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Temen represalias vecinos de la Del Valle por abuelo y nieta asesinados

Los propietarios de la casa donde sucedieron los hechos, salen lo menos posible porque temen que los enemigos de Juan García, investigado por homicidio, tomen represalias al creer que vivía allí

Escrito en METRÓPOLI el

A vecinos de la calle Juan Sánchez Azcona, donde un hombre y su nieta fueron ultimados a balazos, les aterroriza una información errónea que se ha difundido sobre el crimen: que las víctimas vivían en el 1357.

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Los propietarios de la casa salen lo menos posible, temen que los enemigos de Juan Carlos García Gallegos, quien alguna vez fue investigado por homicidio, tomen más represalias al creer que vivía allí con su pareja y sobreviviente del ataque, Sara Daniela.


La realidad, aseguran, es que la muchacha de 22 años de edad pretendía rentar un cuarto habilitado como Airbnb cerca de allí, cosa que no se concretó.

García Gallegos no vivía en la calle ni en otras aledañas, y se detuvo frente al 1357 para dejar pasar a un taxi con cuyo conductor aparentemente tuvo un roce.

“Aquí hemos vivido por muchos años y queremos aclarar que el señor fallecido no vivía aquí, y que esa confusión nos ha afectado porque tenemos terror, no queremos salir por miedo a que nos hagan algo por pensar que tenemos vínculo con el señor”, expresó Laura, quien habita el 1357 donde tuvo lugar el doble crimen.

Todavía la noche del viernes, un altar fue colocado al pie de un árbol donde García Gallegos, de 45 años de edad y su nieta, de 3, fueron agredidos.


Unas cuantas veladoras, una cruz blanca y un moño del mismo color pretendían recordar la tragedia, pero para el sábado nada de eso quedó; la razón, transeúntes se tomaban selfies ahí.

“Una total falta de respeto, de poca madre, chavos tomándose selfies; a uno sí le dije ‘oye, ten más respeto, si no es una atracción turística’”, refirió una habitante de la calle que pidió omitir su identidad.

Veinte años ha vivido en esa calle, marcada ahora por un hecho que se potencializó por un video del ataque publicado un día después.

En él se aprecia a un asesino que baja de un vehículo, se acerca a la puerta del conductor del Seat Ibiza, la cual estaba entreabierta, y en cuyo asiento estaba García Gallegos.


La seguidilla de tiros retumbó tanto en la cuadra que decenas de perros alertaron con su ladrido a los vecinos.

Uno a uno, recordaron, fueron saliendo de sus casas para verificar lo sucedido.

Sin el altar, ahora solo quedan vidrios rotos esparcidos en la calle y la molestia generalizada.

“Faltan luminarias, tenemos un problema de seguridad ya en la Colonia Del Valle, sobre todo a las afueras del Metro División del Norte y por el parque de Pilares”, acusó otra lugareña.

Sobre si la seguridad en la zona fue reforzada a raíz de los asesinatos, la percepción compartida es que no.

“Sí ha bajado el flujo de gente que viene a pedir informes sobre los departamentos en renta, pues como están enfrente de donde pasó esto, pero en una semana seguramente se olvida”, predijo una vendedora que, por otra parte, se sintió afortunada de no haber laborado esa noche.

De acuerdo con lo asentado en el expediente FBJ/BJ-1/UI-1S/D/3956/06-2018, ya existe un retrato hablado del agresor y videos de cámaras particulares y del C2 Sur que dan seguimiento al vehículo en el que llegó.


Un equipo especial de detectives de la Procuraduría capitalina (PGJ) se encarga de rastrearlo.

Hay versiones, por parte de familiares y de la propia sobreviviente y novia de García Gallegos, que se trata de un ex novio de ella.

No obstante, las pesquisas apuntan a que el hombre fue atacado por una deuda y rencillas relacionadas con dos bares en la delegación Iztacalco de las que la víctima era socia.


Dos semanas antes de su muerte, García Gallegos fue amenazado, y le cumplieron.

jamp