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Madre de Renata señala a su expareja como sospechoso del feminicidio de su hija

A cinco meses del feminicidio de Renata de 13 años de edad, su madre asegura que la Fiscalía de Edomex no ha avanzado en las investigaciones

Escrito en METRÓPOLI el

IXTAPALUCA. - A cinco meses del feminicidio de Renata Reyes, de 13 años, cometido en este municipio, no hay avances en las investigaciones, la familia no cuenta con un abogado de oficio y el principal sospechoso ni si quiera ha sido citado a declarar por el caso.

De acuerdo con la madre de la víctima, Karen Reyes, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México no le ha brindado apoyo legal desde la muerte de su hija ocurrido el 29 de noviembre de 2020 al interior de su vivienda localizada en la colonia Chocolines.

“Desafortunadamente sé que por derecho tengo acceso a un asesor jurídico, pero no lo tengo, no tengo ningún licenciado, no tengo ningún asesor jurídico de estas instancias que se supone que por derecho debo de tener”.

“La Fiscalía (del Estado de México) solamente me dice que están trabajando, que están trabajando, pero lo único que pido es que ya se mande a citar a esta persona principal actor de los hechos para descartarlo porque él para mi es una piedrita en el zapato”, comentó.

NUNCA LLEGÓ CON SUS ABUELOS

La noche de ese domingo, la madre de Renata regresaba a su casa para cuidar de su hija tras una jornada de trabajo. Su empresa le había pedido apoyo para llegar a las metas de fin de mes por lo que debía presentarse a trabajar todo el día.

Antes de salir notó que Renata dormía profundamente porque había estado platicando por celular con sus amigos sobre una fiesta a la que habían asistido un día antes. Salió sin hacer ruido, cerró la puerta y nunca más la volvió a ver con vida.

De acuerdo con Karen, su hija tenía que pasar todo el domingo en compañía de sus abuelos que vivían solo a una calle de su casa a donde debía de acudir tras despertar y bañarse.

“Yo salí a trabajar y la deje dormida. Desafortunadamente en ese momento no contaba con celular entonces mi familia no tenía como contactarme, ya hasta en la noche cuando llegue mi familia me dicen que no la encuentran y que en todo el día no la habían visto”, recuerda.

“Empezamos a marcarle a su celular, pero nos mandaba a buzón y tenía a una trabajadora que me ayudaba en un local de guaraches, que atendía junto con mi hija, y también la trate de contactar a ella porque tenía el duplicado de las llaves y no, nos mandaba igual a buzón”.

“Ya fue hasta ese momento cuando me aferre a entrar a mi casa y efectivamente estaban todas las luces apagadas, estaba el vidrio roto, había como que mucho tiradero de ropa y ella estaba tapada con las cobijas”.

HABÍA DENUNCIA PREVIA AL FEMINICIDIO

Al ser madre soltera, Karen tenía que combinar el tiempo para trabajar y cuidar a su pequeña de 13 años. Todo iba mejorando para ambas. Tras abrir un puesto de quesadillas y huaraches que atendía junto a su hija, encontró un empleo alterno que le permitiría mejorar sus finanzas.

Además, su relación que mantenía con un joven de la colonia marchaba bien. Cumplirían cinco años juntos y su hija Renata lo aceptaba y convivían juntos, hasta que descubrieron algo extraño en el baño de la recamara.

“Desafortunadamente cinco meses antes (del feminicidio de mi hija) me separe de mi pareja porque puso su celular en el baño para grabarla cuando él sabía que ella se iba a meter a bañar”

“Ese día fuimos a levantar una denuncia ante el AMPEVFSYG (Agencia Especializada en Violencia Familiar, Sexual y de Género), le tomaron su declaración a mi hija y como evidencia llevamos el video donde sale la cara de él”, indicó Karen.

El incidente rompió la relación y ante el temor de ser atacadas, ambas decidieron mudarse a otra vivienda y solicitaron una medida de protección a las autoridades que nunca les fue otorgada.

“Su familia no me dejó sacar mis cosas, pertenencias que las obtuve con mi propio trabajo, no fueron cosas que conseguí junto con él”

“Nos mudamos precisamente donde yo tenía mi local, la señora renta cuartos y muy amable al ver mi situación me brindo uno de sus departamentos y me cambio desafortunadamente a una cuadra, como quien dice: nada más nos dividía una cuadra”, recordó.

Tras la denuncia que presentó Karen, la familia del presunto responsable decidió mudarse, pese a ello, por varios meses recibió llamadas de su expareja que la intimidaron para que lo perdonara, situación que nunca se concretó.  

LA ENCONTRÓ CON CINTA EN LA CABEZA

“Yo la encontré con las cobijas tapada, con la cara encintada con esta cinta industrial gris. Mi hija estaba completamente acostada con sus manitas a un costado, con su pijama con signos de violencia”, recuerda Karen, quien denunció que tras este antecede, su expareja se convirtió en el principal sospechoso, y pese a ello, no se ha presentado a declarar por la muerte de Renata.

“Después de lo que pasó fui para que me dijeran por qué nunca lo mandaron a citar a esta persona, pero bien curioso (dicen) que, porque no se culminó el acto, y como afortunadamente mi hija logró encontrar el celular, y entonces dices ‘cómo, entonces a fuerza tiene que ser violentadas las personas para que te hagan caso porque si hay algo previo no lo mandaron a citar".

“Ahora que pido una explicación me dicen que como ya no hay víctima, como mi hija ya está muerta, ya no se puede dar seguimiento a la carpeta”.

“Yo lo único que pido que es que las autoridades me comprueben que directamente el no tiene nada que ver, que las mismas autoridades lo manden a citar para descartarlo de mi investigación y no sea como una piedrita en el zapato”.

TEMEN QUE QUEDE IMPUNE

La falta de un abogado y seis meses sin una línea de investigación han despertado el temor en que el feminicidio de Renata quede impune. Karen reconoció que desde un inicio las autoridades pidieron no difundir el caso bajo el argumento de no entorpecer las investigaciones.

“Enseguida de la muerte de mi hija vinieron los de investigación, se hicieron las pruebas y se mandó a tomar declaración que ellos creyeron pertinentes y hasta ahorita no. Si te estoy diciendo que cinco meses antes ya había un indicio que mi expareja había intentado hacerle daño, antes descubrimos el video sino imagínate como para qué”.

“Estoy muy decepcionada de las autoridades porque no es posible que las personas que nos agreden, que nos dañan tengan más derechos que nosotros. Yo tengo miedo de salir, hoy no he podido retomar mi vida porque si bien he dicho hasta ahorita no tengo un rostro de quien cuidarme”.

EL SUEÑO DE RENATA

Renata asistía a clases de baile, anhelaba entrar a la escuela de bellas artes para convertirse en artista profesional y adoraba cuidar a perros de la calle.

“Era mi ángel porque le caía bien a la gente y ella se acoplaba con niños chiquitos y de las personas más grades. Mi hija era una niña muy madura para su edad, con muchas expectativas, y era como siempre agarrar a los perritos de la calle y tenía que llevar cambio porque era estarle dando a las personas grandes que tocaban o hacían algo”.

Debido a que era la única mujer entre todos los nietos de la familia, sus abuelos y tíos la trataban como su hija preferida, vacío que no llenarán jamás, dicen.

“Era la única mujercita entre todos los nietos, mis hermanas y mis cuñados todos éramos sus mamás y sus papás. Yo sé que nada de lo que haga, ni tanta marcha, ni aunque detengan a quien hizo esto me la van a regresar, lo sé pero que mínimo sepa que toda su familia y sus amistades vamos a luchar hasta que se haga justicia”.


(SAB)