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Proyectos de Mancera, “congelados” por sospechas de corrupción y de daño ambiental

Las plantas termovalorizadora y de biogestión, que fueron presumidas por Miguel Ángel Mancera, han sido cuestionadas por su costo y viabilidad técnica y operati

Escrito en METRÓPOLI el

Dos grandes proyectos de Miguel Ángel Mancera serán pospuestos alegando cuestiones técnicas pero con señalamientos extendidos sobre corrupción e impacto negativo al medio ambiente.

Se trata de la Planta Termovalorizadora, para generar energía eléctrica con la incineración de 4 mil 500 toneladas diarias de basura inorgánica, y la planta de biodigestión, también para generar electricidad con 2 mil toneladas de basura orgánica diaria. El costo proyectado de construcción de la primera será de 12 mil millones de pesos y el de la segunda de 3 mil millones de pesos.

Planeadas originalmente para ubicarse frente al relleno sanitario Bordo Poniente, a un lado de la laguna de regulación Churubusco, por el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) y por disposición de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes fueron movidos cerca del lago Nabor Carrillo, entre el Circuito Exterior Mexiquense y la autopista Peñón Texcoco.

Ambos proyectos fueron presumidos por el exjefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, quien decía en el caso de la termovalorizadora que se trataba del proyecto más grande en su tipo en el mundo. Pero la proyectada obra ha sido criticada por su excesivo costo, por plantear una concesión de 33 años y por ser una solución incompleta para el problema del manejo de la basura.

En diciembre de 2017, Mancera adelantó que para enero de este año se anunciaría el inicio de obras en el Bordo Poniente. Pero de acuerdo con fuentes de Veolia, empresa que forma parte del consorcio ganador de la licitación, la primera piedra podría colocarse hasta julio. Ello debido a que se encuentran en el llamado cierre financiero, proceso para obtener avales y créditos para iniciar la obra. Cuestionados sobre la ubicación, dijeron que será en la misma zona, ya que se trata de un predio muy grande.

Respecto a la planta de biodigestión, también se ubicará cerca de la termovalorizadora, en el mismo predio, ya que las dos formarían parte del Parque Ecológico Industrial.

El gobierno capitalino ha dicho que la construcción de planta termovalorizadora  durará 18 meses. Desde noviembre de 2017 se publicó en la Gaceta Oficial de la ciudad de México el decreto para su operación.

Respecto a la planta de biodigestión, sus bases de licitación fueron publicadas nuevamente el pasado 3 de mayo.

Respecto al retraso de las obras, el experto en manejo de basura Jorge Sánchez consideró que ante la inminencia de un nuevo gobierno, hay incertidumbre sobre lo que pueda pasar con la de biodigestión.

“Yo lo veo difícil (que salga) si llegara un gobierno morenista o del PRI no hay coincidencia con lo propuesto por Mancera. Reitero que es una solución parcial y queda pendiente saber qué pasara con el resto de toneladas más, y nos van a llevar a una dimensión de costo terrible”.

CARA Y CUESTIONADA

La construcción de la termovalorizadora costará 12 mil millones de pesos y estaba programada para iniciarse a fines del año pasado, pero todavía en diciembre no se tenía definido el terreno. El proyecto de la planta y su diseño financiero es el mismo que causó una toma de tribuna por parte de la fracción de Morena en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, el 14 de noviembre del año pasado, por considerar abusivo el contrato de concesión por 33 años, por el cual, aseguraron los legisladores, los capitalinos tendrán que pagar al consorcio operador, formado por Proactiva Medio Ambiente S.A de C.V. y Veolia, con Termoenergía CDMX Holding, una cifra cercana a los 109 mil millones de pesos.

Otro motivo de protesta fue que para garantizar el pago a la empresa, se hipotecaron los remanentes de participaciones federales de la ciudad destinados al Metro, algo que incluso ya se publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México.

Además, Termoenergía CDMX Holding, una de las empresas del consorcio que ganó la licitación y que posee el mayor porcentaje de acciones, 90 por ciento, se formó apenas el año pasado.

Otra acusación que surgió en la ALDF de parte del coordinador de la bancada de Morena, César Cravioto es que directivos de la empresa Kosmos, de alimentos para reclusorios, forman también parte del consorcio que ganó la licitación de la planta.

Respecto a la obtención de energía eléctrica, un estudio especializado señala que la empresa ganadora de la licitación realizará una inversión de entre 500 y 600 millones de dólares en la planta, para tener la capacidad de transformar en principio 4 mil toneladas de residuos diariamente y generar 965 mil megawatts hora de electricidad.

Eso significa que el costo por megawatt instalado es de 4.6 millones de dólares, y por tonelada diaria de residuos de 376 dólares, mientras que a nivel internacional el costo es de entre 3.5 millones a 5 millones de dólares el megawatt y de 50 a 100 dólares la tonelada diaria de residuos, por lo que entonces se pagará un sobrecosto de 20 y 300 por ciento más, respectivamente.

El mismo estudio menciona que otro inconveniente es el uso de agua en la termovalorizadora con ciertas condiciones de pureza. Dicha situación representa un reto, ya que la planta, al hallarse en el Bordo, no cuenta con la existencia del recurso para mantener la operación continua de la planta, lo que obliga a traerla de otras fuentes, en una ciudad que padece por la falta del líquido.

Otro tema expuesto por consultores en la materia es que en el caso de la termovalorizadora, al incinerar basura que no es calorífica, se corre el riesgo de no alcanzar la energía eléctrica proyectada y quemar material peligroso como pilas o con humedad cuando sea temporada de lluvias, lo que puede deteriorar el funcionamiento de la planta.

El cómo se abatirán las emisiones contaminantes de la planta es otro gran asunto, ya que aunque se trabajaría en un espacio cerrado, por el proceso de termovalorización si habría emisiones contaminantes.

Tampoco se ha despejado la incógnita de que se hará con la basura quemada, si se reutilizará o se guardará y en este último caso, en donde se almacenaría, dijo Sánchez en una entrevista previa con La Silla Rota.

Reiteró que no es bueno concentrar en el mismo sitio dos plantas, y recordó que en el Bordo Poniente en época de lluvias había inundaciones.

LA PLANTA BIODIGESTORA

En el caso de la planta de biodigestión, el 25 de abril la Agencia de Gestión Urbana, órgano desconcentrado del gobierno capitalino que se encargará de esta planta y de la termovalorizadora, anunció el 25 de abril su reubicación.

Ello debido a que The Mitre Corporation, una organización de investigación sobre seguridad e ingeniería basada en Estados Unidos, y asesora de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, avisó a la dependencia y esta a su vez notificó al gobierno de la CDMX que “por razones técnicas en materia aeronáutica”, la planta de Biodigestión en el Bordo Poniente deberá instalarse en otro sitio dentro del mismo polígono. Aunque no han querido revelar el contenido del estudio de Mitre, se ha informado que la necesidad de reubicar la planta tiene que ver con el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.

La planta de biodigestión es un proyecto el cual busca procesar 2 mil toneladas diarias de residuos orgánicos, para generar energía eléctrica (159.8 gigawhats/hora) misma que se entregará al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX).

Dicha planta busca aprovechar el metano que se genera de los desperdicios orgánicos, y para apresurar el proceso se construye un biodigestor que es un contenedor hermético el cual permite la descomposición anaeróbica (a través de bacterias y sin aire) de la materia orgánica.

CUESTIONAMIENTOS TÉCNICOS

Ambas plantas están proyectadas para ubicarse en terrenos del Bordo poniente, una zona que albergó hace años al mayor basurero del mundo y que también está en una zona lacustre.

Para el experto en manejo de basura, Jorge Sánchez, dicha ubicación es un inconveniente.

“Esta muy alejada de la zona de residuos y esa zona como que debe ser destinada a otra cosa, la vocación natural de la zona es un lago y va a estar sujeta a que se inunde”, explicó a La Silla Rota.

Al ocupar ambas plantas  6 mil 500 toneladas de las 13 mil toneladas de basura que se generan en la ciudad, la gran incógnita es saber qué pasará con el resto de la basura. Otro tema es la logística para transportar la basura al bordo, que además de quedar lejos de donde se genera, implica la movilización a un solo sitio de cientos de camiones.


AJ