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Los desplazados del sismo

Así viven condóminos de edificios agrietados en Canal de Miramontes y Calzada del Hueso su desalojo por seguridad

Escrito en METRÓPOLI el

“Vamos a dejarlos pasar por última vez. Esa grieta (apunta al edificio) no estaba. Hay que tener cuidado, es por su bien. Y esta será la última vez que entren al edificio”, explica un hombre ataviado de un chaleco naranja chillante y un casco de protección color azul. Es la persona encargada de que esta cuadra ubicada en el sur de la Ciudad de México, en la colonia Canal de Miramontes, se mantenga acordonada para evitar que algún posible derrumbe cause daños.

Sigue aquí la cobertura completa del sismo de 7.1 grados 

Por toda la avenida, las cintas rojas y amarillas advierten a los peatones para que no se acerquen. En las puertas, grupos de personas sostienen lo poco que les quedó de sus pertenencias.

Esta mañana el escenario en esta zona de la ciudad está constituido por las filas de  personas que cargan bolsas negras llenas de ropa, cajas con electrodomésticos y maletas repletas de recuerdos que sacan rápido de los edificios agrietados del Canal de Miramontes y Calzada del Hueso.

En el sismo del pasado 19 de septiembre nadie murió. Ninguna persona quedó atrapada bajo los escombros y tampoco sufrieron la desaparición de sus seres queridos. Sin embargo, los habitantes de estos departamentos se quedaron sin vivienda.

Los vecinos, reunidos al pie de lo que fue su hogar por más de 25 años esperan atentos las indicaciones. Algunos ya tienen consigo algunas bolsas, maletas y utensilios de cocina.

En un edificio más adelante, como a diez pasos, se encuentran automóviles con la cajuela de abierta. Los propietarios acomodan lo poco que pudieron sacar.

Una joven cuida en una esquina, junto a otras maletas, una televisión de más de 50 pulgadas. Sus padres ingresaron al departamento por más.

“Nos dieron permiso de entrar por algunas cosas. Estamos haciendo rondas. Quedó muy dañado. Traes en la mente que es lo que vas a sacar, pero ya en el momento adentro con todo destrozado y la presión de salir rápido, sacas lo que puedes, lo que vas viendo a tu alcance. Hoy vamos a intentar sacar fotos, porque todo está ahí”, cuenta Laura Luraschi.

Ella y su madre han vivido en éste lugar desde hace más de 20 años. No saben qué pasará con el edificio: si será demolido o si recibirán recursos para su reparación. Mientras tanto, su abuela las acoge en su hogar.

“Nos estamos quedando con mi abuela, pero estamos a la expectativa, no sabemos si vamos a tener acceso a los fondos de reconstrucción o si correrá por nuestra cuenta. Si es así, nos saldría lo mismo que dar un enganche para otro departamento…”, agrega.


Los vecinos de Miramontes no son víctimas mortales, pero sí son víctimas del terremoto: han sido desplazados, se quedaron sin hogar.

Microondas, tostadores, cobijas, zapatos y almohadas, son otras de las pertenencias que los vecinos de los departamentos contiguos han logrado recuperar.

“Ya pude sacar la silla de ruedas de mi esposo. Es discapacitado, no puede caminar. También algunos documentos y ropa. Mi hijo va a intentar entrar otra vez, lo que pueda sacar es ganancia”, dice María Mateos, de 60 años.

Ella y su esposo vieron cómo el temblor de 7.1 grados los dejó sin patrimonio. Están a la espera de un dictamen, con el fin de que el seguro con el que contaban, pague por los daños.

“Vivimos en la planta baja y con el sismo, todo el edificio quedó dañado. Hay varios boquetes en las paredes. En el baño, es como si hubiera caído una granada, todo se deshizo. Se puede ver de un departamento a otro.

500 edificios inhabitables

Los vecinos de Canal de Miramontes no son los únicos que viven la pesadilla de ver por última vez lo que fue su hogar por muchos años. En colonias como la Juárez, Roma, Condesa, Centro, Del Valle, Narvarte y otras la historia de desalojos se repite. En algunos casos los habitantes no han podido ni recuperar sus muebles puesto que tienen prohibido hacer mudanzas por el riesgo de colapso.

Uno de esos casos es el de Londres 63 en la colonia Juárez. "Las escaleras quedaron mal así que sólo sacamos lo indispensable, dejaremos ahí muebles, camas, cosas pesadas", comenta a La Silla Rota Alejandra N, quien tuvo que desalojar su departamento por el que pagaba una renta de 7 mil pesos mensuales.

Ahora vive en la casa de una amiga suya mientras decide cómo resolverá donde vivir. "Apenas saqué mis diplomas, ropa, zapatos y documentos indispensables; nunca pensé decirle adiós así a la casa donde estuve siete años", menciona.

Según el censo preliminar de la Ciudad de México, se han revisado 10 mil 900 inmuebles.  De ellos,  cerca de 500 edificios en "código rojo", es decir, en riesgo de colapso y que probablemente serán demolidos. Todos esos habitantes ahora buscan donde vivir y depositar provisionalmente sus pertenencias como en el caso de Alejandra, y de los vecinos de Calzada del Hueso.