Mireya, sus tres hijos y el padre de ella, fallecieron tras ingerir al menos 312 pastillas de Rivotril (Clonazepam), Carbamazepina de 200 miligramos, Anapsique de 25 y Co-Aprovel, según el expediente CI-FMC/MC-1/UI-1C/D/573/06-2017, citado por Reforma.
Cerca de la 1:10 horas del 6 de junio pasado, Mireya, su padre, Enrique, la esposa de éste, Rosa María y se los dieron a Emiliano, de 9 años, y sus hermanas, de 6 años, ingirieron dichos medicamentos, sólo l madre de Mireya sobrevivió, quien sigue hospitalizada como probable responsable de homicidio doloso.
“Me siento decepcionada de la vida. La vida no ha sido justa para nosotros. No pudiste ni podrás deshacer el vínculo que tengo con mis hijos, me cansé (…) Quédate con tu vida mediocre y de apariencias con la gente, tú y yo sabemos lo que eres”, lanzó Mireya en el mensaje póstumo que dejó.
En el expediente, citado por Reforma, se especifica que tomaron 100 pastillas de Rivotril, una droga que es un relajante y que en exceso puede detener el corazón.
También 40 pastillas de Carbomazepina, 112 de Co-Aprovel y 60 de Anapsique, estos tres medicamentos se utilizan para tratar la depresión.
El pasado 6 de junio, los cinco cuerpos fueron localizados en un domicilio de la colonia San Jerónimo, en la delegación Magdalena Contreras.
La Procuraduría capitalina maneja como línea de investigación un pacto suicida derivado de que Mireya perdió la custodia de sus hijos ante su ex esposo, Leopoldo.
Ella vivía con un estrés emocional y denunció a su expareja por presunto abuso sexual en contra de los niños, lo cual no se comprobó.
lrc