Las calles del Zócalo capitalino están listas para “dar el Grito”, las banderas tricolores se ondean por lo alto en la metrópoli, el “Cielito Lindo” suena en el organillo, la gente se viste de verde, blanco y rojo mientras trabaja para llevar un taco a casa y otros más adornan su negocio de acuerdo a la festividad, tal como lo hizo Jorge Olivares en la calle 5 de mayo.
Las canciones más representativas del mexicano se tocan en los organillos de la Ciudad (Fotografía: Nadia Rosales)
“Todos los años, lo que es el 15, el mexicano siempre espera las fiestas patrias, que el sombrerito, el adorno”, relató a La Silla Rota durante un recorrido.
No hay lugar de la Alameda Central, Bellas Artes, Madero o el Zócalo capitalino que se salve del “rodillo tricolor”; cada 10 pasos o por lo menos en cada esquina un nuevo puesto de adornos patrios extiende una variedad de productos para entrar en ambiente con la fecha.
900 puestos patrios se instalaron en el Zócalo y alrededores (Fotografía: Nadia Rosales)
Hay aretes, máscaras, pelucas, rebozos, trajes típicos, sombreros, bigotes, lentes, llaveros con la figura del presidente López Obrador y ahora también cubrebocas con la imagen de Frida Khalo o tejidos mixes, porque el mes patrio no se podía quedar atrás y se puso ad hoc con el coronavirus.
AMLO está listo para dar "El Grito" (Fotografía: Nadia Rosales)
Sin embargo, para quienes venden estos adornos los ingresos no van como se esperaban.
Los vendedores ambulantes instalaron sus puestos desde el 1 de septiembre y a pesar de que la fecha ya está aquí, su suerte en las ventas no ha sido la misma que la de los taqueros.
“Las ventas van bajas”, confiesa Miguel Ángel Contreras quien por 12 años consecutivos ha acudido a vender frente a los juzgados sobre avenida Juárez.
Miguel comprende que las ventas bajas se deben a que la gente ha pasado por un año difícil, “Muchos no quieren ni festejar”, señaló.
Siempre hay tiempo para bailar un buen danzón (Fotografía: Nadia Rosales)
En eso coincide Silvia, para quien quizá el panorama no es el mejor, pero ante todo se mantiene esperanzada a que las ventas por fin lleguen porque es tiempo de recibir alegría.
“Esperemos que llegue la gente; con tanta cosa que ha pasado, temblores, el covid… es tiempo de que estemos un poco alegres”, sonríe mientras continúa acomodando su puesto.
En una esquina, diferenciándose del resto de puestos hubo un grito que se adelantó al de esta noche:
“Lleve su cachito, llévelo, por un palco en el Estadio Azteca”, se gasta la garganta don Enrique Ortega.
El señor se dedica a vender billetes de lotería, pero hasta ahora los “cachitos” no han llamado a la gente a reunirse, ni por el mismísimo avión presidencial.
Si en una de esas la gente le pega al gordo podría llevarse alguna de las 8 casas, 7 departamentos, 5 terrenos, un rancho, un palco en el estadio Azteca y un premio en efectivo.
ESTA VEZ SÍ SE PUDIERON INSTALAR
Los puestos patrios iniciaron con el mes y se despedirán el 16 de septiembre, fecha del tradicional desfile que hace un año se realizó sin darle acceso al público, por lo que el 10% de vendedores que logró instalarse no pudo igualar la venta de años anteriores.
"Déjame me peino para la foto - No se quite la diadema, así se ve linda" (Fotografía: Nadia Rosales)
Por segundo año consecutivo la celebración de Independencia se llevará a cabo en medio de la emergencia sanitaria por covid-19, pero este 2021 los comerciantes ambulantes sí pudieron instalar sus puestos y con el regreso a clases presenciales esperan que los adornos vuelvan a ser solicitados.
Y si adelita se fuera con otro, la seguiría por tierra y por mar... (Fotografía: Nadia Rosales)
Muchos de ellos además de ofertar desde lo más clásico hasta lo más “trendy”, también han decidido caracterizarse y así atraer a más gente, pues como dicen “ya puesto se ve distinto”.
Hay cerca de 90 carritos que abren a las 8 de la mañana y terminan su jornada a las 8 de la noche sobre las calles de Isabel La Católica, Venustiano Carranza, Palma, 20 de noviembre, República del Salvador, Bolívar, Donceles y el Eje Central Lázaro Cárdenas.
Es tiempo de un poco de alegría (Fotografía: Nadia Rosales)
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