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Mujeres protestan para exigir que violencia vicaria se tipifique como delito en Edomex

Este tipo de violencia se conocía como alienación parental y tiene el objetivo de no mantener una custodia de los hijos, sino lastimar a las madres

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Escrito en METRÓPOLI el

La violencia de género tiene diversas aristas, una de ellas es la violencia vicaria que antes se conocía como alienación parental, pero que tiene la finalidad de no de mantener una custodia de los y las hijas, sino lastimar a la madre, lo que incluso podría terminar en un feminicidio o en un infanticidio.

Así lo señaló el Frente Nacional de Mujeres contra la Violencia Vicaria, al señalar que este fenómeno ha existido siempre; sin embargo, apenas pudieron nombrar “al elefante en la cocina” que se perpetua debido a que se cuenta con la complicidad de una sociedad que cuestiona permanentemente a las mujeres, que las priva de autoridad y pone en duda su palabra. 

NADIE ME CREYÓ: LAIZA

Tras 15 años en un matrimonio donde fue violentada, Laiza decidió pedirle el divorcio a su pareja y padre de sus dos hijos, la respuesta fue que él no iba a parar hasta que se quedara sin nada. Así, desde hace dos años y siete meses no ha podido ver a Alán y Galilea. Por si fuera poco, una vez que le fue concedido el divorcio, fue violada por su ex esposo.

Laiza Mabel dio a conocer que ella interpuso una denuncia por violencia familiar y por violación, pero que no se les ha dado seguimiento porque el sujeto cuenta con “influencias” dentro de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.

El caso se dificulta porque el papá de sus pequeños interpuso a una demanda por abuso sexual en contra de la pequeña, lo que la madre asegura, no sucedió.

 

“Dice que estoy protegiendo al agresor de mi hija y que no quiero justicia para ella, la está poniendo como víctima de un delito que no se cometió, la está exponiendo a que le hagan exámenes ginecológicos en los que se determinó que no tiene evidencias del abuso, la está utilizando, la está exponiendo para echarla en contra mía. A mí no me han dado acceso a la carpeta porque me dijeron que no era víctima ni imputada”.

La amenaza se cumplió, confesó Laiza, envuelta en llanto: no iba a volver a abrazar a sus hijos y así ha sido, las instituciones de procuración de justicia así lo han permitido, apuntó.

“Primero me concedieron visitas en el Centro de Convivencia Familiar, pero se cerró por la pandemia, pasaron cinco meses sin que yo tuviera noticias de si quiera mis hijos estaban vivos, después me dieron convivencia de 15 minutos a la semana de manera virtual y nunca los conectaba, pocas veces supe de ellos. Las pocas veces que hable con mis hijos, ellos me han dicho que me aman, que me extrañan, ellos me aman y su papá les ha mentido y les ha dicho cosas que son mentiras, quiere anularme de su vida y no lo voy a permitir”.

ISAURA, EN RIESGO

Isaura regresó el 11 de mayo del 2017 de su casa tras disfrutar del festival del Día de las Madres con dos de sus hijos, a la más pequeña la había dejado en casa con su papá, apenas tenía un año y cuatro meses su hija cuando la pesadilla comenzó. Al entrar al que era su hogar, ya no estaban su hija ni su entonces esposo.

“Él ya se había adelantando con una demanda de guarda y custodia en el Juzgado IV de Metepec, después de esa situación me denunció por violencia familiar el 17 de mayo del 2017, lo inició (el proceso) familiar y penal. Los encontré en CDMX y ahí me reintegran la guarda y custodia de mi hija, la pude recuperar el 22 de junio de ese año, pero desde ahí han habido una serie de demandas tanto penales como familiares, la primera fue por lesiones, la carpeta se judicializó, llevé un juicio en libertad y me dieron la no vinculación”.

En ese caso, aunque se presentaron recursos de apelación e incluso amparos, todos se le negaron, pues no había indicios de que ella le hubiese roto la mandíbula, lo que no impidió que el padre de su hija siguiera con las demandas con la finalidad de “destruir” a Isaura.

“Sí se le fracturó, pero por una enfermedad llamada por osteomielitis aguda, que es una enfermedad causada por una bacteria. Después de eso me demandó el divorcio y después me denunció por robo a casa habitación y está en riego mi libertad. Me dijo que quería que me fuera de la casa cuando una jueza me dio la posesión y él se llevó sus cosas, tengo los videos”.

Por si fuera poco, la volvió a denunciar por violencia familiar y por la guarda y custodia; sin embargo, durante la convivencia del 22 de junio del 2019, se la llevó y la ocultó.

“La dejé de ver por dos años y siete meses, viene lo más fuerte todavía porque, obviamente, tengo una denuncia por robo, la de lesiones, la de violencia familiar y esta nueva de guarda y custodia. Todas las madres se van a identificar porque es un dolor muy fuerte buscar a tus hijos y que no te los dejen ver pese a que metemos pruebas de que las denuncias son malas y aún así a los jueces les tiembla la mano con estos violentadores”.

NOMBRAR EL FENÓMENO, UN AVANCE EN LA BATALLA

En abril, los diputados mexiquenses adicionaron el artículo 8 Ter a la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de México, con el que se reconoció la violencia vicaria en Edomex, pero los esfuerzos ahí paran.

Para visibilizar la violencia vicaria en el Estado de México, madres víctimas de este fenómeno se manifestaron en las oficinas centrales de la Fiscalía General de Justicia de la entidad, en Toluca, para pedir que no sólo sea reconocida, sino también tipificada como delito.

Casos como el de Isaura y el de Laiza, en los que los padres de sus hijos se valieron de denuncias penales por delitos como robo y abuso sexual para quitarles a sus hijos e impedir que los vean, son apenas la punta de iceberg que sufren en silencio al menos 300 mujeres en el Estado de México, señalaron las colectivas que respaldan a las víctimas, ya que los violentados, aseguran, se valen de procesos legales y engorrosos para dañarlas sin tomar en cuenta la salud emocional, física o psicológica de sus hijos.

(SAB)