Main logo

"Sólo quiero vivir tranquila", policía fue abusada sexualmente por su jefe

Eréndira, una ex policía de Calimaya en Edomex, fue víctima de abuso sexual, discriminación y violencia machista por parte de su comisario

Escrito en METRÓPOLI el

“Fui víctima de abuso sexual por parte de mi jefe, yo no supe reaccionar, yo ya había sido abusada cuando tenía seis años”, así comienza a relatar su historia Eréndira, una ex integrante del cuerpo policiaco del municipio de Calimaya, Estado de México, que acusa a Eduardo Tarango, actual comisario de la demarcación de abuso sexual y hostigamiento laboral.

Para Eréndira no es fácil relatar los hechos, el miedo le regresa a la mente cuando recuerda lo vivido, en su primera noche, contó a La Silla Rota, su entonces jefe bajó a verla al área de videovigilancia, puso la pistola de cargo en la mesa, le metió la lengua en su oreja.

“Después de que se inaugurara el C2, unos meses después me hacen encargada. Desde el primer momento comencé a vivir acoso por parte del comisario, lo recuerdo muy bien. Nosotros podíamos abrir por dentro, por fuera sólo podía abrir él, entró como a las 3:00 de la mañana, se empezó a acercar, a hablarme, me metió la lengua en la oreja y ahí empezaron los acosos… A mí todo esto me daba muchísimo miedo porque tengo antecedentes, fue víctima de violación a los seis años y de alguna manera ame paralizan muchísimo estas situaciones, tener contacto con este tipo de hombres”.

¿Es cuestión de preferencias?

La joven expolicía considera que sus preferencias sexuales fueron un factor para el abuso y acoso, ya que se reconoce como lesbiana, fueron fuente de comentarios machistas y discriminación por parte de Eduardo. “Yo te voy a hacer sentir mujer, te voy a dar lo que otra no puede”, le decía mientras le contaba sobre su vida privada cada vez que tenían una reunión de trabajo,

“Empezó el acoso y después el abuso, empezó tocándome la mano, luego subió a las nalgadas, para él esas situaciones le daban orgullo, risa, yo sólo me retiraba a mis actividades, trataba de ser cortante, me causaba pánico, miedo, porque es una persona mucho más lata que yo, con una complexión al doble. La primera vez… me acuerdo perfecto…”.

Los meses transcurrieron, para la víctima, el estar frente al C2 municipal fue una pesadilla ya que desarrolló colitis nerviosa y crisis emocionales, por lo que pidió su cambio al grupo operativo, lo que pensó que sería una cambio sin presiones, lo describió como “una pesadilla”, pues le tocó ser escolta del comisario.

“Acepté el que me sacaran del C2 y estar en operatividad, pensé que con eso no tendría tantos roces son él pero me dejaron en cabecera municipal para escoltarlo, el abuso más fuerte pasó durante un operativo con la Guardia Nacional, estábamos esperando a los elementos, empezó a enseñarme fotos de chicas semidesnudas, él sabía desde antes de mis preferencias sexuales, me preguntaba si me gustaban y les hacía zoom, yo lo único que hice fue voltearme al lado contrario porque yo no tenía interés en lo que hacía”.

Relató que una noche de diciembre del año pasado iba abordo de una unidad policíaca con Eduardo cuando entraron a un camino de terracería y la noche era fría.

“En repetidas ocasiones tomó mi mano derecha y la llevaba hacia sus genitales y me decía que me iba a gustar, que me iba a hacer mujer, yo sólo quitaba mi mano… cuando avanzamos, metió su mano a mi pechos, nuevamente llevó mis manos hacia sus genitales… Esa fue la última vez que estuve con él, se molestó porque no respondí a sus insinuaciones y me mandó con el resto del grupo”.

El acoso laboral comenzó

Tras esa noche, la víctima tuvo un accidente laboral por lo que se cortó el pie y recibió cinco puntadas en el pie, lo que la incapacitó para laborar, situación que su jefe no quiso justificar como riesgo de trabajo y se le tomó como ausencia.

Dos días antes de que terminara su incapacidad médica, fue despedida, el comisario le habló para que entregara su uniforme. En enero de este año se armó de valor para denunciar a su exjefe por acoso y abuso sexual ante la Contraloría municipal y la Comisión de Honor y Justicia, al no obtener respuesta, decidió denunciar ante la Fiscalía General de Justicia.

Siete meses han pasado desde entonces y la baja laboral no ha sido entregada a Eréndira lo que le ha impedido retomar su profesión como policía.

¿Qué dice el ayuntamiento?

Érick Munguía, secretario Técnico del Ayuntamiento de Calimaya, reconoció que tienen pleno conocimiento de la situación, sin embargo, no será hasta que haya una resolución del caso para tomar alguna acción.

“La instrucción es no tolerar este tipo de incidentes, este tipo de casos los lleva la Comisión de Honor y Justicia del Secretariado Técnico de Seguridad, y desde ese momento se la ha dado puntual seguimiento, sobre todo, garantizando todos los derechos y todo lo que implica el tema de salvaguardar la integridad de ella (…) Como nosotros no tenemos como tal una acusación, toda la acusación que se hizo fue verbal, ya se les dio garantía de audiencia a los dos, no se ha determinado… Eduardo sigue siendo el comisario”.

Destacó que se dio la atención a Eréndira pero que el reporte que tienen es que abandonó el trabajo y cuando se le requirió laborar de nuevo, denunció ante las instancias municipales la situación.

“Pero también encontramos cosas extrañas, de repente ella solicitó su baja para poderse incorporar en otro cuerpo policíaco y a la hora de empezar los trámites de baja, se empezó a politizar el tema… No con eso quisiéramos no creerle sino, no con esto quisiéramos equivocarnos ni como par ella ni para ensuciar a alguien que no se tiene la prueba”.

Sólo pide justicia

Eréndira hoy teme por su seguridad y la de su pareja, quien se ha convertido en su pilar y sustento tras lo que asegura fue un despido injustificado, por lo que hoy sólo pide justicia.

"No hice nada legal por pandemia, pero levanté una denuncia en línea que remitieron a la Contraloría de Calimaya, también envié tres cartas al presidente municipal para solicitarle una reunión”.

La denuncia por abuso sexual quedó asentada en la carpeta de investigación TOL/FVG/VGT/107/040410/21/02 ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.

“Sólo quiero vivir tranquila, eso necesito”, finalizó.

fmma