CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- Pese a que se levantó la contingencia ambiental en el Valle de México, tanto gobierno como ciudadanía no deben bajar la guardia en el tema de la contaminación, indicó Horacio Rioja Rodríguez, director de salud ambiental en el Instituto Nacional de Salud Pública.
Criticó que las medidas para disminuir los altos índices de partículas contaminantes no se realizan durante el resto del año.
“Tuvimos esta semana de contingencia que fue similar a la del año pasado, justo porque durante este año no se tomaron medidas suficientes para que no se repitiera. Si seguimos sin intervenir ciudades para que las concentraciones disminuyan seguramente el año que entra se va a volver a repetir”.
Destacó que aunque la temporada más importante de permanencia de ozono en la atmósfera es de marzo a junio también hay que cuidar la época de secas-frío, porque aumentan las concentraciones de partículas respirables,
“Solo en la época de lluvias, las concentraciones bajan bastante, pero tanto en la época seca caliente como en la seca fría hay concentraciones de contaminantes bastante altas”.
Rioja Rodríguez recordó que tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el INSP han hecho estimaciones de cuántas muertes son evitables al año. Se calcula que 21 mil fallecimientos pudieran estar relacionadas con la contaminación a nivel nacional. Para la Megalópolis hay una estimación de más de 9 mil muertes al año.
“Esto es con informaciones de las ciudades que tienen redes de monitoreo. Esta estimación se hace comparando las concentraciones anuales que hay con las recomendaciones internacionales. Estamos todo el tiempo reecalculando esta estimación”.
Efectos en la salud a largo plazo
De acuerdo con el investigador hay estudios que clasifican los efectos de la contaminación del aire como en agudos, de mediano plazo y crónicos.
Los efectos agudos se pueden manifestar en irritación de ojos y garganta, dolor de cabeza. “Estos se presentan cuando los contaminantes superan las normas”.
Ante una exposición crónica a los contaminantes se reduce la capacidad pulmonar, lo que induce a algunos padecimientos como la enfermedad pulmonar obstructiva. “Esto es cuando son muchos años de exposición”.
Señaló que hay estudios que asocian a los contaminantes atmosféricos con cáncer de pulmón.
A largo plazo, la contaminación mina la salud principalmente en niños y adultos mayores.
Hay un estudio que se ve como el crecimiento pulmonar de los niños expuestos a concentraciones de contaminantes es menor a los que no están expuestos, indicó Rioja Rodríguez.
En los adultos expuestos muchos años a la contaminación, desarrollan una enfermedad parecida a la que se produce por el tabaquismo, enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
“Ese es el tipo de ejemplos que se dan del efecto de la contaminación de los pulmones de exposiciones a largo plazo”.
La contaminación afecta a la salud por regiones
Rioja Rodríguez explicó que la contaminación es distinta en cada ciudad, por lo tanto los efectos a la salud varían.
“Las concentraciones de algunos contaminantes varían por zonas e la ciudad y por ciudades.
Ciudades como en Tula (Hidalgo) las concentraciones de bióxido de azufre son más altas. En algunas zonas de la ciudad donde hay tráfico muy pesado la concentración de partículas con azufre pueden estar más alta porque vienen del diesel”.
Detalló que los efectos de las partículas pueden también contener otros contaminantes como metales e hidrocarburos.
Las partículas que tienen concentraciones altas de hidrocarburos esas pueden provocar otros daños o incrementar el riesgo de cáncer de pulmón, eso depende de lo que tengan las partículas.
“Estas partículas pueden tener hidrocarburos aromáticos policíclicos que son un conjunto de contaminantes hidrocarburos. Pueden tener azufre o metales como plomo u otros que están pegados a la partícula. O pues tener altas concentraciones de carbono negro, que es otro contaminante que puede ir a los pulmones”.
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