Las peleas se habían hecho una constante, su relación se desmoronaba poco a poco, por ello Paola Veyna decidió terminar con él, le dijo que se tomaría un tiempo, distanciarse, evitar cualquier contacto, por ello dejaría de hablarle y lo bloquearía en todas las redes sociales.
Para Paola esto sería por un tiempo, volverían a intentarlo, por lo menos ser amigos, pero ese día no llegó.
SIGUE AQUÍ LA COBERTURA COMPLETA DEL SISMO 19/S
El 19 de septiembre, a las 13:14 horas, Juan Pablo Irigoyen Ramírez se encontraba en su casa cuanto esta cayó.
Y junto con su hogar, todo el edificio ubicado en Gabriel Mancera y Escocia, en la colonia Del Valle, delegación Benito Juárez, al sur de la Ciudad de México.
Pese a la tragedia, la familia de aquel joven de 19 años se mantenía con esperanza, pues tras los días del sismo, él se había comunicado a través de su celular.
Sin embargo, la esperanza se esfumó cuando a una semana del temblor su cuerpo fue rescatado de entre los escombros, pero sin vida.
El joven futbolero se convirtió en uno de los más de 200 muertos que el terremoto ha dejado a la Ciudad de México.
Así como el temblor, la prematura muerte de Juan Pablo pegó a sus familiares y amigos, entre ellos a Paola.
“Aún no puedo creer lo que está pasando, como de un momento a otro todo acaba y no hay nada que podamos hacer; y el problema es que vemos lejana la muerte, creemos que nuestros seres queridos nos van a durar hasta que sean viejitos”, escribió Paola en su cuenta de Facebook, tras enterarse de la pérdida.
A través de ese mensaje, la joven estudiante relató cómo habían sido los últimos días que estuvo con Juan Pablo, a quien habría conocido en el Centro Universitario México (CUM), donde ambos estudiaban.
Pese el amargo final de su historia que fue interrumpida un desastre natural, Paola agradece el haberse cruzado con Juan Pablo en su camino
La delegación Benito Juárez, donde se encontraba el inmueble donde falleció Juan Pablo es una de las zonas más afectadas por el temblor del 19 de septiembre.
Al menos 11 edificios colapsaron por los movimientos telúricos, siendo las colonias Del Valle, y Narvarte, las más afectadas.
Varios edificios aún no tienen la certeza de su destino, si serán derrumbados o puestos bajo mantenimiento.
rgg