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Procedimientos contra presuntos acosadores, la condición para devolver Filosofía

El encuentro concluyó con la firma de una carta compromiso de parte de las autoridades al pliego petitorio del colectivo

Escrito en METRÓPOLI el

El director de la Facultad de Filosofía y Letras, Jorge Enrique Linares acababa de ofrecer al colectivo Mujeres Organizadas de FFyL un curso con perspectiva de género en todas las carreras, cuando de pronto, de manera inesperada, soltó la frase:

“Aplaudan por favor”, expresó, sentado en su silla, micrófono en mano, con su largo cabello agarrado con una liga y su barba otoñal, acompañado de otras funcionarias universitarias.

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Pero la respuesta tanto de representantes de Mujeres Organizadas como de los alrededor de 300 estudiantes y académicos que acudieron al diálogo público entre el colectivo y autoridades universitarias, fue un aplastante silencio.

El encuentro, iniciado a las 10:20 horas de la mañana de este 15 de enero, concluyó con la firma de una carta compromiso de parte de las autoridades al pliego petitorio del colectivo, que desde el 4 de noviembre mantiene cerrada la facultad, en protesta a la falta de procedimientos y sanciones contra maestros y alumnos presuntamente acosadores sexuales.

La firma de la carta compromiso responde al pliego petitorio de Mujeres Organizadas entre cuyas demandas está que el ex secretario general de la facultad, Ricardo García Arteaga, quien renunció el 9 de enero pasado, tampoco de clases en la facultad. La razón es que el ex funcionario, quien se hizo a un lado para no entorpecer el diálogo, según un boletín de la UNAM, está acusado de acoso y las mujeres no lo quieren en la escuela ni como académico.

Por si no ha quedado claro no estamos dispuestos a compartir espacios con agresores”, dijo una de las estudiantes, que acudieron al encuentro embozadas y vestidas de negro.
 

No es el único funcionario contra el que se han manifestado. También lo hicieron contra el consejero jurídico Jesús Juárez, al considerar que la atención que dio a las denuncias fue insuficiente y debido a ello incluso se presentó una queja contra él ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

En el caso de Juárez, no ha sido destituido como ellas demandan, sólo fue reubicado y pidieron a la dirección que “no se lave las manos sobre estas dos personas y eso no quita que Arteaga tenga denuncia en #metoo y el otro ante la CNDH”, dijo la misma mujer.

Otra de las peticiones del colectivo es que haya tres psicólogas que atiendan los casos de acoso sexual y no una como ocurre actualmente.

Además demandaron una disculpa pública de parte de la escuela y sus directivos para Herminia, la mamá de Mariela Vanessa Díaz Valverde, estudiante de la facultad desaparecida desde 2018.

También solicitaron cursos con perspectiva de género para todas las carreras, así como publicar en la página de internet de la facultad los resultados de por lo menos 10 denuncias por acoso sexual.

DEBE SER CONFORME A PROCEDIMIENTO

Las autoridades mostraron disposición a tomar en cuenta el pliego petitorio, aunque Linares y sus acompañantes a lo largo de la exposición de los 11 puntos puntualizaron algunos aspectos que quizá no se puedan resolver como ellas demandan.

Por ejemplo en el caso de Arteaga dieron a entender que para que deje de dar clases debe haber un procedimiento legal y actualmente no lo hay.

Respecto a las psicólogas, pese a que el director admitió que los servicios están saturados, las autoridades sólo se comprometieron a dos y no a tres.

“Una psicóloga puede incrementarse”, dijo Linares y ofreció que los casos que no se puedan atender serían canalizados a una oficina de abogacía.

“No son suficientes”, gritó alguien entre los asistentes detrás del cordón de seguridad. Y él le respondió, amoscado, “ya sabemos que no son suficientes”. Y otra voz le gritó: “Hagan su trabajo”.

El director explicó que no hay presupuesto, lo que fue usado por las mujeres para decir que sí hay y así lo muestran datos de compras de objetos a sobreprecios, lo que Linares aseguró no fue reciente. Entonces una de las mujeres propuso que se corra a los maestros acusados de acoso y con lo que ellos ganaban se le pague a las psicólogas.

Respecto a la disculpa pública para los familiares de Mariela, se trató de uno de los puntos que causo más tensión durante el encuentro, debido a que luego de su lectura como parte de uno de los puntos del pliego petitorio, Linares ofreció la disculpa, como cualquier cosa, sentado desde su silla, a la señora Herminia y a Gaby, su otra hija, que estaban detrás de las mujeres, recargadas en unas rejas.

Pero fue regañado por una de las mujeres embozadas que consideró una falta de respeto que ni siquiera haya mirado a la cara a la señora Herminia, le reprochó que lo haga sólo para que las paristas ya devuelvan las instalaciones y que lo que pudieron hacer por la mamá de la estudiante y que lo que ofrecen en ese momento lo pudieron hacer con las instalaciones cerradas.

No fue lo único. Otra mujer, ella con el rostro descubierto pero que acompaña al colectivo, le aclaró que tendrán que hacer de nuevo la disculpa, porque debe tener un procedimiento establecido, en la ley general de víctimas.

Fue un momento para la consigna y un grupo gritó con furia “No estamos todas, nos falta Mariela”.

Respecto a las denuncias y que sean publicadas en internet, Linares dijo que se haría así cada semestre, pero las mujeres le respondieron que no, que la información debía actualizarse cada semana.

En cuanto a los cursos con perspectiva de género, el director aceptó pero aclaró que antes deben hacerse cambios a los planes de estudio, a lo que ellas pidieron agilizarlo, porque si se esperan a los planes resulta que dos carreras lo acaban de actualizar hace un año y por reglamento sólo se pueden cambiar cada cinco años.

También pidieron no borrar los murales ni quitar el tendedero de quejas este año, lo que aceptó el director.

La reunión sirvió para conocer de viva voz algunas de las quejas de las mujeres o que ellas han recogido de sus compañeras, y algunos señalamientos al funcionamiento del protocolo para atender la violencia de género y que incluso las autoridades reconocieron tenía fallas.

Por ejemplo el colectivo expuso que quien fungía como abogada para los casos de denuncias de acoso, Yadira Coronado era en realidad una psicóloga. Pero que además recibían cursos donde les sugerían aguantar violencia de pareja o que las culpabilizaban al decirles que “provocábamos con ropa a profesores, o les pedían a los profesores no mandar solicitud de amistad a alumnas”.

El tema de las denuncias también mostró algunas de las diferencias más profundas entre autoridades y paristas. Linares pidió que las denuncias no presentadas formalmente se presenten y a cambio ofreció que la UNAM las reciba. Otra funcionaria las invitó a reunirse con ella para ver por qué se procedió y cómo se hizo en algunas denuncias en las que ellas dicen no se les atendió correctamente.

Linares retomó la palabra y explicó que algunas ya no procedían porque el anterior protocolo establecía que prescribían al año.

“Pero eso se quitó del protocolo y ya no existe ese plazo, algunas denuncias en redes sociales son de ese tipo y pueden presentarse”, prometió.

Las paristas embozadas se refirieron a la mesa de denuncias que hay en la Facultad y en las prepas 7 y 9. “Solo tiene la intención de cómo asesorar procesos y hacer citas pero no es para presentar denuncias. Y yo no me presentaría a una denuncia en un estacionamiento con desconocidas”, criticó una.

Y se mostró comprensiva de que algunos casos no se reabran, pero lo que cuestionó es si se llevó o no de manera regular su investigación.

LA REUNION

El encuentro inició alrededor de las 10:20 horas, en la zona de Pilares, que es el pasillo debajo de las aulas de la facultad.

Programado a las 10, comenzó después debido a que el equipo de audio falló inicialmente. La disposición de la mesa, las sillas y la logística, corrió a cargo de las paristas.

Fueron nueve representantes embozadas las que asistieron y se sentaron a la mesa y 7 funcionarios universitarios, encabezados por Linares.

“La reunión no es para levantar el paro sino para solucionar la causas que llevaron al paro”, aclaró una de las mujeres del colectivo apenas inició la reunión.

También recordaron que las prepas 7 y 9 se encuentran en paro, por lo que pidieron que la carta compromiso tuviera validez para los compañeros que ahí protestan por lo mismo, la falta de atención a las denuncias de estudiantes por casos de acoso sexual.

Otro momento curioso fue minutos después de que Linares pidió los aplausos. Mientras aclaraba parte de los gastos y aseguraba que se realizaron en otros años, se escucharon algunas exclamaciones de risa.

“No hay corrupción y si alguien tiene pruebas que las presente”, retó. Se oyeron otras risas y cuchicheos y entonces pidió respetar la regla de que los asistentes no participarían.  

Que no lo hagan”, reclamó. La respuesta fue un grito: “Corrupto”.
 

En cambio las mujeres fueron varias veces aplaudidas y una voz femenina les gritó que ellas sí la representaban.

Aunque parte del pasillo de Pilares se llenó, así como el inicio de las Islas, parecía una presencia minoritaria para una facultad integrada por 11 mil alumnos y mil 700 académicos, que salieron desmoralizados del encuentro, ya que aunque las autoridades firmaron la carta compromiso, Linares aclaró que se analizará el documento.

El colectivo fue despedido con aplausos y prometieron que según los avances se convocará a un nuevo diálogo.

“No hay prisa, lo más importante es nuestro interés por continuar el dialogo necesario. La universidad y la facultad están reconociendo este problema y que debemos atenderlo y no es entregando después de este dialogo, dando las resoluciones y diciendo ya terminamos, apenas empezamos a trabajar para atacar ese problema. Por otro lado el diálogo fue muy bueno porque hacía falta que nos escucháramos y hay cosas que se entienden de una manera y ya al escucharla de viva voz tenemos la oportunidad de reflexionar con ellas.

“No hay en el país una institución que uno diga ‘es el ejemplo a seguir para poder instaurar un programa de protección’. Hay que construirlo, por eso es tan importante que la comunidad esté presente, ese es el tema de las instalaciones. No es una cuestión de volver a la normalidad, la normalidad se acabó, hay que aprender, hay que educarnos y relacionarnos de distinta manera y que termine efectivamente la violencia en la universidad”, dijo a reporteros Regina Quiñones Uribe, secretaria de extensión académica de la Facultad.

Adelantó que hablarán con rectoría y la abogacía general de la UNAM y verán las propuestas concretas con base a lo presentado por las chicas.

Afirmó que estaban “muy a tiempo de resolverlo” y no perder el semestre.