El pasado 12 de junio, autoridades dieron a conocer que un joven se había quitado la vida saltando del edificio de la facultad de Filosofía y Letras, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), siendo este el tercer cuerpo localizado en menos de dos meses en inmediaciones de Ciudad Universitaria.
Hoy su madre Norma Rojas contó a Letra Roja que no fue un suicidio, que su hijo no estaba deprimido y que exige que las autoridades esclarezcan lo que realmente le ocurrió aquella noche.
Amaba la vida
Víctor Manuel Orihuela Rojas era un joven tranquilo, alegre, amaba la vida, tenía amigos en todos lados, nunca tuvo conflictos con nadie, no sufría de bullying, ni de depresión.
“Víctor no era un joven que se drogara, era muy tranquilo, era un niño de casa. Sólo una vez me llegó medio tomado y desde ahí nunca lo volvió hacer”, indica su madre.
Él era un estudiante brillante; cuando comenzó a estudiar la carrera de odontología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comenzó a bajar de calificaciones e incluso dejó la carrera en segundo grado para entrar a la facultad de Filosofía y Letras, en donde apenas realizó su examen y de hecho el próximo 15 de julio sabría si se quedaba o no.
Víctor Orihuela pretendía seguir preparándose, si no se quedaba en la Facultad de Filosofía continuaría estudiando la carrera de odontología en la misma casa de estudios.
“Desde pequeño a Víctor le gustaba la música, perteneció a varios grupos y era su pasatiempo cuando se encontraba de vacaciones”.
No se pudo haber suicidado
Aquel 12 de junio, Víctor Orihuela fue a recoger a su madre, quien sufre cáncer de mama en fase de curación, aproximadamente a las 15:30 horas, al hospital Ángeles Pedregal, en ese momento él se veía muy tranquilo y feliz.
Aproximadamente a las 18:00 horas, Víctor recibió una llamada de un amigo de Copilco, el cual su mamá dice no conocer y le pidió permiso para ir a la Universidad.
Su madre cuenta que lo persuadió de no ir, ya que era muy tarde, pero él insistió. Al ver que era muy tarde su madre comenzó a hacerle llamadas cada media hora, pero él ya no contestó y hasta la mañana del siguiente día le notificaron que su hijo estaba muerto.
Al llegar, las autoridades le indicaron que su hijo se había arrojado desde el edificio de la facultad de la facultad de Filosofía y Letras en la UNAM e indicaron que había sido un suicidio y que cuando intentó entrar a la facultad presentaba aliento alcohólico.
La mujer asegura que su hijo no pudo haberse suicidado, no puede ser posible ya que Víctor tenía compromisos al siguiente día con la banda en la que participaba y además se había quedado de ver con una chica con la que salía.
“Hay muchas dudas, sobre el caso de mi hijo lo que me da consuelo es que las autoridades observen los videos y que esclarezcan el caso”.
Sobre el examen toxicológico, su madre indica que aún no tienen resultados, que no saben si en ese momento su hijo había ingerido algún tipo de sustancia.
La necropsia de Víctor arrojó que sufrió de traumatismo craneoencefálico, traumatismo en tórax, fractura de tibia, peroné y que las uñas las tenías muy maltratadas como si se hubiera querido agarrar de algo.
Al preguntarle sobre cómo fue que reconocieron el cuerpo de Víctor, ella mencionó que su hijo siempre portaba su pasaporte y que, por eso de manera inmediata se reconoció su cuerpo y autoridades de la UNAM supieron en qué facultad estudiaba.
El día de ayer, 19 de junio, aproximadamente 200 estudiantes recordaron a Víctor Manuel Orihuela Rojas en el lugar donde falleció y pidieron a las autoridades se haga justicia y se esclarezca el caso lo más pronto posible.
Además piden mayor seguridad en inmediaciones de Ciudad Universitaria para poder transitar y estar tranquilos en su máxima casa de estudios.
fmma