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Mujeres atractivas y de bajos recursos, víctimas del exlíder del PRI CDMX

Querían trabajar y los únicos requisitos eran llevar un vestido corto y una identificación. Gutiérrez de la Torre las quería prostituir

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Escrito en METRÓPOLI el

La búsqueda de un empleo de medio tiempo para pagar sus estudios universitarios llevó a Susana a atestiguar una de las redes de trata de personas más escandalosa – y, aseguran algunos, la más grande - en la Ciudad de México, que fue orquestada por el ex presidente del PRI en la Ciudad de México, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, ahora prófugo de la justicia.

El testimonio de Susana es uno de los que están asentados en las averiguaciones previas FTP//TP-1/T2/50/14-05, FAE/A/T1/54/14-04, FAE/A/T2/75/14-05 que la entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México inició en 2014 por el delito de trata de personas, expedientes a los que tuvo acceso La Silla Rota.

A pesar de que durante la administración de Miguel Ángel Mancera al frente de la Jefatura de Gobierno hubo la decisión de dar por cerradas las averiguaciones y encubrir los delitos del político priista, tres denunciantes interpusieron diversos recursos para impugnar esa determinación.

En mayo de 2019, la todavía Procuraduría General de Justicia, cuya titular era Ernestina Godoy, dio a conocer que reabrirían la investigación; ello fue ratificado por la fiscal de la Ciudad de México en septiembre de 2020 al señalar que la averiguación realizada en los tiempos de Mancera contenía muchas irregularidades y omisiones. También aseguró que se investigaba la actuación de algunos funcionarios públicos que estuvieron involucrados en la investigación.

LA HISTORIA DE SUSANA

Respecto de las denuncias de trata de personas contra quien también es conocido como el hijo del rey de la basura, Susana – cuyo nombre se cambió por respeto y seguridad de las víctimas -refiere que fue en el año 2014 cuando encontró diversas ofertas de empleo en Internet que ofrecían salarios de entre 4 y 5 mil pesos mensuales, dinero que no era suficiente para pagar su colegiatura.

Un anuncio que vio en un periódico llamó su atención pues se trataba de un puesto como recepcionista de medio tiempo en “un área gubernamental” que ofrecía un salario de entre 8 y 12 mil pesos.

Llamó al número y una mujer le agendó una cita para que se presentara en las instalaciones centrales del PRI de la Ciudad de México, ubicadas en la colonia Tabacalera, alcaldía Cuauhtémoc. La telefonista que atendió su llamada le dijo que tenían varios puestos disponibles y que si conocía a más mujeres jóvenes que quisieran trabajar llegaran con ella en la fecha acordada.

Los únicos requisitos eran llevar un vestido corto y una identificación. Al principio a la estudiante le parecieron un poco extrañas las únicas dos condiciones, pero la mujer le explicó que era porque les harían una sesión de fotos, ya que entre sus tareas como recepcionistas también incluían ser edecanes para los eventos del presidente del PRI y que por eso era importante su imagen.

Como se trataba de una oferta laboral “en el gobierno", Susana dejó a un lado sus temores e incluso invitó a una amiga y a una de sus primas para que fueran a la entrevista.

Las averiguaciones en las que constan las declaraciones de tres denunciantes señalan que al llegar a su cita, las jóvenes le comentaron al vigilante de la entrada principal el motivo de su visita y sin registrarlas o anunciarlas, el guardia las dejó pasar y les dio indicaciones de que tenían que entrar hasta donde estaba un elevador que las llevaría al último piso del edificio y que ahí tenían que presentarse.

En ese piso había más mujeres, todas con vestidos cortos y tacones. Pero a pesar de haber mucha gente, el silencio y el olor a perfume predominaba en los pasillos de aquel lugar. 

"SÚBETE EL VESTIDO Y SONRÍE. AL PRESIDENTE LE GUSTA QUE SIEMPRE ESTÉN SONRIENDO; ESO ES IMPORTANTE"

"Hola ¿vienen a la entrevista? ¿sí? Vengan conmigo", les dijo a las tres mujeres una joven que se identificó como Priscila, asistente del presidente Cuauhtémoc Gutiérrez. Este político aún hoy tiene influencia en el PRI capitalino al grado de imponer como candidatos a diputados plurinominales a varios de sus colaboradores cercanos.

La declaración que rindió Susana refiere que sin darles detalles de la oferta laboral o alguna especificación, la asistente las llevó a un cuarto, donde les comenzó a tomar fotografías. "Súbete el vestido y sonríe, al presidente le gusta que siempre estén sonriendo, eso es importante", les repetía Priscila a Susana y a sus acompañantes.

Al término de la sesión de fotos, las interesadas en la oferta laboral pasaron a otra oficina en la que los atendió una tal Adriana, quien también se identificó como asistente de Cuauhtémoc.

“SI AL PRESIDENTE SE LE ANTOJA EL SEXO ANAL U ORAL, HAY QUE ATENDERLO”

"Bueno chicas, aquí lo más importante es que sean de mente abierta. ¿Son de mente abierta?", les preguntó la trabajadora a las tres, quienes le preguntaron a qué se refería.

"Sí, es que miren ustedes, van a estar todo el tiempo con el presidente y si a él se le antoja sexo anal o oral, pues hay que atenderlo", les dijo mirándolas a todas a la vez. En ese momento Susana se sintió intimidada y con miedo, al igual que su prima y su amiga. Todas se tomaron de la mano y comenzaron a temblar.

Al ver su reacción, Adriana les dijo que también podían ser solo recepcionistas, "pero bueno vengan otro día y traigan sus papeles y piénsenlo, el presidente es muy agradecido y les irá muy bien, dinero no les va a faltar", les dijo con una sonrisa la asistente antes de que las tres se retiraron de la oficina.

Por la necesidad económica y con la esperanza de que realmente le dieran un puesto en el que no tuviera que intimar con el presidente, Susana regresó a las instalaciones del PRI. Esta vez sí llevó documentos oficios y la ingresaron a otra oficina, que más bien parecía un camarote, pues había lockers, maquillaje y muchos espejos, así como una televisión.

Junto con ella había otras 10 jóvenes que también usaban vestido corto y tacones. A todas las formaron en el pasillo que daba a la oficina de Cuauhtémoc Gutiérrez. Pasaban de una por una y tardaban ahí alrededor de 30 minutos.

Cuando por fin llegó el turno de la estudiante de estar frente al presidente del PRI, ambos se sentaron en una sala que había en la oficina, su asistente salió y Cuauhtémoc empezó a hacerle preguntas personales.

"¿Tienes novio? ¿Vives sola?", son algunas de las cosas que le preguntó el político, quien después de pedirle que se levantara y que le modelara un poco, le hizo el cuestionamiento que era común oír en esas oficinas: "¿Eres de mente abierta?", a lo que la joven contestó: "solamente quiero ser recepcionista. Quiero pagar mis estudios señor".

EL POLÍTICO PRIISTA SE MOLESTÓ PORQUE SUSANA SOLO QUERÍA SER RECEPCIONISTA

La respuesta molestó a Cuauhtémoc, quien siempre tuvo una actitud prepotente y hostil hacia la aspirante. Sin decirle nada, el presidente se levantó y en ese momento entró Priscila, quien le dijo a Susana que le llamarían después.

Al abrir la puerta, la joven veía a los ojos a las más de 15 mujeres que aún esperaban entrar y "en todas se notaba miedo", pero el shock de lo que había vivido le impidió decirles a las demás que salieran de ahí, que solamente las querían utilizar sexualmente.

A pesar de las insinuaciones sobre tener sexo con Gutiérrez, ni él, ni sus asistentes le pidieron que no dijera nada al respecto, pero tenía miedo porque en las oficinas se quedaron con las copias de sus documentos oficiales, como la copia de su INE, acta de nacimiento y CURP, por lo que guardó silencio y solo se lo comentó a un familiar.

Poco tiempo después Susana escuchó en el noticiero de Aristegui Noticias que el político priísta era acusado de manejar una red de trata de personas al interior del PRI de la Ciudad de México, cuyas víctimas eran explotadas sexualmente por él y por sus cercanos.

Pero en ese momento las autoridades decían que solo contaban con una grabación que inculpaba al dirigente partidista, indicio que era insuficiente para procesar al político por dicha acusación.

Así fue que la estudiante, al sentir que tenía una deuda con todas las mujeres que fueron tratadas como lo fue ella, se presentó ante las autoridades a ofrecer su testimonio.

OTRAS DOS MUJERES QUE QUERÍAN EMPLEO TAMBIÉN DENUNCIARON

A ella se sumaron otras dos mujeres que también vivieron el supuesto proceso para la contratación de una recepcionista en el PRI. Pero poco les importó a las autoridades la valentía, los detalles y las pruebas que las víctimas presentaron ante el Ministerio Público, pues las indagatorias fueron enviadas al “no proceso” por el procurador Rodolfo Ríos Garza, quien ahora es investigado por esta anomalía.

Como se mencionó líneas arriba, mediante un amparo los abogados de las víctimas lograron reabrir la investigación en 2019 en contra de Cuauhtémoc. Esta vez las diligencias que no se hicieron hace siete años, sí se llevaron a cabo, lo que derivó en las órdenes de aprehensión en contra del "hijo del rey de la basura" y cuatro de sus colaboradores.  Además, la Unidad de Inteligencia Financiera bloqueó sus cuentas.

Entre los que hoy son prófugos de la justicia está Adriana, quien ya fue detenida.

La arrestada es señalada por las tres denunciantes como la que agendaba las entrevistas y el enlace con el ex presidente del PRI. "Llegué a las oficinas y me recibió la persona con la que había hablado por teléfono, Adriana", se lee en otra de las declaraciones de las víctimas.

Kimberly, a quien también se le cambió el nombre, relató que durante su "entrevista" Adriana la pasó a un camerino, donde le dijo que se cambiara. "Había un espejo, ropa, eran vestidos muy cortos y llamativos, eran de marcas de prestigio, como Prada y Dolce & Gabbana, había una tele, y un DVD", describió la denunciante.

"NO PUDE, NO PUDE TENER SEXO CON EL PRESIDENTE, ME DIO MIEDO”

Cuando la joven se puso uno de los vestidos, la asistente la llevó a otro cuarto donde estaban otras cuatro chicas. De otra puerta salió una mujer con el maquillaje corrido por haber llorado. "No pude, no pude tener sexo con el presidente, me dio miedo, y tuve miedo de reaccionar y hacer daño", les comentó a Kimberly y a las otras.

Por la declaración de la chica, la aspirante que buscaba un trabajo en una oficina gubernamental, como era la promesa que se hacían en el anuncio que vio en un periódico, se "congeló" y no sabía qué hacer.

LA HOY DIPUTADA CON LICENCIA, SANDRA VACA, QUERÍA TRANQUILIZARLAS

Para bajar la tensión, entró una mujer de nombre Sandra, quien se identificó como la coordinadora. "No te preocupes, ¿tú sólo vienes como imagen?", le preguntó a la joven, quien por pura reacción asentó con la cabeza.

La también priísta Sandra Vaca, ahora diputada local con licencia, quien también es buscada por la Fiscalía capitalina, la trató de calmar, le agarró las manos y le aseguró que podría ser edecán del político sin que necesariamente tuvieran relaciones, pues le afirmó que "había otras opciones".

"Mira, mientras el desayuna o tiene una junta, le gusta tenerlas paradas a su alrededor, y cuando termine tu solo le preguntas si se le ofrece algo, y si te dice que sí, pues le haces sexo oral y ya. En el baño hay pasta de dientes y cepillos", le argumentó para convencerla y le aseguró que por eso le pagarían 11 mil pesos cada que lo hiciera.

LES MANDABAN MENSAJES PARA QUE REGRESARAN

La mujer salió de ese lugar y a los dos días llamó a Adriana y le mintió diciéndole que ya había encontrado otro empleo, para zafarse de la asistente, quien le mandaba mensajes preguntándole si regresaría.

Unos meses más tarde, Kimberly vio en su celular una nota periodística en la que decía que acusaban a Cuauhtémoc Gutiérrez de trata de personas. Buscó a una abogada y presentó una de las denuncias que ahora pesan en contra del político, quien ya promovió un amparo para evitar su arresto.

Será el 29 de marzo que un Juez de Distrito determine si le concede la suspensión definitiva a la demanda de garantías que interpuso el "hijo del rey de la basura" o si le niega este beneficio; de ser el caso, el ex presidente del PRI podría ser aprehendido. Ya se emitió la ficha roja para su búsqueda.

Con base en las indagatorias, de manera extraoficial las autoridades estiman que durante el tiempo que Cuauhtémoc operó esta red delictiva, unas 500 mujeres estuvieron a su servicio sexual, y que incluso extendió su actividad ilícita a nivel nacional.



(Sharira Abundez)