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"Me indicaron no caer en provocaciones", así vivió la oficial Vilchis el 8M

En entrevista con La Silla Rota la mujer policía narró las horas de angustia que sufrió junto a sus compañeras durante su labor de resguardo a Palacio Nacional

Escrito en METRÓPOLI el

Con sus botas derretidas, lastimada de una mano y con sentimientos encontrados fue la forma en la que llegó a su hogar la policía Lizeth Vilchis, tras pasar varias horas conteniendo al grupo de manifestantes que buscaban irrumpir en el Palacio Nacional durante la marcha del "8M" Día Internacional de la Mujer.

"Qué bueno que estás bien, mami, estoy muy orgullosa de ti", le expresó su hija al ver entrar a la elemento de la Secretaria de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, quien se derribó emocionalmente al ser abrazada por la joven que crió.

Al ver que su mamá estaba mal herida, su hija la ayudó a sentarse en la sala, donde le quitó las botas que fueron quemadas por las manifestantes, quienes en reiteradas ocasiones provocaron incendios a los pies de las oficiales que se protegían con escudos y extintores.

"Sé que lo haces por mí, mamita, pero por favor cuídate mucho. Piensa que siempre queremos que esté aquí con nosotros, porque todavía me haces falta", le dijo su hija a la policía.

Vilchis, quien a lo largo de su trayectoria ha formado parte de los operativos que han sido desplegados en más de 20 manifestaciones, aseguró que esta última movilización realizada el lunes pasado, fue "más violenta" y que incluso temió por su propia vida.

En entrevista con La Silla Rota la mujer policía narró las horas de angustia que sufrió junto a sus compañeras durante su labor de resguardo a Palacio Nacional.

Aquel día poco después de la una de la tarde Vilchis y sus compañeras se formaron detrás del muro metálico que instalaron las autoridades capitalinas enfrente del Palacio Nacional. Ahí, la indicación que recibieron por parte de sus mandos fue no caer en provocaciones.

Cerca de las 17:00 horas las mujeres policías comenzaron a escuchar que el contingente que encabezaba la marcha estaba entrando al Zócalo capitalino, fue cuando desde el otro lado de las vallas les empezaron a arrojar objetos.

"Lo primero que comenzaron a lanzar fueron botellas, veladoras cohetes, y nosotros seguimos manteniendo la cordura, eso fue lo que se nos ordenó, (..) empezaron a golpear los muros grandes, no sé en qué momento pudieron romper una malla que tiene el muro de contención que eso les permitió a los manifestantes desde ahí empezaron a lanzar humo, cohetes", recalcó.

Al observar que se había formado un huevo en el muro, las agentes utilizaron sus escudos que portaban para formar una "muralla humana", para evitar que las manifestantes irrumpieran en el inmueble. 

En esa formación las uniformadas tuvieron que aguantar por varias horas, pero las agresiones por parte de las protestantes hicieron que el ánimo en las agentes se doblegara. Fue por eso que Vilchis tomó gala de liderazgo y alentó a sus compañeras.

"Me decían ''Jefa ya no aguanto''. Yo taria dos escudos, y le decía aguanta, resistan. Nos caía cloro, jabón pintura si traíamos casos y escudos pero obviamente nos rebasaban en número nos aventaban todo lo que traían a una compañera le cayó cloro en los ojos a mi un botella", señaló.

Pero la adrenalina y la valentía de la uniformada prevalecieron en esos momentos difíciles pues incluso ni siquiera se había percatado de que estaba herida.

"No me había percatado que mi mano estaba llena de sangre, sino que una compañera me dijo", narró la agente, quien al ver que las agresiones cada vez eran más violentas, pensó " Dios mío déjame llegar bien a mi casa y déjame ver a mis hijos".

Pero el deseo de llegar a su hogar para abrazar a su familia, hicieron que Vilchis recuperara fuerzas y aun con la mano herida, comenzó a dirigir a su compañeras y a alentarlas esto mientras sofocaban los incendios que las manifestantes provocaron a sus pies.

"Vamos a estar bien, vamos a controlarnos, vamos a mantener la calma, vamos a resistir muchachas tenemos que llegar bien a casa, porque nuestras familias nos esperan en casa", les gritó la oficial.

Pero a pesar de las agresiones el "muro humano" nunca sucumbió siempre se mantuvo en pie, y esto mismo hizo que las manifestantes se dispersaran al pasar un par de horas desde su arribo a la plancha del Zócalo .

Cuando las agresiones cesaron, Vilchis recibió atención médica, y lo primero que hizo fue mandarle un mensaje de texto a su hija, quien le dijo que " bueno que estás bien, te espero en casa".

La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México informó que 62 policías resultaron lesionadas y de las cuales nueve fueron trasladadas a un hospital.

fmma