“El edificio se cayó el 19 de septiembre. Ahí tenía mi estética y ahí vivía, era el departamento de mi hermana. Perdí todo mi equipo de trabajo”, cuenta Xóchitl de la Paz.
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Bajo una gran sombrilla de colores, en la calle Miguel Negrete y Niños Héroes colocó una silla y dos cajones de plástico con lo esencial: unas tijeras, una capa negra, un atomizador de agua, peines y una máquina para cortar el cabello.
“No tengo mucho aquí. Me puse desde el sábado pasado. Me quedé sin lugar donde vivir y sin trabajo, por eso me puse aquí. Ya ha venido gente a cortarse el cabello”, dice mientras acomoda sus utensilios.
Su nuevo ‘changarro’ está justo enfrente de los escombros de lo que fue el edificio en la colonia Niños Héroes donde vivían 12 familias y una persona murió el fatídico 19 de septiembre.
Ahí, también se encuentra dos grandes coronas de flores y una veladora, para rendir homenaje a la única víctima del colapso.
Xóchitl y su hermana permanecieron por más de dos semanas en uno de los albergues habilitados para los damnificados por el sismo.
Ahí pudo ver el apoyo de la ciudadanía, quienes se organizaban para darles alimentos, ropa y agua para beber.
Por otro lado, la estilista lamenta el actuar de las autoridades, ya que en una ocasión pudo ver cómo un camión del programa “Sin Hambre” se llevó los víveres de uno de los centros de acopio que habilitaron cerca al edificio colapsado.
“Vinieron y se llevaron todo. No se me hace justo que la gente apoye y traiga de lo poco que tiene, como para que el gobierno haga eso, que se quede con los víveres de todos. No han hecho nada por ayudar”, reclama.
Por esta razón, instó a la ciudadanía a acudir a una de las movilizaciones que están convocando para este jueves 19 de octubre, a un mes del temblor que sacudió a México.
“Hay que salir a las calles, manifestarnos y exigir que el gobierno haga algo. Tenemos que apoyar los movimientos ciudadanos”, expuso.
Mientras tanto, Xóchitl continuará en su estética improvisada, bajo los rayos del sol, con las pocas herramientas que le quedaron, resguardada sólo por una sombrilla de colores.
