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Temazcal en la ciudad, una ‘fuga’ al “vientre de la tierra”

Las Casas de Medicina Tradicional inicia en 2010 con el que Sederec apoya a las personas que se dedican a curar como lo hacían en la época prehispánica.

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Escrito en METRÓPOLI el

CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).-Blanca se prepara para guiar el temazcal. Primero ahuma con incienso a las personas que van a entrar. Les hace una pequeña limpia que sirve para despejar la mente. De fondo se escucha música con instrumentos prehispánicos. Todo está acondicionado para dejar atrás los pensamientos que agobian y torturan día con día. 

 

Blanca Rodríguez Jacome, la anfitriona se dedica a la medicina ancestral, es curandera. Tiene una Casa de Medicina Tradicional que se llama Xochiquetzal y está ubicada en plena colonia Obrera de la delegación Cuauhtémoc. Cuenta con servicios de temazcal terapéutico, el cual es pequeño, está hecho de adobe y se prende con gas. 

 

El temazcal lo tiene desde hace 17 años en el patio trasero de su hogar, una casa que al cruzar la puerta logra desconectarte del ruido y ajetreo de la ciudad. Lo tiene abierto al público desde hace casi cuatro años, cuando entró al programa de apoyo de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec). 

 

Xochiquetzal es una de las 31 Casas de Medicina Tradicional que están en la Ciudad de México y forman parte de un programa de conversión de la Sederec. Desde 2010 la dependencia capitalina promueve este tipo de medicina al apoyar económicamente a los beneficiarios para condicionar su espacio. Además brinda capacitación a los curanderos. 

 

Todos listos para entrar al temazcal, que tiene una pequeña puerta y se accede por el consultorio. Uno a uno se acomoda en el interior que emula el “vientre de la madre tierra”. Es como una esfera, pero caliente, oscura y con el aire espeso. Huele dulce a hierbas. El cuerpo aumenta de temperatura mientras los ojos se acostumbran a la negrura del ambiente. Los músculos se distensan y la mente se relaja.

 

Dentro del temazcal hay unas piedras de volcán, conocidas como abuelitas, previamente fueron calentadas. En medio de la oscuridad, la voz de Blanca rompe el silencio y advierte echará agua a las rocas. De inmediato se escucha un tronido, que según los curanderos son “las abuelitas que hablan entre ellas”.

 

Blanca nació en Veracruz. Estudió medicina en la Universidad Veracruzana de Xalapa y antes de terminar, se fue a vivir a la Ciudad de México y se casó con un capitalino con el que después se separó, pese a ello, decidió establecerse de manera permanente..

 

Recuerda que aprendió la medicina tradicional en su pueblo natal. “Ahí manejan mucho la planta, los tes y masajes. A falta de un centro de salud cercano los habitantes aprendieron a curar con la naturaleza”. 

 

Dice que siempre le quedó la cosquilla de la medicina, pero la vida la llevó a combinar sus conocimientos de la universidad con los heredados por su familia.  

 

Antes de que el temazcal fuera público Blanca lo prendía con leña, pero el humo molestaba a los vecinos y se quejaron, tuvo que buscar opciones y así llegó a Sederec. Entró al programa de Casas de Medicina Tradicional, ahí le brindaron el apoyo para acondicionarlo con gas. Desde que está con la Secretaría también ha tenido la oportunidad de capacitarse y especializarse. 

 

Ahora vive de lo que gana como curandera. Ofrece servicios de acupuntura y herbolaria, masaje, tronada de empacho, armonizaciones, ventosas y manteo, el cual es un masaje con manta.

 

“Todo es con diagnóstico, vemos que necesita la persona y ya de acuerdo a eso, lo trato con alguna técnica con las que trabajo. El temazcal y las consultas son con cita”. 

 

Señala que en su mayoría la gente que pide los servicio del temazcal es para relajarse, porque llegan muy estrenados. “Otros vienen a curarse o porque traen algún dolor, también acuden mujeres después del parto”.

 

 

Medicina tradicional, una opción en la CDMX

 

El programa de las Casas de Medicina Tradicional inicia en 2010 con el que Sederec apoya a las personas que se dedican a curar con plantas al estilo ancestral, similar a como lo hacían en la época prehispánica. 

 

“Nuestra población objetivo son comunidades indígenas y pueblos originarios. Pero toda la gente tiene acceso a este programa, a atenderse en las Casas de Medicina”, comenta en entrevista, Araceli Chávez Reyes, del área de medicina tradicional de la Sederec.

 

Rememora que iniciaron con la casa de Topilejo, ubicada en la parte alta de la delegación Tlalpan, ahí se abre el primer temazcal, auspiciado por la Sederec, ya que antes de que arrancara este programa, sobretodo en las demarcaciones rurales de la ciudad siempre han existido los temazcales.  

 

“Esa es la primera Casa y cada año se abre una convocatoria para la gente que trabaja con la medicina tradicional, ya sean curanderos o médicos tradicionales ingresan sus proyectos para que sean beneficiarios. Se escogen los mejores”. 

 

En la actualidad hay 31 Casas en 14 delegaciones. Sólo faltan Coyoacán y Miguel Hidalgo. Iztapalapa es la demarcación que más centros tiene, hasta el momento, seis. Los curanderas que los atienden son especializados en este conocimiento ancestral.

 

Se les apoya habilitándoles el espacio para que puedan ofrecer una mejor atención y se les provee lo que les haga falta, puede ser una cama para masaje, cambiar puertas, habilitar un baño, o acondicionar el temazcal para que pueda operar en la ciudad, sin que sea un riesgo o molestia para los vecinos. 

 

Informa que también se les brinda capacitación a los curanderos. El año antepasado se trabajó con Chapingo, en donde se les dio un diplomado y el año pasado fue en la Universidad Intercultural. Se pretende que esta institución educativa emita una certificación este 2017. 

 

“Este año empezamos a partir de julio. Los curanderos ya tienen dos diplomados, que era lo que nos pedían como requisito, porque ellos si tienen documentos, pero la mayoría de los conocimiento que tienen son heredados de sus abuelos o abuelas”.

 

Comenta que la importancia de que este tipo de lugares existan en la Ciudad de México, una de las más pobladas del mundo, es que se vive con mucho estrés y de vez en cuando es necesario hacer un alto en el camino y sanar tanto el cuerpo como el espíritu.

 

En la ciudad de México hay mucho estrés. Se lleva un control donde los médicos entregan una lista de todos los pacientes que atendieron en el mes. La mayoría de los casos que ellos tratan es el estrés y el miedo.

 

“El médico regular no te cura el susto, el espanto, no te levanta la mollera. Lo que no hace el médico lo hacen los curanderos. La gente acude porque el médico hay veces que ya no tiene más tratamiento que darle, incluso ya tienen gastritis de tanto medicamento y el curandero les da tés o los soban”.

 

Indica Chávez Reyes que la medicina tradicional es una opción más para curarte. “Estos conocimientos los hemos heredados de nuestros abuelos. Mi abuela era mazahua y también era curandera. Con los años se han ido perdiendo porque nadie los quiere aprender, pero quien los aprende y los capta, es maravilloso”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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