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Mercado de La Ciudadela: triste, desolado y con escasa clientela

A tres semanas de la reapertura, con ventas y horarios alternados, pocos visitantes se asoman y hay más dependientes que compradores

Escrito en METRÓPOLI el

Yolanda Toledo Garduño atiende uno de los puestos del mercado de Artesanías de la Ciudadela. Reabrieron apenas en julio, luego de tres meses del cierre obligatorio, debido a la emergencia sanitaria causada por la pandemia de covid-19.

A tres semanas de la reapertura, con ventas alternadas, lunes, miércoles y viernes los pares, martes, jueves y sábado los impares y un horario de 11 a 17 horas, algunos visitantes se asoman, pero hay más dependientes que potenciales compradores.

Para sobrevivir Toledo Garduño y su esposo Genaro Iturbide venden, además de manteles y bolsas, cubrebocas bordados, con diseños basados en figuras indígenas.

“A veces, con la venta de cubrebocas nos persignamos”, dice la vendedora.

LOS CLIENTES LOS PIDIERON

“La gente trae poco dinero y se compra lo más barato y es lo que está de moda”, agrega mientras muestra algunos con fondo blanco o negro, de los cuales estos últimos, en los que resaltan más las figuras de aves o venados, son los más vendidos.

Su esposo, Genaro Iturbide menciona que comenzaron a venderlos desde hace tres meses, ya en plena pandemia, porque los propios clientes se los pedían.

“Fue a petición de la gente como empezamos a elaborarlos”.

Una buena parte de los compradores eran extranjeros, pero con las restricciones de vuelo y hacia el turismo, ahora son pocos los que llegan, lamenta Iturbide, mientras muestra orgulloso manteles, bolsas y cubrebocas de floridos colores.

La Silla Rota realizó un recorrido dentro del mercado, que desde la calle de Balderas pide el uso de cubrebocas obligatorio. En la entrada hay dos tapetes, uno con cloro para limpiar los zapatos, y otro para secarlos. Un hombre toma la temperatura con un termómetro de luz infrarroja.

Al entrar los pasillos lucen vacíos. Es mediodía. Al avanzar la tarde comienzan a llegar algunas personas más. Pero son pocos los que lo hacen y se ve tan diferente a la parte externa, con personas que recorren la calle de Balderas, y trabajadores en obras hidráulicas, lo que también complica la llegada de más personas.

NI LOS MAESTROS CAUSARON TANTOS ESTRAGOS

En la historia del mercado, nunca se había visto una crisis similar, afirma Amparo Labra Avilés, vendedora de plata de Taxco, Guerrero, de donde ella es originaria. En su memoria está la crisis causada por el plantón de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) durante 2013, en contra de la reforma educativa, que duró meses.

“Nos afectó bastante, pero nos está afectando más esto”, dice sentada en su local, donde se ven algunas de las piezas de plata que vende, realizadas cuidadosamente.

“Estamos trabajando solos. No hay movimiento, nos da tristeza que no podamos ayudar a otras personas y tuvimos que ocupar lo poco que teníamos ahorrado e ir al día. No nos comprometimos con préstamos porque está difícil la situación y no queremos quedar mal”.

A la fecha no han recibido algún apoyo gubernamental, aunque está enterada que habrá un curso de capacitación de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) del gobierno capitalino, para que los artesanos adquieran conocimientos de cómo hacer ventas en línea, modalidad que se ha impuesto en plena época covid, y que evita que los consumidores salgan.

“Estamos pensando esta situación de ver las ventas por línea”, dice la vendedora, como sintiéndose desamparada.

NOS TIENE PREOCUPADOS

Luis García se dedica a la realización de figuras con la técnica de vidrio estirado o arte y estructura, y enérgico, aclara que no es vidrio soplado, como algunos confunden. Entrevistado mientras se dedica a realizar una pieza, con un soplete en la mano, describe la situación económica como muy difícil.

“Nos tiene preocupados el qué pasará. No se puede adivinar, no nada más yo, nadie”, expresa, fatalista.

Al preguntarle sobre cómo ve al mercado en estas semanas de reapertura, lo describe como  triste, desolado, desesperante y con escasa clientela.

“Uno que otro, nunca se sabe cuánto se va a vender, estamos para eso, pero la situación es muy difícil”, reitera.

-¿En qué porcentaje se ha dejado de vender?

-Todo, y se vende para subsistir.

DESPIDE A SOBRINOS

Jorge Iturbide es otro de los vendedores, es hermano de Genaro, pero sus puestos son independientes y en su caso vende sarapes, cobijas, tapetes y sombreros de Oaxaca, Tlaxcala y Querétaro. La pandemia le ha pegado muy duro, dice, sin que el cubrebocas esconda su desesperación.

“No hay gente. Hay que seguir trabajando, a veces se vende una vez o no se vende, pero debemos seguir e invitar a la gente a que venga a consumir artesanías mexicanas”.

En los tres meses de cierre debió obtener recursos “de aquí y de allá”, recurrir a préstamos y negociar con proveedores para pedirles prórrogas de pago. También debió despedir a dos sobrinos suyos para reducir gastos.

Sobre los apoyos del gobierno, sí ha recibido informes pero en su caso no cubre los requisitos, ya que debía estar inscrito de tiempo atrás en un censo y no le dan facilidades para recibir el apoyo.

EL MERCADO ESTÁ SOLO

José Luis Enríquez fabrica y repara guitarras, de todos tamaños y estilos. En la entrada de su local aparece un violonchello que espera recuperar su forma y brillo.

Con cubrebocas y mientras talla el mástil de una guitarra, atiende a La Silla Rota

“Ha sido muy apretado para todos los artesanos. Bien apretado. Se ha cerrado y ¿de dónde sacamos alguna cosa?  Aquí es el sostén de la familia”.

En su caso no dejó de trabajar, encerrado en su casa.

Con la reapertura, construye unas guitarras y planea reparar una mandolina y una guitarrita. Sobre cuánto han bajado las solicitudes para que arregle los instrumentos musicales, contesta  mientras se frota sus ojos con sus manos, que mucho porque la gente no quiere salir.

“Si se da cuenta cómo está el mercado, está solo”.

Extraña los tiempos en que vendía 4 guitarras por semana. “Desde que abrimos ha estado muy bajo”.  

Como sus compañeros vendedores, afirma que no han recibido ningún apoyo, y sí les hace falta a todos.

CURSOS

La Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México anunció que junto con la Cámara Nacional de Cámaras Industriales y de la Transformación y la organización México Puede llevará a cabo el próximo 4 de agosto el curso Artesanías: innovando en el nuevo contexto de negocios, para que las empresas que produzcan artesanías y busquen mejorar sus condiciones de negocios, incursionen en mercados digitales.

La Silla Rota solicitó a la Sedeco información sobre apoyos a artesanos, y el área de comunicación social respondió que en 2019 y 2020 se apoyó a 505 de ellos con un monto de 4.9 millones de pesos.

Ya en la etapa de covid-19 se apoyó a 522 personas, por un monto de 5.2 millones de pesos. Sobre si se apoyó a los alrededor de 500 que tieen un puesto en el mercado de la Ciudadela, la dependencia respondió que los datos se tienen por el giro de negocios y que “por la cantidad que se ha entregado, es muy posible que también ellos hayan sido beneficiados”.

La Concejal de la alcaldía de Cuauhtémoc, Ana Villagrán fue consultada por La Silla Rota sobre si la administración ha dado apoyos, y señaló que le corresponde hacerlo al gobierno capitalino.

(Sharira Abundez)