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Por pandemia sufren niños miedo y ansiedad, pero también se adaptan

Se ha incrementado el maltrato que ejercen los padres a los niños, para hacer sufrir a las mamás, informó la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX

Escrito en METRÓPOLI el

La pandemia ha sido una etapa dura para los niños en la Ciudad de México. Además de no frecuentar a sus amigos ni a sus compañeros en la escuela, debido a la suspensión de las clases presenciales decretada hace más de un año, también han sufrido miedo y ansiedad ante la posibilidad o el hecho de ver a sus familiares enfermos, perder a algún miembro de su familia o la pérdida del empleo de alguno de ellos. 

Así lo plasmaron los propios niños en la encuesta Infancias Encerradas, realizada dos meses después de que se suspendieran las clases presenciales y elaborada por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Los temores de los niños en muchos casos se concretaron pues al día de hoy hay por lo menos casi  4 mil infantes que han quedado en la orfandad y que reciben un apoyo del gobierno. 

“Lo común es que los niños estén preocupados por la enfermedad, la muerte y pérdida de empleo, eso fue una constante en la encuesta”, dijo en entrevista la presidenta de la Comisión, Nashieli Ramírez. La ombudsperson también lamentó que sin las escuelas, que es un espacio de contención, hay niños que en condiciones vulnerables pueden ser cooptados por grupos de la delincuencia organizada. 

Y de acuerdo con una encuesta reciente, el 14 por ciento de los menores de edad abandonaron sus estudios. 

La académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, Teresa Monjaras, explicó a La Silla Rota que, entre las secuelas del confinamiento, se ha visto el incremento de la violencia en casa, que los padres al estar sobresaturados, con trabajo en el hogar tienen mucho estrés y eso no les permite tener competencias parentales y a veces incurren en violencia contra los menores.

“Eso vulnera su desarrollo y en algunos estudios se ve que depende de la edad”.

Sobre el tema de violencia, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos destaca un fenómeno que se ha detectado: la violencia vicaria que es cuando los papás violentan a los hijos como una forma de castigo a las mamás. 

Por su parte, Katherine Traslaviña, pedagoga también de la UNAM, consideró que, pese al difícil entorno, no se debe subestimar a los niños ni a su poder de adaptación.

“Claramente los niños se siguen formando, están aprendiendo, se están educando, quizá no en términos curriculares como la escuela física quisiera, pero sí están teniendo aprendizajes que tienen que ver con dinámicas cotidianas como su acceso a la tecnología, una formación que no es menor, quizá no mejor o peor, sólo diferente”, agregó.

ABANDONO ESCOLAR

La ombudsperson mencionó a La Silla Rota que 14 por ciento de niños, niñas y adolescentes dejaron la escuela, de acuerdo con otra encuesta, más reciente, titulada Sobre los efectos del covid-19 en el bienestar de los hogares de la CDMX, de diciembre de 2020, organizada por la Unicef, la Universidad Iberoamericana y el gobierno capitalino.

De ese porcentaje, 31 por ciento fue por falta de recursos económicos, 21 por ciento por carecer de internet o computadora y 9 por ciento porque no aprendían.

HUÉRFANOS POR LA PANDEMIA

Otra problemática que ha impactado a miles de menores en la ciudad de México -una de las capitales con más muertes por covid y que hasta este 29 de abril sumaba 41 mil 752 decesos- es que han quedado huérfanos debido a la pandemia.

El DIF de la Ciudad de México informó a La Silla Rota que hasta este 29 de abril, había otorgado la beca Leona Vicario, un apoyo mensual de 832 pesos, a 3 mil 933 niños, niñas y adolescentes que perdieron a uno o ambos padres por la pandemia.

VULNERABLES A LA VIOLENCIA

Pero no sólo en el ámbito de la salud mental y educativo ha habido impactos hacia las niñas, niños y adolescentes.

Es la ombudsperson la que alerta que hay cifras que por sí mismas hablan de los impactos de la violencia que se invisibiliza por la pandemia. Una de ellas es que este año las alertas Amber por desaparición de menores de la Ciudad de México han aumentado. Mientras los dos primeros meses se activaron 3 por mes, en marzo y este abril, hasta el 27, ya sumaban 5, respectivamente.

Además, un fenómeno que ha emergido es el tema de la violencia vicaria. Entre enero de 2020 y marzo de 2021 suman 19 quejas por ese tipo de violencia, que Ramírez define como la que ejercen los padres contra sus hijos, pero para castigar a la mamá, agregó.

“Está catalogada como violencia hacia las mujeres, es el maltrato hacia sus hijos, al niño para que ellas se sientan mal”.

LOS IMPACTOS

Respecto a los resultados de la encuesta Infancias encerradas, Ramírez recordó que se hizo hace 10 meses y fue un ejercicio a nivel nacional, y de la Ciudad de México fueron consultados 19 mil de los 40 mil niños que participaron. Se tomó en cuenta a niñas, niños y adolescentes.

Los niños ya mostraban preocupación porque se enfermaran o murieran por la covid-19 sus padres, o por su situación económica, la pérdida de empleo.

“Eso fue una constante”, afirma la ombudsperson.

Además, una segunda constante fue que si bien la encuesta se hizo a los tres meses de que se suspendieran las clases presenciales y fueran sustituidas por virtuales, ya mencionaban que sentían una sobrecarga en las tareas y que tuvieran que participar en los quehaceres domésticos.

La tercera constante reflejada en la encuesta es que las respuestas ya comenzaban a dibujar situaciones de salud mental, como angustia e incertidumbre por el futuro.

“Pero en general se sentían bien en el encierro, la encuesta era más metropolitana. Valoraban la convivencia con su familia, el hecho de que su mamá y su papá estuvieran en casa más tiempo del que comúnmente esta, y la convivencia la veían como una fuente de felicidad”.

Explicó que desde el inicio hubo preocupación por aspectos mentales y hacer cosas para contenerlos, ya que muchos de los niños que marcaban que tenían confianza porque sus papás estaban cerca, a partir de julio y agosto eso cambió con el regreso a la calle de los padres.

Aunque no está documentado el estrés y ansiedad, porque no hay consultas para niños, la encuesta si lo mostró.

En cuanto a ciclo escolar actual a distancia, lo que se ha detectado en la Ciudad de México son riesgos, como que algunas colonias de bajos niveles de ingreso económico, los niños están dejando la escuela. La situación podría alcanzar el 10 por ciento de deserción en esas zonas.

“Es grave en esas circunstancias”.

Esta la parte de salud mental y educación, esto último pone en riesgo a la población infantil, pues al no ser la contención se expone a menores al trabajo infantil y a ser cooptado, debido a su vulnerabilidad por grupos de la delincuencia organizada”.

“Entendamos que para un niño de 10 años estás hablando de la décima parte de su vida en pandemia. Hay cosas que no van a recuperar y hay niños que terminaron 6 de primaria se perdieron de los rituales de tránsito y festividad y no hay manera de reponérselo, cuantos niños que dejaron la secundaria, igual o los quince años, o los adolescentes. La lógica del mundo adulto debe verlo, mientras han tocado las calles los adolescentes y niños llevan en los hombros el distanciamiento social y se lo debemos a ellos y debemos reconocérselo”.

SECUELAS EMOCIONALES

La académica de la Facultad de Sicología de la UNAM, Teresa Monjaras,  se refirió a las conductas que tienen niñas, niños y adolescentes debido a la pandemia y según la edad que tienen.

En el caso de los más pequeñitos, que tienen hasta 5 años, pueden presentar cambios en el sueño, ser más berrinchudos o que tienden más al llanto, expresar miedo a la oscuridad o tener pesadillas. En cambio, los que están en la primaria están más irritables, con dificultad para concentrarse en la escuela en línea, y pueden estar preguntando cuándo va a acabar esa situación y en qué fecha podrán a volver a la escuela.

En el caso de los adolescentes, optan por no tener alguna actividad física, se retraen, se alejan y no conviven con la familia y eso afecta su desarrollo porque en esa etapa los pares son de suma importancia, además tiene un poco de conflicto con sus padres, lo que es normal, ya que hay oposicionismo con ellos y cercanía con los pares para este desarrollo de su identidad. Sin embargo, al no haber esta relación se puede ver afectado su desarrollo.

“Pero hay niños resilientes que se adaptan a la situación, salen adelante y tienen recursos y una situación estresante promueve su desarrollo”, dijo.

En ese sentido coincidió Traslaviña, consideró que, si bien la educación en casa a nivel curricular es diferente, el aprendizaje adquirido en casa será para toda la vida, al aprender dinámicas familiares, participar en quehaceres domésticos e incluso algunas nuevas habilidades como cocinar.

“La pandemia sí ha afectado a los niños, pero no en los términos que habíamos pensado, como si estuvieran exentos de aprendizaje y no estuvieran aprendiendo nada. Se cree erróneamente que, porque no están en la escuela en un espacio físico, no están aprendiendo o que hay una interrupción en su formación.

Propuso cambiar la mirada con respecto a las niñas, niños y adolescentes, y dejar de verlos “como personitas vulnerables que tenemos miedo de que les pase algo”.

Consideró que es mejor verlos desde las potencialidades que tienen, por su capacidad de adaptación la cual es mucho más fuerte que la de nosotros.

“Vemos niños felices en sus casas, no extrañan la escuela como espacio físico, extrañan socializar y el recreo y sus amigos, la relación con algunos profesores, pero en términos formativos siguen aprendiendo en casa, hay mamás que los han incluido en dinámicas familiares y eso son aprendizajes para la vida".

FALTA ATENCIÓN

Se le preguntó a la psicóloga Monjarás si ha habido atención en materia de salud mental a los menores y dijo que sí ha habido algunos programas de la Secretaría de Salud como el llamado Mi salud es mental, el cual ofrece atención a niños, niñas adolescentes y padres, que mediante una entrevista ofrece una sugerencia de qué pueden y no hacer. La propia Facultad de Sicología de la UNAM tiene programas a nivel de atención y prevención, a bajo costo y en algunos casos incluso gratuito.

“Sin embargo, faltan los esfuerzos para prevenir en escuelas. Se ha hablado de promoción de habilidades socioemocionales, es positivo que el gobierno empiece a mirar el tema, pero podríamos hacer más, sin depender tanto del gobierno, empezar por nosotros mismos en casa, ver esas habilidades, decir qué puedo hacer para estar bien y que mi hijo esté bien. Podemos empezar por nosotros mismos”, concluyó.

fmma