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¿Quién surte de armas a la Ciudad de México?

Varios cárteles del narcotráfico se han asentado en CDMX y por periodos de tiempo han abastecido de estupefacientes y armamento a grupos domésticos asociados

Escrito en METRÓPOLI el

Desenredar la madeja que conexiones que lleva a quiénes surten de armas y droga a las bandas delictivas de CDMX ha sido todo un reto para autoridades federales y capitalinas.

Varios cárteles del narcotráfico se han asentado en CDMX y por periodos de tiempo han abastecido de estupefacientes y armamento a grupos domésticos asociados.

Aunque las redes son tan extensas, complejas y cambiantes, la Procuraduría General de la República (PGR) y en su momento la Procuraduría local han hecho trabajos de Inteligencia para dar en el blanco.

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En el informe Panorama Estratégico Final, elaborado por la PGJ pero con información de la Federación, se planteó que el primer cártel que tuvo nexos de este tipo con bandas delincuenciales de Tepito fue el de los Arellano Félix.

Inspirados por el sicariato de los años 80 y 90 en Colombia, los Arellano Félix exportaron desde Tijuana el método de asesinos a sueldo a bordo de montonetas.

El abastecimiento de cocaína y mariguana se hacía a través de terceros y mayoristas como los hermanos Márquez y Víctor Juárez y Cuauhtémoc Herrera “El Federal”.

En años posteriores hubo cambio de estafeta hacia el Cártel de Sinaloa, pero con menor participación de la que representó para CDMX los Arellano Félix.

Después el cártel de los Beltrán Leyva tomó el mando en la operación capitalina, tan es así que mientras ellos proveían de droga a las bandas locales, ellos usaron a varios sicarios de Tepito para atentar contra funcionarios de la PGR y la Policía Federal.

Uno de ellos fue el hasta hoy prófugo -no se tiene certeza si incluso sigue con vida- Eduardo Trejo Ponce “El Lalito”, consta en el expediente PGR/UEIDCS/232/2008.

Hoy, según el informe Bandas Delictivas, hecho por la dependencia federal, existen al menos 21 distribuidores mayoritarios con influencia en la capital, todos con ligas con cárteles.

Ellos sirven de intermediario para el abastecimiento de droga, cuyos puntos de llegada y almacenamiento temporal son la Central de Camiones del Norte, la Aduana de Pantano, en Azcapotzalco; la Central de Abastos, en Iztapalapa, Tepito, bodegas en las inmediaciones del Aeropuerto capitalino y el de Toluca.

La mayor parte de los narcóticos incautados provienen de puntos estratégicos y de alta afluencia de personas y productos. Se tiene conocimiento del mayor acopio de mercancía ilegal y droga en la aduana de Pantano y la Central de Abastos, donde usualmente se oculta en cargamentos de comestibles”, se lee en el documento.

Según las autoridades federales, los cárteles con nexos más cercanos con grupos criminales locales provienen de Morelos y Guerrero.

Sin embargo, en los últimos años se ha elevado la presencia del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), tanto en CDMX como en el Estado de México.

Derivado del intercambio de información entre corporaciones, la Secretaría de Seguridad Pública local (SSP) descubrió al investigar a la Unión Tepito y la Unión de la B, que sus líderes adquirían armamento por medio de distribuidores cercanos al CJNG.

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Pese a ello, algunas organizaciones domésticas optaron también por montar laboratorios improvisados para cocinar metanfetaminas y cortar cocaína, pero su capacidad producción ha sido mínima en comparación con la droga adquirida a través de vendedores mayoritarios y los cárteles.

La PGR contabilizó, hasta 2017, 18 narcolaboratorios de este tipo en CDMX y Edomex, principalmente en zonas boscosas del Ajusco, la Marquesa y Amecameca.

Todos fueron desmantelados y por dichos operativos hubo 9 procesados por delitos contra la salud y posesión de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército.

Acorde con la información de Inteligencia, inclusive cuando ha habido guerras entre cárteles de, por ejemplo Guerrero y Morelos, la adquisición de armas se complica y han tenido que comprar de segunda mano en armerías clandestinas de Tepito.

El documento citado resalta un caso, sin mayor detalle, de cuando el cártel de los Beltrán Leyva se fragmentó y hubo luchas en Acapulco y Cuernavaca.

Refiriendo uno de los probable responsables puestos a disposición del Ministerio Público Federal que debido a que la situación estaba ‘muy caliente’ la movilidad de las células era complicada en términos de logística, por lo que en varias ocasiones se vieron forzados a comprar armas de segunda mano, manifestando el sujeto en cuestión que lo hicieron en el barrio de Tepito, en el Distrito Federal, regresando a su plaza en vehículos con ‘clavos’, es decir, compartimientos secretos adaptados para esconder rifles de asalto .223 y ‘cuernos de chivo’”, se asienta en el informe.

Hasta junio de este año, sumaban más de mil 100 armas de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas incautadas por autoridades federales.