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Sheinbaum revela que sufrió acoso en la infancia, en la escuela y en la política

La jefa de Gobierno enumeró seis ejes de acción de lo que se debe hacer para atender la desigualdad de género

Escrito en METRÓPOLI el

Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, sufrió de acoso sexual desde que tenía doce años: desde lugares como el transporte público, pasando por su vida académica y hasta en la política.

Así lo expresó por medio de una columna publicada este jueves en La Jornada, donde también asegura que es “totalmente legítima la demanda creciente de erradicar el acoso y la violencia, desmantelar el machismo y garantizar el reconocimiento y el ejercicio de derechos y el acceso a la justicia para las mujeres”.

“Las mujeres padecemos múltiples violencias. Pongo mi propio caso. A los 12 años comencé a viajar sola en el transporte público y viví, como la mayoría de las niñas, hostilidad y acoso. En la preparatoria, un profesor insinuó que hiciera un viaje con él para obtener una buena calificación.

“En el mundo académico tuve que batallar con el prejuicio de colegas que consideran a las mujeres menos inteligentes. En la política, la soterrada creencia de algunos que suponen que sólo es capaz de gobernar un hombre. Tengo una hija y, desafortunadamente, ella ha vivido violencias similares”, aseguró Sheinbaum Pardo.

Ante esto, la jefa de Gobierno enumeró seis ejes de acción de lo que se debe hacer para atender las desigualdades:

1) Cambios en la legislación que promuevan una vida libre de violencias contra las mujeres, así como el establecimiento de sanciones en el Código Penal que dejen claro que la sociedad considera delitos graves la violencia física y sexual hacia las mujeres;

2) Acceso a la seguridad y a la justicia para las mujeres y capacitación con perspectiva de género y derechos humanos a policías y ministerios públicos;

3) Condiciones para disminuir al máximo la violencia en el transporte y en el espacio públicos;

4) Crear un sistema de protección que atienda a las mujeres en situación de violencia;

5) Programas que promuevan la autonomía económica de las mujeres, fortaleciendo la libertad que da la capacidad de las mujeres de valerse por sí mismas, y

6) Educación, cultura y acciones para fortalecer a las niñas y a las mujeres en sus decisiones y formar a los niños y a los hombres en masculinidades alejadas del machismo.

Asimismo, reafirmó su convicción de que las luchas sociales “tienen más que ganar cuando son pacíficas y convencen por la vía del debate, la razón y el entendimiento, que cuando se imponen por la vía de la violencia y la destrucción”.

“Las luchas por una vida digna se construyen educando y conquistando conciencias, convenciendo, no doblegando”, continuó.

(Mauricio Oblea)