En diciembre de 2018, el perito en criminalística, Juan Carlos “N” hablaba durante el Segundo Congreso Nacional de Criminalística en Tulancingo, Hidalgo.
Calificaba de trato “VIP” el hecho de que un feminicidio pueda ser castigado con más años de cárcel que un homicidio.
“En México se están realizando políticas de género que quizá no sean las adecuadas. Al hombre no se le está enseñando a convivir con la mujer, se le está reprimiendo, caso práctico, el Metro, donde han dividido en vagones de mujeres y para hombres, pero ¿cuáles son los modelos de prevención que se han hecho? Ninguno, al contrario. Hoy en día, matar a una mujer es matar en términos ‘VIP'', nos van a dar 70 años de prisión”, expuso ante cientos de colegas y participantes en general.
El miércoles pasado, recibió a policías preventivos que irrumpieron en su apartamento con una subametralladora. Tras el tiroteo, Quirarte salió lesionado y los oficiales rescataron a Ana, una mujer de 58 años de edad que llevaba privada de la libertad casi 24 horas.
Estaba amordazada, maniatada, deshidratada y golpeada, consta en informes de la Fiscalía capitalina de los cuales La Silla Rota posee copia. Los médicos que la atendieron posteriormente le diagnosticaron traumatismo craneoencefálico y síndrome colinérgico.
Ella y el servidor público sostenían una relación, pero éste último la retuvo en su departamento de la calle Lisboa, colonia Juárez, desde la tarde del martes, donde le advirtió que la torturaría todo el tiempo que fuese necesario y que al final la asesinaría.
Acorde con los reportes de la Fiscalía, Juan Carlos "N" sigue hospitalizado, inconsciente y no apto para declarar, ya que recibió un balazo en la cabeza cuando intentó enfrentar a los uniformados.
Por su parte, la víctima este jueves fue dada de alta del hospital y testificó contra el perito, bajo la denuncia FCH/CUH-7/UI1S/D/00053/01-2020.
En la Fiscalía confirmaron que Juan Carlos “N” es perito de la institución y que apenas fueron notificados de los hechos y el señalamiento en su contra se inició una indagatoria interna y un procedimiento para separarlo del cargo mientras el caso es revisado por un juez.
El perito tenía más de 10 años en la dependencia y su especialidad era la criminalística de campo, es decir, de la escena del crimen; además, decía ser apasionado de los asesinos seriales y casos complejos.