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Mantos acuíferos de la CDMX, sobreexplotados y contaminados

Una eventual falta de agua orillaría a que la CDMX busque opciones cada vez más lejanas para traer agua y cubrir sus necesidades

Escrito en METRÓPOLI el

Los mantos acuíferos de la ciudad de México, que aportan alrededor de 40 por ciento del agua que consumen los capitalinos, están sobreexplotados y antes de que vuelvan a ser recargados, vuelve a extraérseles agua, lo que ha llevado a que la extracción sea cada vez sea más profunda, y por ende el agua sale menos pura, con presencia de metales, lo que hace que su uso requiera de mayor tratamiento y sea más caro.

Además, su sobreexplotación causa que paulatina pero inexorablemente la ciudad presente hundimientos, ya que la tierra se seca como un polvorón y comienza a hundirse.

“Sobreexplotamos mantos acuíferos que causan hundimientos”, dijo a La Silla Rota el investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

“Se extrae alrededor del 209 por ciento, consumes más de lo que recargas, por eso como que se está hundiendo la zona metropolitana porque se están quedando sin agua”, expresó a La Silla Rota el investigador e integrante de la red Agua para Todos, Wilfrido Gómez Wilo.

La eventual falta de agua, también orillaría a que la ciudad busque opciones cada vez más lejanas para traer agua y cubrir sus necesidades.

En contraste, se desperdicia el 40 por ciento del agua potable en fugas, la ciudad de México tiene tarifas bajas, una gran parte de la población tiene el servicio a cuentagotas y se trata de quienes viven en zonas marginadas o populosas, expresó Perló Cohen, doctor en Planeación Urbano-Regional por la Universidad de Berkeley.

Aunque preservar los mantos acuíferos no se trata del único reto para garantizar el derecho al  agua, sí se trata de uno de los más complejos de resolver, coincidieron ambos expertos.

El caudal promedio que recibe la ciudad es de 31.5 metros cúbicos por segundo, de los cuales 13.2 son aportados por los pozos dentro de la ciudad, mientras que del sistema Cutzamala llegan 10.3 metros cúbicos, del Sistema Lerma son 4.2 metros cúbicos, del Sistema Barrientos 2.3 metros cúbicos, del Río Magdalena y de los manantiales 1.0 y del sistema Chiconautla 31.5 metros.

SOBREEXPLOTAMOS MANTOS ACUÍFEROS

El 13 de noviembre fue presentado el libro El estudio del agua, nuevas perspectivas teórico- metodológicas, coordinado por Manuel Perló Cohen e Itzkuauhtli Zamora Sáenz, publicado por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

Perló Cohen fue entrevistado por La Silla Rota y explicó que el libro, de 10 ensayos no es sobre hidrología o ingeniería, sino que abarca un conjunto de enfoques de las ciencias sociales sobre la problemática del abasto del agua.

“Sobre la desigualdad, contaminación, explotación de acuíferos, disposición de recursos hídricos, impacto de cambio climático, disponibilidad”, explicó el especialista en políticas urbanas y administración.

Precisamente el tema de la disponibilidad del agua es vital para la toma de decisiones.

“Hay un capítulo dedicado a analizar a los organismos operadores, no sólo hay deficiencias en la generación de información por parte de los organismos operadores, sino que además no se comparte, los funcionarios la retienen como si fuera un secreto de Estado incluso con funcionarios municipales”.

Agregó que en México se ha optado por hacer grandes obras espectaculares pero se deja de lado la atención de fugas y en la ciudad de México 40 por ciento así se pierde.

“Entonces para qué hacer obras, no tenemos que hacer estas grandes obras sino que funcione de manera más eficiente, que haya menos pérdida, más eficiencia en los sistemas de distribución o el tratamiento de aguas residuales, en la ciudad solo tratamos el 10 a 15 por ciento de aguas residuales, ese es un número pequeño. Podríamos aumentarlo con más plantas de tratamiento, instalar plantas, no necesariamente megas como la de Atotonilco, enormes pero que aún no funciona e instalar más en la zona metropolitana de la ciudad de México”, propuso.

Otro tema es que se sobrexplotan mantos acuíferos, lo que podría evitarse.

Describió el sistema complejo de desalojo de aguas negras y pluviales que mide 168 kilómetros de drenaje profundo y el túnel emisor oriente que mide 62 kilómetros con miles de kilómetros con redes de abastecimiento de agua, el cual está compuesto por un sistemas de bombeo, desde Cutzamala, en el estado de México, donde se bombea a mil 400 metros, baja a mil 300 metros para llevarla por gravedad a la ciudad de México y además hay mil 700 pozos que aportan dos terceras partes del agua, 40 mil litros por segundo que se bombean, desde 100, 200 metros e incluso a 400 metros.

“Esta sobreexplotación ha generado un abatimiento de los mantos freáticos y eso ha obligado a extraerla a profundidades mayores”, lamentó.

Gómez Wilo, de la red Agua para Todos, dijo que los mantos acuíferos son los más sobreexplotados. Basado en registros hechos desde 2014, afirmó que aunque no haya disponibilidad de agua por recarga, sigue dándose la explotación y por eso se busca más abajo.

Incluso, recordó que la ciudad de México está asentada en una zona lacustre, entonces al haber sobreexplotación el suelo queda arcilloso, entonces sí puede ocasionar movimientos de tierra, como los llamados microsismos que han ocurrido en Tlalpan y Álvaro Obregón.

“Sí tiene que ver con los temblores, cuando quitas el agua quitas una capa de superficie de la tierra y es como que queda vacío y el terreno va a buscar ocuparlo”.

Por eso es que la ciudad se hunde 3 centímetros por año y eso tiene que ver con la sobreexplotación, ya que se extrae más de lo que se recupera.

Pero además el agua extraída a mayor profundidad contiene metales pesados disueltos, como ocurre en la zona de La Laguna, en Torreón, donde la población ya padece enfermedades por ello, afirmó.

-¿Qué tan grave es?      

-La sobreexplotación si sigue a ese ritmo, estructuras como la catedral en el centro donde era zona lacustre, tendrá daños, será a la infraestructura. Lo siguiente es que empiece a subir la tarifa porque vas a necesitar traer el agua o contar con mayor tecnología y eso implica un mayor costo económico.

Zonas como Iztapalapa p Netzahualcóyotl sufrirán más.

Reconoció que el gobierno de la ciudad al frente de Claudia Sheinbaum ha impulsado una mayor captación del agua donde no llega como algunas zonas altas de Tlalpan. Sin embargo el mayor problema es que aún se siguen autorizando obras de construcción al por mayor.

“Cualquiera puede construir, no hay una política de control sobre el desarrollo inmobiliario y de las industrias cualquiera puede construir grandes tiendas como Walmart que consumen mucha agua, hay proliferación y eso muestra falta de control”.

Aunque una de las soluciones que se vislumbra en el futuro es traer el agua de más lejos, eso encarecería el servicio y eso afectaría más a los pobres, ya que a los ricos no padecen de escasez.

CONCLUSIÓN

Perlo Cohen observó que el sistema de distribución del agua presenta diversas fallas.

“Tenemos un sistema no sustentable, no hidráulico, por el lado del uso racional, de recuperación por el cobro de derechos de agua muy bajo en relación a lo que cuesta operar el sistema, es insostenible social y políticamente, cada vez vemos más protestas y movilizaciones por problemas ligados al gua, es un sistema sin sustentabilidad, cada vez con mayores dificultades que se va a agotar los recursos disponibles y no vamos a garantizar mejores servicios o incluso hay mayores carencias hoy en día.

“Estamos enfrentando una situación muy seria y preocupante, empezamos a ver acciones que quieren corregir problemas, se habla de captar el agua de lluvia aunque por sí sola no va a resolver el problema pero ayuda a quien no tiene conexión a la red. Otro programa importante que ha anunciado el gobierno es el de la reparación de fugas, habrá que ver cuáles son sus resultados. Hay un programa de recuperación de cuerpos hídricos, como son el Canal Nacional, el Río Magdalena, que ya tenían algunos programas, el San Buenaventura, vasos reguladores que se empiezan a intervenir, que requieren programas de mediano plazo para tener efectividad”.

Comentó que una de las conclusiones del libro es que no es fácil cambiar los sistemas hídricos y no es un problema propio de México sino que es un problema mundial.

Son problemas que se presentan a nivel colonia pero en toda la ciudad con un sistema que funciona de manera “muy deficiente” y que en una situación de emergencia la capacidad para hacer un cambio de fondo se complica ya que no puede dejar de operar el sistema.

“No es posible reparar fugas y dejar de traer agua del Cutzamala”, dijo Perló Cohen, investigador de tiempo completo.

“No podemos parar un sistema que funciona como un avión en vuelo. Un sistema hidráulico es como un avión en movimiento. No es fácil detenerse para hacer cambios, hay resistencia de los sindicatos, de funcionarios que no están acostumbrados a cambiar las formas de operación y súmale a esto que a los usuarios del agua no nos gusta que nos aumenten las tarifas”.

En ese sentido los usuarios de servicios de agua están mal acostumbrados a recibir un subsidio que es muy elevado, lo que también influye para un sistema reacio y poco disponible para hacer los cambios que requieren estos sistemas.

“Para llevarlos a cabo se requieren acciones fuertes y profundas. Si vas a reducir pérdidas o fugas de 40 a 20 por ciento necesitas realizar acciones contundentes por varios años y siempre va a haber gente que pidan traer el agua del mar o de cuencas vecinas, a los usuarios no les importa ver de dónde traen el agua”.

La captación de agua de lluvia no resuelve el problema en el corto ni mediano plazo y cuando falla el acueducto miles de personas se quedan sin agua o se inundan, precisó.

Pero el libro contiene propuestas para posibles mejoras en sistemas hídricos urbanos. Por ejemplo puede mejorarse la eficiencia y efectividad para usos agrícolas o rehabilitarse espacios para captar agua filtrada, como los parques.

Otra opción son las plantas de tratamiento, las cuales no deben ser enormes, pueden ser de tamaño pequeño, desde un litro hasta mil litros, lo que da la posibilidad de intervenir en muchos lugares.

“Lo que hace este enfoque es tomar a la ciudad como una gran máquina de agua que puede captar, procesar, infiltrar al acuífero, desde un camellón, un parque, un vaso regulador, una avenida, camellones infiltrantes que pueden ayudar a aminorar inundaciones”.

Incluso limpiar a los ríos debería ser una opción. Recordó que hace 40 años los ríos de Europa eran los más contaminados del mundo.

“Esto ha cambiado y se meten a nadar en los ríos. Hay que aprender de experiencias internacionales.

“Sí podemos tener una mejor situación del agua que no es muy buena, los indicadores nos muestran que no vamos por buen camino”.

Pero sí hay experiencias nacionales de éxito en el tratamiento del agua y se trata de Monterrey, que lo hace al 100 por ciento. “Ni siquiera en ciudades europeas, nosotros (la CDMX) estamos al 10 o 15 por ciento”.

Por su parte Gómez Wilo descartó que parte de la solución pase por el aumento de tarifas, ya que la Constitución de la ciudad de México considera el abasto del agua como un derecho.

“Todo mundo debe tenerla. Lo que se debe hacer es empezar a regular estas grandes construcciones para sopesar la sobreexplotación y el recurso debe llegar a todos los seres humanos, claro que si hay grandes desarrollos.

Finalmente, la contaminación del agua en lo profundo puede ser más grave, ya que aún hay pocos estudios de lo que contiene, aunque hay evidencias de que pueda haber micropartículas de jabones y cremas.

“La problemática que lanzamos y que se va a la coladera, pero también en el agua y aire de productos de grandes trasnacionales, ahí hay una disyuntiva porque no se tiene control. Los jabones sí llegan a los pozos sin un sistema de escurrimiento”.



djh