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Los 33 minutos de Sheinbaum y sus 93 promesas

La Jefa de Gobierno ganó aplausos al anunciar la desaparición del cuerpo de granaderos

Escrito en METRÓPOLI el

A las 10 llegó a su cita con la historia. Claudia Sheinbaum ingresó al gran salón del Congreso de la Ciudad de México para rendir protesta como primera mujer al frente del gobierno capitalino.

En el recinto ubicado en la esquina de Donceles y Allende, en el Centro Histórico, sede del Congreso federal durante el mandato de Porfirio Díaz, el mismo dónde Lázaro Cárdenas ofreció su primer mensaje presidencial en 1935, y donde su hijo, Cuauhtémoc Cárdenas, fue recibido como el primer jefe de gobierno electo, ya esperaban por ella además de legisladores locales y alcaldes, senadores y diputados federales, gobernadores y miembros del gabinete federal.

Con una hora de retraso, uno a uno, liderazgos de los siete grupos parlamentarios representados en el Congreso de la Ciudad, cuya primera legislatura se inició el 17 de septiembre, dispusieron de cinco minutos para fijar posicionamiento.

Llegado su turno, tomó la palabra el diputado del PAN y otrora dirigente de este partido en la Ciudad, Mauricio Tabe, quién fue el único opositor en mostrar cierto rasgo de severidad durante su discurso.

Con Sheinbaum a sus espaldas, de cara al Pleno y a los invitados especiales, Tabe se pronunció en contra del “centralismo” y el “presidencialismo” e incluso exigió a la ahora jefa de gobierno “decirle no al presidente cuando a la Ciudad así le convenga”. Además reclamó a la mandataria capitalina que “no tiene excusa para fallarle a la Ciudad y para no cumplir sus promesas”.

Desde otros partidos opositores, como fue el caso del perredista Jorge Gaviño,  las peticiones versaron más sobre llamados a construir consensos entre el legislativo y el ejecutivo, ambos en manos de Morena.  Ricardo Ruiz, de Movimiento de Regeneración Nacional, último en hablar antes de la protesta de Sheinbaum, prometió que prevalecería el consenso.

Al término de los posicionamientos Claudia Sheinbaum, desde la tribuna, rindió la protesta de ley para el periodo 2018-2024.  Para entonces, ya estaba a su lado el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, quien a su entrada rompió el orden y el silencio que amenazaba de sueño a los asistentes, algunos de los cuales bostezaban disimuladamente.

Tras la entrada de Obrador que robó por unos minutos los reflectores. Claudia retomó el cauce de la sesión solemne con un discurso de 32 minutos, tiempo suficiente para hablar de los ejes centrales de su gobierno. Enlistó 93 compromisos que pronto se traducirían en políticas públicas.

Especialmente se centró en el tema de la inseguridad. A lo largo de 11 minutos, se refirió a aspectos como el de los controles de confianza, fin a la venta de plazas en los cuerpos de seguridad, coordinación con el gobierno federal, para cerrar con el anuncio sobre la desaparición del cuerpo de granaderos, una demanda que data del movimiento estudiantil del 68. “La policía está para cuidar al pueblo y no se requieren cuerpos para reprimirlo”.

Sheinbaum dejó un discurso y varios compromisos: disminuir las desigualdades, ampliar los derechos sociales, fortalecer el respeto a los derechos humanos y la libertad de pensamiento, así como promover la formación de ciudadanos participativos, críticos y solidarios, que de no hacer efectivos “la ciudadanía se lo demande”.

“Llegamos al gobierno para entregar toda nuestra voluntad, determinación y capacidad para hacer de la Ciudad de México una ciudad segura, innovadora y de derechos y estar a la altura de la de este pueblo maravillosos y de la cuarta de transformación. No podemos fallar, no vamos a fallar”, concluyó para minutos más tarde partir hacia el Teatro de la Ciudad donde tomó tomar protesta a los miembros de su gabinete.