El sismo que azotó el centro del país ha dejado hasta el momento 337 muertos, los cuales sucedieron en su mayoría en la Ciudad de México.
Sin embargo, en la capital las mujeres fallecidas casi duplican el número de hombres muertos por el temblor. De los ciudadanos caídos, sólo 68 son varones, mientras que 126 son mujeres.
Las mujeres son las principales víctimas, las que han quedado, en mayor medida, sepultadas bajo los escombros de los 38 edificios que se han derrumbado en la capital.
Este hecho podría significar más que una simple casualidad. La hora y el tipo de inmuebles colapsados responderían esta duda.
La diferencia demográfica queda descartada como opción, puesto que en el país apenas hay un 2.52% más mujeres que hombres.
De acuerdo con El País, entre los edificios derrumbados había un gran número de viviendas y eran mujeres las que principalmente estaban en casa a las 13:14 del 19 de septiembre cuando la tierra tembló.
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De acuerdo con El País, entre los edificios derrumbados había un gran número de viviendas y eran mujeres las que principalmente estaban en casa a las 13:14 del 19 de septiembre cuando la tierra tembló.
Para Ximena Andión, directora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, algunas de las razones de esta considerable diferencia de muertes es que en México sólo el 40% de ellas es económicamente activa.
“Si esto lo combinas con la hora del sismo, te encuentras que eran muchas las que estaban en casa realizando el cuidado de los otros o del hogar", señaló Ximena Andión al diario español.
A esto habría que agregarle otros datos, como que el 95% de las empleadas domésticas son mujeres.
Que las féminas en su mayoría son las encargadas del cuidado del hogar, así como de otros, por ejemplo los hijos.
Del total de horas que se dedican al hogar o a los hijos, los hombres contribuyen con un 22,8%, mientras que las mujeres el restante, un 77,2%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Además, el colapso del de la fábrica en la calle Chimalpopoca en la colonia Obrera, donde trabajaban un gran número de mujeres en sospechosas condiciones laborales.
Mientras que estás condiciones estereotipadas e incluso discriminatorias continúan, en contraste, varias mujeres aparecieron también entre los voluntarios que salieron a ayudar a los damnificados y atrapados entre los escombros.
Desde repartiendo víveres y acomodando cajas en los centros de acopio, hasta recogiendo escombros con pico, pala y chaleco en las zonas del desastre.
Con información de El País