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Naucalpan gastó más en basurero provisional que en pagar relleno

La erogación con el tiradero emergente comparada con el pago a Setasa representa una diferencia de poco más de 60 millones de pesos

Escrito en METRÓPOLI el

NAUCALPAN.- Luego de tres años de estar cerrado por adeudos del gobierno municipal, en un mes y medio podría estar operando nuevamente el relleno sanitario de Naucalpan, por el que la alcaldía deberá pagar 92 millones 732 mil 882 pesos. Esto se suma a la cantidad de 156 millones que tuvo que pagar a distintos sitios mientras solucionaba el conflicto. 

La actual administración que encabeza el panista Edgar Olvera, reconoció los adeudos existentes y la disposición de pago a la empresa Proactiva Medio Ambiente Setasa S.A de C.V -operadora del relleno sanitario- por la deuda de diversos meses de 2010, 2011, 2012, 2013, y 2014, cuando gobernaron el municipio los priistas Azucena Olivares, de 2009 a 2012; y David Sánchez Guevara, de 2013 a 2015.

La empresa cuenta con el título de concesión SHA/SNC/C/001/05 autorizado por el Congreso del Estado de México para prestar por 20 años el servicio público municipal de tratamiento y disposición final de residuos sólidos mediante la construcción, operación, equipamiento y mantenimiento de un relleno sanitario, lo cual establece la Gaceta de Gobierno del 12 diciembre de 2002.

El relleno está ubicado en la comunidad de Santiago Tepatlaxco y recibía en promedio 800 toneladas de basura diariamente.

Por los adeudos, la concesionaria cerró sus puertas en mayo de 2014, desde entonces los gobiernos en turno improvisaron basureros temporales, aunque la actual administración inició en enero de 2016 sin tener un sitio fijo de disposición final de desechos.

Por ello, el 30 de mayo del año pasado, habilitó un centro de transferencia en un predio de 2 hectáreas en el paraje El Zopilote en la comunidad de San Francisco Chimalpa, que ahora recibe entre 900 y mil 100 toneladas de basura al día, que de ahí son llevadas a un relleno sanitario en Tepotzotlán.

Esa operación le cuesta al municipio 13 millones de pesos mensuales, que a un año, se traduce en un gasto de 156 millones de pesos hasta ahora; gasto que el gobierno municipal no pudo evitar ya que aunque quería reconocer y pagar la deuda con la empresa, ésta no permitió negociaciones. 

La erogación con el tiradero emergente comparada con el pago a Setasa representa una diferencia de poco más de 60 millones de pesos, al respecto, la primera síndica Mariela Pérez de Tejada señaló que al inicio de la administración no fue posible conciliar con la empresa para evitar el gasto en El Zopilote.

“Setasa no estaba en esa disposición, estaba en una posición menos flexible que ahora, ahora ya estamos en posibilidad de pagar 92 millones de pesos y entrar en una negociación de parcialidades y quizás una quita que nos hagan del adeudo, es una probabilidad que ya está sobre la mesa pero no hay aún una cantidad determinada”, informó.

“La falta de pago durante los años 2010, 2011, 2012, 2013 y 2014 alteró notablemente el equilibrio financiero y la inversión del concesionario, ahora Naucalpan está asumiendo las responsabilidades financieras de los gobiernos de Azucena Olivares y de David Sánchez, al reconocer los adeudos de una concesión, eso ha generado un alto costo financiero y social, las administraciones deberían pensar en no dañar el erario no sólo público, sino también particular”, determinó la síndica Mariela Pérez de Tejada.

El adeudo está contenido en facturas englobadas en 3 juicios ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo.

Tras la aprobación del Cabildo de reiniciar las operaciones del relleno sanitario, esta semana la Alcaldía negociará con Setasa la modalidad de los pagos y la posibilidad de alguna condonación de la deuda, tras la firma de esos documentos, se procederá a adecuar el sitio para reabrirlo en 6 semanas, aproximadamente, explicó la síndica.

Al mismo tiempo se daría por terminado el contrato con el paraje El Zopilote, que hace varios años ya había sido tiradero y estaba adecuado para ello, por lo que no hay una afectación ambiental, aseguró.

Aunque al inaugurarse -en mayo de 2016- el Alcalde Edgar Olvera dijo que los desechos no pasarían de estar ahí un día, en una visita se observó que la basura tiene rezago de 3 semanas, aproximadamente. 

Sucio historial…

Aunque la ex Alcaldesa Azucena Olivares, recibió “La escoba de Oro”, por parte de la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y Medio Ambiente –organismo español- por la operación del relleno sanitario de Setasa, ella elevó la deuda de 12 millones que le dejó su antecesor José Luis Durán, a 60 millones, y la operación se detuvo varias veces en el trienio 2009-2012.

Incluso Setasa demandó a la ex Alcaldesa por 500 millones de pesos por daño moral.

El Alcalde que le sucedió, David Sánchez Guevara, no sólo dejó de pagar, sino que habilitó al menos 3 tiraderos irregulares que violaron todos, la normatividad ambiental.

La operación del relleno le costaba al Ayuntamiento un promedio de 3 millones de pesos mensuales, pero al subir el adeudo, que en abril de 2013 era ya de 72 millones, la empresa restringió la entrada de camiones recolectores de basura, lo que provocó filas de hasta 65 camiones formados por 8 horas afuera del tiro, para poder descargar su basura.

Ello afectó el servicio de limpia en las calles del municipio.

Meses después, la empresa pasó de llamarse Servicios de Tecnología Ambiental (Setasa) a Proactiva Medio Ambiente Setasa, la Alcaldía argumentó que se trataba de otra empresa ajena a la concesión, y que pagar a otro nombre sería observable fiscalmente para su gobierno, aunque el RFC de la empresa no se modificó.

Ese año la operación del relleno fue irregular, pero en mayo de 2014 cerró definitivamente sus puertas al tener un adeudo de 92 millones de pesos y no poder operar ni mantener el sitio, según la empresa.

Días antes del cierre, la Procuraduría de Protección ambiental mexiquense (Propaem) clausuró el sitio por incumplimientos, y aunque Proactiva solventó los requerimientos y la dependencia levantó la suspensión, el gobierno de Sánchez Guevara no pagó y la empresa mantuvo sus puertas cerradas.

El ex Alcalde ordenó entonces tiraderos en zonas urbanas, al pie de una carretera, e incluso en la misma propiedad de Proactiva, en la comunidad de Santiago Tepatlaxco, así concluyó en diciembre de 2015 el gobierno priista, dejando una sucia herencia al actual Alcalde Edgar Olvera.