

Dice que derivado del sismo, las rentas por la zona se “elevaron muchísimo”. Cuartos que antes estaban en 2 mil pesos están al doble o al triple. Y nada más son por unos días.

Tengo a mi hija que acaba de dar a luz y no podemos quedarnos, mejor nos fuimos a un albergue. Esta calle es pérdida total. Las grietas pasan por debajo de las casas. Nosotros queremos una reubicación, porque aquí ya no podemos vivir. Si las grietas las quieren parchar, se van a volver hundir. Hay aberturas y hundimientos”.

María Ruth asegura que en su colonia la magnitud del sismo fue “tremendo”. Afortunadamente no hay vidas que lamentar. Sin embargo, su patrimonio se destruyó. Tendrán que empezar de nuevo. Y a estas alturas será difícil, lamenta.

Otra de las afectadas es Alejandra Baltazar. Señala que cerca de su casa hay un parque, el cual divide Iztapalapa de Tláhuac. Ese sitio antes del sismo presentaba desniveles, al igual que la calle Molino que está en la otra esquina. “Rellenaban de tierra y volvía a quedar a nivel de piso”. A raíz del sismo la cerrada se asentó toda y las casas se hundieron como medio metro.

Nos seguimos hundiendo. Mi casa se cuarteó. Es pérdida total. Además ya estamos cansados de que no nos dan una solución, nos traen a puras vueltas. Necesitamos estudios especializados conforme a la tierra. La situación es que ya pasó tiempo del terremoto y se sigue hundiendo la tierra y se siente el hueco que está abajo”.

En la colonia Del Mar, Tláhuac

En la privada Océano, colonia Del Mar, delegación Tláhuac, la vivienda de José De Montaña Aranda presentó afectación en la fachada y patio. El muro que colinda con la calle se colapsó.

“Ya lo revisaron los Topos y nos dieron un diagnóstico. Nos dijeron que se tenía que demoler la fachada. Por dentro también hay riesgo, pues pasa la grieta”.

Hace 33 años llegó a la colonia, junto con su familia. Afirma que aunque no es pérdida total, tendrán que remodelar casi toda la casa. Calcula que repararla y el reforzamiento de los cimientos costará cerca de 60 mil pesos.

Al momento del sismo no estaba aquí. Cuando llegó me impresionó ver la grieta y la barda derrumbada. No nos desalojaron. Vinieron los del gobierno, ya pidieron todos mis datos, me dieron una dirección para que fuera y a ver qué apoyo nos dan”.

Una de las casas que fue declarada no habitable y de las más dañadas de la zona está en la calle Pingüino. Está al punto del colapso. Las grietas abrieron las paredes. Miden como 20 centímetros. Ya está abandonada y luce sin muebles.

Un joven con retraso mental, que deambula en la colonia, entró y durmió la noche del miércoles. El grupo de Topos Aztecas hizo una revisión y lo encontró dentro. Lo sacaron, debido al peligro inminente. Desde hace unos días, una brigada de rescatistas y paramédicos llegó a Tláhuac para atender las viviendas afectadas y prevenir a la población del riego que puedan tener sus hogares.

Estudio técnico determinará los daños

El ingeniero y arquitecto Jaime Alberto Santiago cordina un equipo de especialistas que realiza un estudio de lo ocurrido en Tláhuac, luego del sismo del pasado 19 de septiembre.

Un brigadista nos hizo un llamado de SOS. Venimos a dar una vista preliminar. La afectación se dio en toda la colonia Del Mar y cercanías. En la vista preliminar vimos muchas casas con daños. Estamos haciendo un peritaje estructural para salvaguardar la integridad física de las personas que habitan la zona”.

 

Indica que van a recabar datos y realizarán un censo de las viviendas dañadas para entregar el reporte final a las autoridades.

En lo que llevamos de información recabada, a raíz del temblor afectó bastante a esta zona. Encontramos manzanas y calles completas. Es grave la situación y visible. Hay vialidades cerradas a la circulación, lo que afecta mucho el tránsito vehicular”.

Explica que tanto la colonia del Mar como La Planta están en un suelo fangoso, lugar donde antes había un lago. El temblor provocó socavones en las casas de hasta dos metros de profundidad. “La situación es muy delicada”.

Agrega que su equipo trata de definir si los suelos fangosos provocaron las grietas o si en realidad cruza una falla geológica.

Estamos recabando la información para dar veracidad y un enfoque en específico. Si es una fractura o es por el tipo de suelo. Estamos en una planicie altamente de alto peligro de construcción. Estamos haciendo un censo para ver qué es lo que pasa. Vamos a tener contacto con unos geólogos, donde vamos hacer medición del suelo y recabar más datos”.

 

Durante el temblor de 7.1 grados, el movimiento oscilatorio que se registró fue fuerte. Por el epicentro que fue en Morelos y Puebla, en la ciudad y sobre todo en esta parte del sur fue muy intenso.  

En esta zona de la urbe, las construcciones son de un nivel o dos. “Y por los estudios que hemos hechos sí estamos en una franja de alguna falla, porque milimétricamente hay movimiento en el suelo. Podemos decir que sí es una falla porque empieza en un punto y termina en otro. También tenemos ramificaciones”.

En las calles hay hundimientos en calles desde 20 hasta 75 centímetros. Hay socavones en casas que son de hasta dos metros de profundidad con un ancho de 10 centímetros.

Tan solo en la colonia del Mar se registraron tres derrumbes totales en vivienda y hasta el momento hay 50 casas declaradas no habitables. Todavía falta revisar La Planta en Iztapalapa, donde también hubo afectaciones severas.